Capítulo 21

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—Mamá ¿Es enserio? —le dije azotando la puerta de la casa, ya que estaba muy enojada— ¿Sólo vienes para castigarnos por cualquier cosa?

—¡No los castigo por cualquier cosa, ustedes andan mal!

—¡Mejor regrésate a trabajar y déjanos en paz! —me encerré en mi cuarto.

¿Qué mierda le pasaba? Nunca venía a vernos y cuando se le ocurre venir sólo viene para castigarnos.

Todo estaba yendo mal en mi vida y cuando por fin encontré a alguien que me la alegraba, ¿Simplemente decide separarnos?

Todo era una mierda y sí que estaba enojada, pero no quise pensar más y decidí dormirme.

Me despertó el celular que estaba sonando a lado de mí, cuando iba a contestar colgaron y pude ver que me había llamado Rosé. Tenía varios mensajes de ella, diciéndome que le contestara, al parecer el no tener respuesta decidió escribirme por mensaje.

—Creo qué pasó todo muy rápido, y era lo que quería evitar, así que por favor olvida lo que te dije en la escuela

Todo lo que me faltaba para hacer mi vida miserable era justo ese mensaje. Oficialmente mi vida era una mierda y me dolía que fuera así, pero más el ya no poder estar con Rosé.

Pasaron varios días en los que Rosé y yo no nos dirigimos la palabra desde su mensaje, a veces me volteaba a ver pero simplemente la ignoraba. También veía como jugaba basquetbol sin que me viera, se suponía que yo había entrado al equipo pero me había dado flojera ir después de todo lo que había pasado. Yo me la pasaba sola y ella había encontrado unas cuantas amigas del equipo de basquetbol.

Todo iba bien para ella, mientras yo estaba como la mierda, castigada y sin que mi hermano me hablara, aunque ya se me estaba haciendo normal.

Rosé había intentado hablarme varias veces pero yo la ignoraba, ya no quería hablar con ella, sólo me ilusionaba y me hacía sentir mal.

Lo único que hacía desatar mi furia era Irene, siempre decía cosas de mi a mis espaldas, ya no me importaba que lo hiciera. Pero el problema llegó cuando Rosé le habló nuevamente a Irene, odiaba que estuvieran juntas y esta vez se había pasado conmigo. Así que de nuevo lo sentí... ese sentimiento de odio que tenía con Rosé había regresado en mí, a pesar de que la seguía queriendo a la vez la odiaba.

Decidí regresar al equipo de basquetbol después de haber practicado por cuenta propia, ahora era tiempo de volver al principio. Rosé se había sorprendido de que entrara al equipo, pero seguro había pensado que no era una amenaza para ella en el equipo, cosa que estaba equivocada. Después de quedar en equipos contrarios y mi equipo ganara, Rosé fue muy competitiva conmigo.

—¡Tiempo! Jennie empujó a Rosé —dijo la chica del equipo de Rosé. Y si había empujado a Rosé y no era la primera vez que lo hacía, pero esta vez sí se habían dado cuenta.

—Yo me caí, fue mi culpa —dijo Rosé en el piso, tampoco era la primera vez que se echaba la culpa, y no sabía porque no me delataba.

—¡Yo la vi claramente! ¡Fue obvio que te empujó! —volvió a decir su compañera.

—¡Dije que yo lo hice Joy! —le gritó Rosé.

El maestro calmó la situación y lo dejó así, Joy se me acercó enojada.

—Se que la empujaste, estúpida —me susurró Joy y me dio un leve empujón.

Siguió el partido y Joy a cada rato me ponía el pie para que me tropezara. El maestro no se daba cuenta de esto pero era algo que me empezaba a hartar. Al final el equipo de Rosé ganó y yo esperé a que todos se fueran para esperar a Joy y arreglar cuentas.

—¿A dónde crees que vas? —la agarré de la blusa y la atraje hacía a mi— ¡¿Crees que no me daba cuenta que me ponías el puto pie a cada rato?!

—¿Y crees que no me he dado cuenta que empujas a Rosé a cada rato? —me empujó al piso.

—Ese será nuestro problema, pero tú no te metas —me paré de inmediato y la empujé de igual manera.

—¡No te vuelvas a meter con ella! —me amenazó Joy. ¿Por qué me decía eso? ¿Acaso quería a Rosé?

—Oww ya veo —hice un puchero burlón— ¿Te gusta Rosé verdad? Pero que tierna lesbiana que eres —me reí y justo sentí un puño estamparse contra mi ojo haciéndome caer— ¡Mierda! —me pulsaba el ojo y lo del alrededor me estaba saliendo sangre y me dolía demasiado.

—¡Jennie! —Rosé apareció y me ayudó a pararme— ¡¿Qué hiciste Joy?! —le gritó.

—Te estaba defendiendo.

—¡No necesito que me defiendas así!

—¡Te hice un favor! —dijo Joy.

—No necesito tus favores —Rosé me tomó de la cintura y me llevó al baño para que me lavara.

—¿Estás bien? —me preguntó Rosé una vez estando en el baño mientras yo me lavaba la sangre que tenía en el ojo, pero no le contesté— Iremos a la enfermería.

—¡No necesito que me lleves! —le dije enojada.

—¡Estás sangrado!

—¡Puedo ir yo sola!

—Iré contigo —me miraba por el espejo.

—Iré yo sola —seguía con mi tono de voz enojado.

—Quiero hablar contigo...

—No tenemos nada de qué hablar.

—¡Me has estado ignorando todo este tiempo!

—¡¿Y por qué crees que es?! —la voltee a ver.

—Nunca me dejaste explicarte el porqué.

—No necesito saberlo —ignorándola me fui a la enfermería.

Sólo me habían puesto alcohol y algunas benditas, no era nada grave pero me seguía doliendo. Al salir me encontré con Joy y Rosé quienes estaban hablando, aunque Joy estaba llorando y enseguida abrazó a Rosé, esto me hizo sentir unos enormes celos y el que Rosé me mirara y moviera sus labios sin hablar diciendo "ayuda", decidí no hacerle caso y pasar de largo.

No pensaba ayudarle con los problemas de su "amiguita", ya no le pensaba hacer caso a Rosé después lo que me había hecho. Así que no le pensaba ayudar en nada.

¡𝑳𝒂 𝑶𝒅𝒊𝒐! - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora