Capítulo 18

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Había pasado un mes desde que Irene y Rosé se habían convertido en "amiguitas". Rosé no me dirigió la palabra desde la vez que le dije que no me molestara, y a pesar de que pasábamos tiempo juntas por el castigo, no hablábamos de nada. Seguía siendo hermosa pero la odiaba, ahora la odiaba más que al principio, porque sabía todo lo de Irene y simplemente decidió ser su amiga. Me dolía pero no podía hacer nada al respecto ya que le había dicho a Rosé que me dejara en paz, cosa que cumplió.

Mamá todavía no se iba de la casa, por lo tanto nos tenía vigilados, sobre todo a Tae.

—Habrá una fiesta el viernes en la noche en la casa de Jungkook —Tae entró a mi cuarto cerrando la puerta.

—¿Piensas ir?

—Iremos los dos —decía todo susurrando.

—Mamá no nos dejará.

—No se enterará.

—Se va a enterar.

—Iremos cuando se duerma.

—¿Por qué quieres que yo vaya?

—Has estado aislada últimamente, necesito que te animes un poco, a divertirnos, ¡Wooo! —su mini grito susurrando sonó gracioso.

—Todos me odian.

—No te van a reconocer, no habrá tanta gente conocida, ¡Vamos anímate!

—Está bien, iré.

—¡Yaas! —apretó el puño haciendo la señal del logro.

—Tae —dije antes de que saliera de mi cuarto.

—¿Sí?

—¿Todo bien entre los dos?

—Si —sonrió y salió de mi cuarto.

La fiesta iba hacer en dos días y tenía miedo de encontrarme a Irene o con mi ex, pero a la mierda, ¿Ya qué importancia tenía si no me quedaba nada?

Sentada en el mismo lugar de siempre en el salón de clases, mirando a Rosé como reía junto a Irene y Seulgi. Me alegró ver que su risa era más falsa que Irene, después de visualizarla mucho me había dado cuenta de sus expresiones naturales y las falsas.

Irene miró a Rosé y le dijo que me volteara a ver, le murmuró algo a Rosé y enseguida Rosé se dirigió hacia mí.

—Jen, necesito que confíes en mí y vayas al baño —dijo Rosé susurrando.

—¿Por qué?

—Por favor necesito que confíes en mí y aparentes salir llorando, te alcanzo en el baño —no sabía que pasaba pero por el gesto de Rosé me hizo obedecerle.

Al salir, el grupito de Irene sé empezaron a morir de risa y Rosé salió tras de mí, hasta llegar al baño.

—¿Qué mierda tratas de hacer? —le pregunté a Rosé.

—Habla más bajito —me susurró— Sólo te diré que no soy amiga de Irene y su grupito, pero quiero que confíes en mí.

—No puedo confiar en ti, ¿Qué tal si ella te dijo que me dijeras eso?

—Ya verás que no es así, pero por mientras necesito que a veces hagas lo que yo te diga.

—No pienso hacer lo que tú digas.

—Jen —tomó mi mano.

—No me toques —la quité.

—Sólo confía en mí.

¡𝑳𝒂 𝑶𝒅𝒊𝒐! - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora