Capítulo 13

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POV Rosé

Llegamos a la casa de Jennie, seguía todo oscuro y parecía que no había nadie, no era tan tarde y todavía no teníamos muchos sueño, así que sólo seguíamos bromeando acerca del chico que pagó su cuenta. Jennie se había acabado su cerveza, había tomado muchas cervezas al parecer porque se le empezaba a subir.

—Mi novio es un idiota —dijo Jen riéndose.

—¿Por qué?

—Por muchas cosas, pero ¿Sabes?, no entiendo cómo le haces.

—¿Para qué? —me reí porque era gracioso cómo lo decía.

—Para ser tan perfecta —me miro por un momento.

—Nadie es perfecto.

—¿Acaso te has visto es un espejo? —río— Creo que no los conoces —se acercó a mí— Déjame besarte —se fue acercando más pero yo me alejé.

—Estás ebria Jennie —me alejé más de ella, y no quería que besara mis labios vírgenes.

—¿Es porque soy una basura verdad?

—No eres basura Jen, sólo que no quiero besarte.

—¿Es porque no soy bonita?

—Eres bonita, pero... —Jennie me abrazó y me echó a la cama seguido de acostarse en mi pecho.

—Durmamos así —dijo seguido de quedarse dormida, yo no hice otra cosa más que resignarme y dormirme con ella encima de mí.

Pasó la noche y al despertar vi que Jennie seguía dormida en mi pecho, revisé la hora de mi teléfono y ya era demasiado tarde para ir a la escuela, así que rápidamente desperté a Jennie.

—¡¿Qué pasa?! —dijo Jennie enojada.

—¡No fuimos a la escuela!

—¡¿Que mierda hago dormida encima de ti??

—¿No te acuerdas? Intentaste violarme.

—¡¿Que?! —se mostró asustada.

—Mentira —solté una carcajada.

—No dejas de ser estúpida —se sentó en la cama.

—Pero si intentaste besarme y me dijiste que era perfecta.

—Eso es mentira.

—Eso es verdad, descubrí tú amor por mí —reí.

—¡Qué asco! —se quejó— Me duele la cabeza y me siento mal.

—Resaca —respondí.

—Lamentablemente.

—Ya no fuimos a la escuela —suspiré— Nos va a ir mal.

—Valió la pena —río— Admite que fue divertido —me hizo pocas cosquillas en la panza.

—Está bien, si fue divertido —reí— Pero si mis papás se enteran me mataran, nada más me metes en problemas —la miré.

—Ya no deberíamos estar juntas, ni yo molestarte —me miró a los ojos seria y no nos quitábamos la vista.

—¿A qué se debe ese cambio de opinión tan repentino?

—Creo que fue un error molestarte y hablarte desde el inicio.

—¿Por qué? —seguía sin quitar la vista de mis ojos.

¡𝑳𝒂 𝑶𝒅𝒊𝒐! - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora