dieciséis

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|Capítulo XVI: "Putear"|

"Sácamelo de encima, no lo quiero ver.
Al más chico de nosotros vino a romper.
No se merece halagos, ni mucho menos el mundo recorrer.
Se merece ser conciente de lo que hizo ayer"

2 de Enero, 2021

El primer superclásico del año iba a ser en La Bombonera.

Así que ahí estaba River, en el vestuario de los visitantes en un ambiente competitivamente relajado. Se estaban terminando de vestir. Sosa y Ferreira hablaban con Girotti mientras que Montiel estaba en videollamada con Martínez Quarta, con quien mantenía una relación a distancia desde Agosto del 2020 y con quien estaba esperando su primer hijo gracias a haber alquilado un vientre de alquiler. En el departamento de Gianna y Cristián vivían Trueno, Dani, Sosa y Montiel. De vez en cuando, Guchi llevaba a sus hijos a que pasaran tiempo con su padrastro y su madrina.

—¿Vamos a hacer lo que teníamos planeado?—. Preguntó Ponzio, aprovechando que Gallardo todavía no entraba al vestuario, haciendo que todos dejaran de hacer lo que estaban haciendo para escuchar al capitán.

—¿Lo de Capaldo?—. Preguntó Carrascal y el 23 de River asintió.

—Obvio que lo vamos a hacer, nos lastimó al Juli que es un nene e hizo que se fuera. Sí, lo vamos a hacer—. Respondió Zuculini y todos asintieron, estando de acuerdo.

Julián Álvarez antes de irse a la Juventus de Turín, decidió contarles a todos sus compañeros lo que había pasado y por qué se iba. Necesitaba descargarse y que los demás entendieran por qué había pedido irse para que no pensaran que era por ellos.

Todos los jugadores de primera de River terminaron re quemados con Nicolás Capaldo, ¿Cómo le va a decir que no a Julián? Encima Álvarez era el más chico del plantel, era el único de todos que no había tenido una vida con puntos malos muy bajos. Todavía tenía a sus cuatro abuelos vivos y a toda su familia con él, no tuvo una muerte que lo golpeó.

Pero tenía que venir un bostero puto a dañar su psiquis.

—Tengo que devolverle la patada—. Comentó Enzo con una sonrisa, haciendo referencia a que en el superclásico por la Libertadores de 2019, Capaldo se fue expulsado por una patada que le dio a él.

Luego de un rato Marcelo entró al vestuario, hicieron la charla técnica y salieron rumbo a la cancha. Se saludaron con un puñito y cuando Gonzalo Montiel tuvo que chocar el puño de Nicolás Capaldo no pudo resistirse a decir:

—Hola, jugador de Boca—. Saludó con un fingido acento cordobés y una sonrisa falsa mientras le guiñaba el ojo, un escalofrío recorrió la columna vertebral del mediocampista de Boca y su cabeza sólo pensaba en que Julián se lo había dicho.

Otros que no aguantaron a decirle algo por lo bajo a Capaldo fueron Carrascal y De La Cruz.

—Era con todos menos con el nene—. Murmuró Jorge y Capaldo tembló, Julián era un tema sensible para él.

Nico-Nico-NII—. Habló De La Cruz y el jugador de Boca se erizó antes de chocarle el puño.

"La voy a pasar mal" fue lo que pensó Nicolás Capaldo mientras trotaba a su posición y ése pensamiento se volvió real. Cada jugador de River que pasaba cerca de él le decía por lo bajo y sin mover mucho los labios algo por lo de Julián, haciendo que ésa herida abierta sangrara más.

Aún así, no fue su peor partido, lo hizo bastante bien y es que sabía que había más del 50% de posibilidades de que Julián lo estuviera viendo desde Italia. Lo estaba haciendo por él. Lo estaba haciendo por la misma razón por la cual lo estaban puteando.

Horas | Santiago Sosa x Cristián FerreiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora