Capítulo 27.

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—Esto es... Precioso, no encuentro las palabras para describirlo— murmura Louis, ambos ya estaban sentados en los cómodos almohadones y ahí en ese pequeño fuerte junto a Harry, el ojiazul se sentía protegido.

La vista daba hacia el campo abierto, Harry no había hecho el fuerte al interior del bosque, si no al comienzo de este.

El rizado acariciaba el cabello de Louis, este tenía apoyada su cabeza en las piernas del ojiverde y cerraba sus ojos de vez en cuando ante las caricias.

—¿Entonces si te gustó?— Louis mira a su acompañante con una preciosa sonrisa en sus labios.

—¿Qué si me gustó? Lo amé, es perfecto— el ojiazul estira su brazo para acariar una de las mejillas de Harry, con su dedo pulgar traza suaves y lentos círculos en la suave piel del ojiverde— gracias por este gesto tan bonito.

—Me alegra que te haya gustado, es algo simple lo sé, pero es lo que tuve a mi alcance, porque si estuviéramos en la ciudad yo- — Louis se levanta rápidamente y Harry se mantiene en silencio, lo mira expectante mientras el castaño toma la valentía de sentarse sobre las piernas del rizado.

—Hey, amo esto, amo lo sencillo y le diste justo al clavo, no cambiaría absolutamente nada— el ojiazul toma el rostro de Harry entre sus manos y se inclina para besar sus labios con suavidad, quería calmarlo, había notado como el ojiverde aún seguía nervioso y no entendía el porqué.

Las manos del rizado se apoyan en la espalda baja del castaño, corresponde el beso con lentitud, su pulso comienza a calmarse, su respiración se había normalizado y sus nervios habían desaparecido.

Louis rompe el beso y sonríe para luego apoyar su frente contra la de Harry.

—¿Mejor?

—Mejor— Harry deja un último casto beso en los labios del ojiazul y este se baja de las piernas del ojiverde, se sienta a su lado y apoya la cabeza en el hombro de su acompañante.

La noche caía lentamente y Louis a lo lejos puede notar como Zayn y Niall también salían a mirar la noche, ¿por qué lo harían?

—Habrá una lluvia de estrellas hoy, estrellas fugaces, con suerte alcanzaremos a ver alguna— Harry responde la duda que no había dicho en voz alta.

Wow, verían una lluvia de estrellas.

Ambos se quedan en un cómodo silencio, escuchando de fondo los animales e insectos nocturnos e incluso si agudizaban bien sus oídos, podrían escuchar la ligera corriente del lago.

Louis mira las manos de Harry las cuales estaban sobre las piernas de este, no lo duda mucho cuando ya se encontraba tomando una de las manos de este.

Primero juguetea con sus dedos, luego le otorga suaves caricias y finalmente le da la mano.

Harry sonríe y se inclina para dejar un beso en su cabello, Louis pensaba que no se emocionaría al ver una estrella fugaz, pero realmente fué todo lo contrario.

Sus ojos se iluminaron y una bonita sonrisa se formó en sus labios.

—¡Acaba de pasar una!— murmura con su alegre voz.

—Pide un deseo— el castaño cierra sus ojos haciéndole caso a Harry y pide un deseo, un deseo que se guardaría para él o si no, no se cumpliría.

—¿Tú pediste uno?— Harry niega con su cabeza, no sabía que pedir.

—No tengo motivos para pedir un deseo, sólo me gusta observarlas, no pedirles algo— Louis tararea con suavidad y mira la pequeña fuente con fresas que había a un par de metros de ellos.

El ojiazul se inclina hacia a ellas y toma el recipiente, las fresas estaban perfectamente cortadas.

A Harry le encantaba cortar la fruta.

—Ten, come un poco— Louis lleva un trozo de fresa a los labios del ojiverde y este ríe, pero luego abre su boca y deja que el ojiazul lo alimente.

Su velada se basó en observar las estrellas y alimentarse mutuamente, varios besos hubieron entremedio y también risas cómplices.

Para ambos había sido la velada más perfecta que alguna vez han tenido.

Todo fué tan espontáneo y lindo, sin duda algo inolvidable.

—El otro día te escuché cantar— comenta Louis y Harry muerde su labio inferior, rara vez cantaba algo y menos lo hacia si había alguién cerca.

—¿En serio?

—Sí y tu voz es preciosa— Harry aparta la mirada y lame sus labios, su corazón se había acelerado— ¿Crees poder cantar algo para mí?

Harry se iba a negar, pero al ver los ojos de Louis no pudo decirle que no.

Ambos estaban sentados frente a frente, así que Harry respira hondo antes de comenzar.

Disfruto acariciarte y ponerte a dormir— Harry frunce ligeramente al notar que olvidó cantar la primera parte, pero lo deja pasar.

La mano de Louis sobre la suya lo relaja.

Es escalofriante tenerte de frente hacerte sonreír— Louis sonríe ante eso y Harry sin duda siente un escalofrío recorrer su cuerpo— daría cualquier cosa, por tan primorosa por estar siempre aquí—  el ojiazul traga en seco y apreta con suavidad la mano de Harry, indicándole que deseaba lo mismo.

Y entre todas esas cosas, déjame quererte— Harry canta con suavidad y alarga la última palabra pensando bien si debía cantar lo que seguía, se limita a bajar la mirada y toma una pequeña inhalación antes de soltarlo— entrégate a mí.

El ojiverde se queda en completo silencio mientras Louis analizaba lo preciosa que había sido la letra de esa canción, cada estrofa cantada por Harry se había quedado tatuada en su corazón, debía escuchar la canción completa.

Louis toma el mentón del rizado y alza su rostro, se inclina hacia a él y deja un cálido beso sobre sus labios.

La noche había terminado de la mejor manera, la relación que había entre ambos se fortalecía con el pasar del tiempo.

Louis aceptaba sus sentimientos y ya no los reprimía, en cambio Harry se seguía sorprendiendo con lo diferente que era todo junto a Louis, era como un nuevo mundo lleno de colores.

El rizado muerde con suavidad el labio inferior del ojiazul y este no puede evitar quejarse.

Harry ríe y como disculpa besa la zona afectada, lo quería.

Lo quería muchísimo.

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Canción: Disfruto -Carla Morrison.

Rise Up |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora