La Favorita

Prioridades

Draco

El abrazo parecía interminable mientras en mi mente intentaba organizar las palabras adecuadas.

—Tal vez luego, en estos momento no podemos ir a ningún lado —le digo acariciando su mejilla.

Ella me mira confusa.

—¿Y eso por qué? No estaría mal hacerlo, así podemos despojarnos de tanto estrés.

—Astoria, no olvides que ahora no eres mi única prioridad. No sólo debo cuidar de ti.

Ella suelta un bufido.

—Dime por favor que esto no tiene nada que ver con la insípida de Granger.

Su tono despectivo es un detonante para mí enojo.

—No debes expresarte así de ella. Es más no debes expresarte así de nadie, te lo he dicho un millón de veces.

—Draco, no deberías hablarle así a mi hija. Ella ahora está pasando por un mal momento, necesita tu comprensión —chilla Aileen.

Buen argumento, no que por cierto en ningún momento le he pedido.

—Aileen está es una conversación entre mi esposa y yo, por favor te agradezco que nos dejes solos y no te metas.

Ella me mira con expresión dolida y yo no cambio mi postura. Quiero que comprenda que su opinión me vale una reverenda mierda.

Hasta que por fin se va apresurada por las escaleras.

—No debiste hablarle así a mi madre, ella solo quiere ayudar.

—No me gusta que se meta en nuestros asuntos te lo he dicho un millón de veces.

—¿Pero a ti qué te pasa Draco? Estás actuando diferente, tú no eres así.

—¿Así como? —le pregunto alzándole una ceja.

—Así —me señala completo—, estas enojado.

—Te equivocas, siempre he sido así, pero me temo que a veces soy tan permisivo contigo que olvidas que yo soy la cabeza de esta casa. Por lo tanto no recibo órdenes de nadie.

La sorpresa en su rostro es enorme y siento como algo dentro de mi cobrara vida. Mi madre tenía razón, sino hago algo esa vieja bruja se seguirá metiendo en mi vida y Astoria le seguirá.

—Estás descargándote conmigo. Es claro que querías decirlo y por fin has encontrado el momento.

—No lo negaré.

Ella niega y sus ojos comienzan a enrojecer de nuevo.

—Esto no es justo, sabes lo difícil que es esto para mí. Sabes lo importante que era para mi darte por fin un hijo. No merezco esto.

—Es cierto, no lo mereces, pero tampoco puedes actuar como si fueras la única persona que necesita atención. Todos estamos pasando por un momento difícil, no puedes comportarte como si solo tú tuvieras problemas.

—¿A sí, y cuáles otros problemas requieren de tu atención?.

—Hermione sufrió un atentado hoy a las afueras del Wizengamot. Está herida y necesita atención y cuidado. Le lanzaron un hechizo punzante —explico—. Su estado puede volverse delicado sino seguimos los cuidados al pie de la letra.