17. Tú estas para obedecerme.

870 54 8
                                    

Estaba acostada de espaldas a él, sintiendo su respiración tranquila en mi cuello. Samuel pego su cuerpo más al mio haciéndome sentir su desnuda piel pegada a la mía, me ruborice y me tape el rostro con la sabana blanca al oír su risa. 

—Vamos bonita, que ya te he visto toda—dijo divertido Samuel, mis mejillas se prendieron una vez mas y golpee su hombro—. Agresiva, me gusta. 

Empecé a reír y me incorpore en la cama, mire a mi izquierda y estaba ahí él, mirándome a los ojos con una bella sonrisa.

—Buenos días, cariño.

Sonreí y me incline, dándole un dulce beso en la mejilla y separarme para sonreiré.

—Buenos días. 

—¿Que quieres desayunar?—pregunte mientras caminaba hasta mi nueva cocina—. Espero que hayas hecho la despensa. 

—Si, la he hecho—dijo Samuel entrando a la cocina, se paro detrás de mi y me abrazo por la cintura—. Y por ahora, solo quiero desayunarte a ti.

Dejo un suave beso en mi cuello y yo reí, mientras revolvía unos huevos en un bol.

—Unos omelette, ¿Te parece?—pregunte dándome vuelta y quedando mirándolo a los ojos, el sonrió y asintió.

—Unos omelette. 

Sonreí y decidí darme vuelta así podia poner los huevos en la sarten pero Samuel me lo impidio, dandome vuelta una vez mas haciendo que mire su bello rostro.

—¿Que sucede, De Luque?—pregunte con una ceja levanta, el rió y se acerco a mi rostro.

—Nada, solo me preguntaba si estaría bien que... Te bese—se acerco mucho mas, rosandolos—. Dime, ¿Estaria bien? 

Yo me quede mirando sus ojos, para después formar una linea recta de mis labios.

—Samuel, necesito hacer los huevos. 

Vi como Samuel se puso serio y me soltó bruscamente. 

—Esta bien.

Yo lo mire con el ceño fruncido, agarre su antebrazo, haciendo que me mire a los ojos.

—¿Que sucede?

—No, a ti que te sucede—dijo el seco, zafándose de mi agarre.

—¿Enserio te vas a enojar porque te negué un beso, Samuel?—pregunte enojada, con el ceño fruncido.

—¿Enserio te vas a negar a besarme cuando ayer te me entregaste como cual perra fácil, Tessa?—pregunto de la misma manera él. 

Yo abrí mis ojos sorprendida y di un paso atrás, alejándome de el.

—Tu no acabas de decir eso, Samuel.

—Si lo acabo de hacer, Tessa—el agarro mi muñeca y la atrajo, haciendo que choque mi cabeza contra su duro torso. Agarro mi mentón y lo levanto, haciendo que lo mire a los ojos—. Y te aviso de ante mano, tu estas para obedecerme. 

Esposa de un Desconocido. {SamuelDeLuque}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora