Se abren las puertas de mi departamento y yo me giro para ver a Thiago acompañado de un chico. Cruza la entrada para llegar a donde estoy y tengo la obligación de levantarme e ir con ellos.
—¿Leah no te aviso? —me inquiere pasando su mirada por mi cuerpo y yo levanto una ceja extrañada.
—¿Qué cosa?
—De que vamos a salir.
Pongo los ojos en blanco.
—No me dijo nada.
—Que bueno que llegamos antes —yo niego con la cabeza. Leah sale de su cuarto y sonríe esplendida cuando ve al amigo de Thiago.
—Braxton que agradable verte aquí —se lanza a sus brazos. Se ha puesto unos pantalones ajustados con una chaqueta de mezclilla.
—¿Tu eres ese Braxton? —le apunto haciendo que el chico se ría.
—Si, yo soy ese Braxton.
—Un gusto de al fin conocerte —le doy mi mano cuando Leah se separa de él. Pobre, tuvo que aguantar la intensidad de mi amiga demasiado pronto.
—Mucho saludos y abrazos, pero el tiempo corre, si que ahora anda a cambiarte —me empuja Thiago hacia mi cuarto.
Me pongo unos pantalones de tiro alto con una chaqueta de cuero y unas zapatillas, ya que ir en vestido a un lugar que ni siquiera conozco no es muy conveniente y de esta manera me siento más cómoda. Tomo mi cabello y me hago una coleta alta y estilizada acompañada de unos aretes. Salgo al pasillo y escucho la risa de Thiago acompañada de Leah, están traumatizando al Braxton y ni siquiera han pasado dos semanas desde que llego.
—Listo, vamos —les anuncio caminando hacia el ascensor.
—Esos pantalones se te ve increíbles —me halaga Leah devorándome el trasero.
—Lo sé, bebe.
Nos acomodamos dentro del ascensor.
—¿Puedo? —giro mi rostro para ver a Braxton apuntándome el cuello de mi chaqueta.
—Claro —me acerco a él. Tiro mi cabello hacia atrás y él me ordena la chaqueta. Sus ojos son un verde oscuro que parecen plomos, pero su cabello rubio ceniza le da un contraste, es un chico guapo y su sonrisa que acentúa sus margaritas lo hacen ver más tierno. Thiago se sacó la lotería con este chico.
—Listo —da un paso hacia atrás.
—Gracias —le sonrío —. ¿A dónde iremos? Si se pudiese saber.
—A una fiesta cerca de las mansiones que están por la costa—me responde Thiago mirando su celular.
—Genial.
—¿Quién conduce? —pregunta moviendo las llaves. Se abren las puertas y salimos hacia el lobby.
—Yo —se las arrebato. Está noche no tengo ganas de beber.
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Morfina (Adicción I)
Fiksi RemajaLa Élite quiere gobernar las calles de California, los Estigmas harán todo por destruirlos y los Ataraxia no quieren estar en medio de ellos. En California los peces grandes gobiernan de día y de noche los hijos pelean por lo suyo, pero tan solo hab...