❝Nacida De Muggles❞ |𝓣𝓸𝓶 𝓡𝓲𝓭𝓭𝓵𝓮| [ʰᵃʳʳʸ ᵖᵒᵗᵗᵉʳ] ✓ {1}

XXX.

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| CAPÍTULO TREINTA. |

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Bill salió de la habitación con una enorme preocupación. Sabía que no podía poner en riesgo la vida se Sirius, Remus o sus hermanos. Por lo que se apresuró a mandar un Patronus al Lord, grabando en el un mensaje explicando toda la situación. El patronus que tenía la forma de una águila salió de la madriguera Weasley directo a la mansión Riddle. Para avisar al señor Tenebroso donde se encontraban Sirius y Remus.

Saliendo del baño se encontró a sus padres afuera de este, aquellos pelirrojos que le habían dado la vida, habían escuchado la traición de su propio hijo.

—Sabía que algo malo había en ti— dijo Molly con molestia y desesperación —¡Eres un traidor!— exclamó con lágrimas en los ojos

El Weasley se apresuró a escapar en una nube de humo negro. Si lo capturaban sería su fin; pero, al menos sus hermanos estarían a salvó. Por ahora.

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Llegó a la mansión Riddle con la respiración entrecortada. Al haber llagado fue atendido por un elfo doméstico. Pues el Lord estaba en una reunión y Ailén en el callejón Diagon junto a Lily, Narcissa y los niños.
Bill decidió esperar hasta que la reunión acabará. Observó como los Mortifagos empezaban a salir de la sala, se levantó de golpe y entró a la sala encontrándose con su Lord el cual hablaba con Severus y Lucius sobre unos asuntos que se debían de arreglar.

—Mi señor— dijo el pelirrojo llamando la atención del Riddle —Me descubrieron, pero ahora se el paradero de Sirius y Remus— informó al levantarse después de hacer una reverencia ante su amo —Debemos actuar rápido antes de que los trasladen a otro lado— añadió con preocupación —Además mis hermanos seguien con mis padres, ellos aún nos saben sobre que están de su lado. Pero no quiero que sigan en ese lugar—

Tom lo miró atentamente, y asintió.

—Severus quiero que líderes una escuadrón de Mortifagos a la casa de los Weasley, Lucius tu otra, avisenle a Bellatrix para que los acompañé — ordenó el pelinegro con seriedad —Bill tu ves con ellos—

Los nombrados salieron de la habitación para completar su tarea. Tenían que rescatar a sus amigos y compañeros de aquel maldito anciano.
Mientras tanto en la madriguera de los Weasley, los patriarcas e hijos menores estaban más que molestos con el pelirrojo hermano mayor. Los otros hermanos simplemente decidieron fingir para que no sospecharan de ellos.

—¿¡Cómo se atreve a traicionarnos así?!— exclamó furiosa Molly

Los demás Weasley miraban como la mujer pelirroja caminaba de un lado al otro molesta. Los gemelos, Charly y Percy solo podían fingir estar molestos con Bill, cuando por dentro estaban preocupados. Esperaban que la ayuda esté en camino.

Charly miró a sus padres, había vivido en una mentira toda su vida, creyendo que sus padres, Dumbledore, y la orden del fénix eran los buenos; y que Lord Voldemort, Ailén y los Mortifagos eran los malos. Cuando resultaba ser todo lo contrario.

Ahora portaba la marca Mortifaga al igual que su hermano mayor Bill. Percy y los gemelos aún no la portaban pues era menores de edad, y tenían que tener como mínimo 17 años para poder entrar a los Mortifagos. Claro, eso no evitaba que ellos estuvieran de lado de Voldemort.

Severus, Bellatrix, Lucius y Bill se aproximaban a la madriguera Weasley liderando cuatro tropas de mortífagos que iban para rescatar a Remus y Sirius.

Por su parte Bill pensaba en mil y un maneras para sacar a sus hermanos de ahí, la más lógica que llegaba a tener. Era secuestrarlos, así los mantendría lejos de la orden, y por un momento, lejos del peligro. Aunque sabía que estando con sus padres o con él estarían en peligro, prefería que sus hermanos viviera con él.

El cielo oscuro ocultaba el humo negro que generaban los Mortifagos al transformarse. Aproximadamente eran unos veinte y cinco mortífagos, incluyendo a los líderes de cada escuadrón.

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Al llegar notaron una barrera que protegía la casa de los Weasley.

—Eres demasiado listo viejo— habló Bellatrix con fastidio

—¿Cómo vamos a entrar?— preguntó preocupado Bill

—Tengo una idea— respondió Severus un tanto serio

Después de mucho tiempo lanzando hechizos destructivos. Como bombarda, lograron abrir un agujero en la barrera, lo suficientemente grande para pasar.

Entraron a la casa destruyendo la puerta, los primeros en entrar fueron Severus, Bellatrix, Lucius y Bill. Quienes estaban atentos a cualquier movimiento.

Al pasar a la sala lograron encontrar a Charly, Percy y los gemelos atados a una silla, a los pies de los hermanos Weasley se encontraba los dos Mortífagos que buscaban. Atados juntos con la boca tapada, manos y pies atados juntos.

Cuando los pelirrojos los miraron comenzaron a gritar, aunque no se les entendía pues tenían la boca tapada.

Cuando Bellatrix y Bill se acercaron a desatarlos y quitarles los trapos de la boca. La matriarca Weasley lanzó un Expelliarmus a la Lastrange, haciendo que está saliera volando e impactará con la pared golpeando su cabeza; desmayandose ante la caída.

—¡Maldita!— exclamó el Malfoy al ver el estado en el que se encontraba su cuñada

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