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El pequeño Kim Sunoo se había mudado a una nueva ciudad, algo desconocida para él, ya que sólo había visitado un par de veces, y donde iría a una nueva universidad.

Mejillas grandes, ojos felinos, sonrisa realmente bonita, y su risa, una hermosa melodía. Simplemente hermoso. Así era Sunoo.

Era apenas su primer día y como era evidente, no conocía a nadie. Cuando apenas puso un pie en aquella universidad, las miradas de los estudiantes estaban en él, lo que le hacía ponerse más
tímido, y eso le hacía ver mucho más lindo.

También era el tema de conversación de la mayoría de estudiantes.

Mientras que unos hablaban de lo hermoso que es, otros hablaban por pura envidia. Nadie se negaba a su belleza. Nadie.

Pero el problema era que nunca le gustó ser el centro de atención, por lo que le hacían sentir algo incomodo.

Después de un largo camino, en donde tuvo que evitar -o al menos intentar- las miradas que le brindaban, por fin llegó a su aula, con ayuda del director. Sí, porque solo no hubiera podido.

Cuando entraron al área de Sunoo, el director lo presentó como el nuevo estudiante.

—Mmh, b-bueno, yo... soy Kim Sunoo. Espero llevarme bien con todos ustedes y no causarles ningún problema.

—Bien, joven Kim, tome asiento a lado de Riki —. Le señaló a un chico rubio y fue a sentarse.

Dos horas de clases y por fin pudieron tener su tan esperado receso.

Sunoo guardaba sus pertenencias, para poder salir y conocer un poco el instituto.
Al parecer sus planes se vieron interrumpidos, pues, el chico rubio que se sienta a su lado, y otro chico pelinegro que parecía ser su amigo, se le acercaron.

—Hola. Sunoo ¿cierto? —. Saludó el pelinegro, el cual hacía relucir sus hoyuelos. Sunoo asintió.

—Hola, un gusto —. Hizo una pequeña reverencia y los otros dos sonrieron.

—Soy Riki pero puedes llamarme Ni-ki, un gusto. Él es Jungwon —. Saludó ahora el rubio.

—Un gusto a los dos.

—¿Estabas por hacer algo?

—Oh, sí. Iba a recorrer la universidad.

—¡Nosotros te podemos ayudar! —. Propuso el de estatura menor.

—¿De verdad? No me gustaría molestarles.

—Claro que no lo harás. Entonces, ¿podemos ayudar?

—Oh sí, claro. Me sería de mucha ayuda. Gracias.

Hizo una pequeña reverencia a lo que los otros dos rieron por tanta formalidad. Bueno, sus planes no habían sido arruinados, ahora tendría compañia.

Y así, procedieron a salir.

Los dos chicos le enseñaban a Sunoo cada salón y para que eran.

—Bien, ya que recorrimos un poco, ¿les parece si vamos a la cafetería? Además tengo hambre —. Preguntó el rubio y los otros dos asintieron.

Los tres chicos se dirigieron hacia la cafetería, se sirvieron su comida en una charola y se sentaron en una de las tantas mesas.

—¿Por qué está muy vacío?

- Normalmente está así. Casi nunca hay mucha gente —. Respondió el rubio.

—Bien, entonces, hoy será tu primera clase. "Conocer a la gente popular".

𝑆𝑐ℎ𝑜𝑜𝑙 𝐿𝑜𝑣𝑒 - 𝑆𝑢𝑛𝑠𝑢𝑛/𝑆𝑢𝑛𝑔𝑠𝑢𝑛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora