5.

678 54 0
                                    

No puede ser, no puede ser, no puede ser y no puede ser, maldita sea.

¿Yo? ¿Me casare? ¿Con ese maldito idiota?  ¡Dios que eh hecho para merecer esto!

Mientras caminaba nerviosa por todo mi cuarto, golpes en la puerta se hicieron presentes. 

-¡Adelante!-grite para que la persona que este detrás de aquella puerta pase.

-Hija... soy yo...-dijo mi padre entrando al cuarto, lo mire con el ceño fruncido.

-¿Aun tienes cara para hablarme?-le pregunte indignada-. Haz arruinado mi vida. 

-No te enojes conmigo, Tessa. Estábamos ebrios, tu madre y yo. Por algo te advirtió que teníamos algo que haría que nos odiases, siempre aleje a tus novios de ti para guardarte a Samuel, porque así eran las cosas . Y lo siento por lo de Noah-dijo el, con tristeza en su voz-. Me hubiera encantado conocer a ese chico, sin sentir la culpa que siento ahora. 

Lágrimas empezaban a asomarse en mis ojos, el en verdad quería conocer a Noah. 

-Tranquilo, estas perdonado.-dije con una sonrisa en mis labios-. Discúlpame a mi, por tratarte tan mal. Solo estaba asustada.

-¿Asustada por una boda con Samuel?-pregunto el con una media sonrisa.

-Pero papa, ni siquiera lo conozco.-dije con una mueca triste. El apoyo su mano en mi hombro y suspiro.

-Lo siento, pequeña. Pero tu te tendrás que casar, con ese completo desconocido.

*

"¿Hola?"

"Hola, ¿Noah?"-pregunte por el teléfono que sostenía en las manos-. "Soy yo, Tessa."

"Oh, Mi amor, ¿Que ocurre? noto algo de dolor en tu hermosa voz, princesa"-contesto el con preocupación en su voz, sonreí mientras una lágrima rodaba por mi mejilla derecha.

"Ahí algo muy difícil, que tengo que decirte"-dije a duras penas, ya que el nudo que se estaba formando en mi garganta me lo impedía.

"No me asustes, princesa. Vamos, dímelo, todo estará bien"-sonreí pero después, esa sonrisa desapareció, cuando me di cuenta, que ya debía decir Adiós.

"Tenemos que terminar"-dije en un leve sollozo-. "Las cosas, no van bien, Noah"

Un gran silencio invadió la llamada telefónica, y después, los típicos "Tu, tu, tu" se escucharon, haciendo que lágrimas caigan con mas fuerza, sin poder yo, pararlas.

Lentamente me fui arrastrando apoyada en la pared al suelo, con el teléfono en la mano, mientras escondía mi cabeza en mis piernas. Escuchando el bello sonido de la lluvia, golpeando a mi ventana.

Me había cortado la llamada. Habíamos cortado, nuestra relación.

Esposa de un Desconocido. {SamuelDeLuque}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora