23.

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Habíamos llegado a la "casa" de aquel muchacho. Y digo "casa" porque semejante mansión tenia en aquel lugar.


-Por favor, tomen asiento-dijo la chica que nos había hecho entrar a aquella enorme mansión-. En cualquier momento el sr. Green vendrá a atenderlos.


Ambos asentimos con unas sonrisas agradeciendo y la chica se fue hacia lo que yo suponía que era la cocina, seguida por la mirada de Samuel en ella.


-Simpática la chica...-murmuro Samuel mirándola sin importar que yo este presente, yo suspire enojada, cruzándome de brazos.

-Supongo.


Unos pasos de tacones se escucharon y después, una voz chillona se hizo presente.


-¡Ustedes deben ser el matrimonio De Luque!


Volteamos a ver quien era el que había dicho eso, y por el tono de la voz, sabíamos que era una mujer.

Y no nos equivocábamos.

Una mujer rubia platinado, de ojos azules como el océano, largas piernas y buen trasero se presento frente a nosotros, llevando puesto un seductor vestido rojo rubí, tacones a juego y maquillaje perfectamente aplicado.



Toda una belleza.



Ambos nos paramos, Samuel fue el primero, el cual le estiro su mano con una coqueta sonrisa acompañada.


-Tu debes ser Aleisha de Green, un gusto-saludo Samuel, para después besar el dorso de la mano de la tal "Aleisha".

La cual, con una sonrisa asintió.

-Y tu Samuel de Luque, no se equivocaron con decirme que eras muy guapo-halago ella, para después regalarle una sonrisa seductora.


Mis ojos casi se salen de su órbita, ¡Estaban coqueteando frente a mis ojos!

Me aclare la garganta para llamar su atención, esto se estaba saliendo de control.

Se separaron y giraron su rostro mirándome con un poco de fastidio, pero después, Aleisha sonrió alegremente.


-¡Y tu debes ser la esposa de Sam, Thressa!-dijo enérgicamente, yo sonreí falsamente.


Perra.


Empezamos a hablar, y en toda la conversación no dejaba de hablar sobre su "osito", presumiendo todo lo que tenia y lo que le daba. Ademas de andar coqueteando con mi esposo frente a mis ojos, todo un show.


-Con su permiso, debo ir al baño-me disculpe mientras me paraba de mi asiento, Aleisha asintió con una sonrisa.

-Segundo piso, ultima puerta del primer pasillo.

-Gracias.


Me pare y acomode mi vestido, empece a caminar hacia las escaleras y subirlas, dejaría que esos si quisiesen se comiesen en el sofá, pero no quería presenciar esa escena.


Era mas que obvio que Samuel me engañaba y esta vez, no iba ser una excepción.


Entre al baño y camine hasta el lavado, apoye ambas manos a cada lado del lavamanos, mientras sentía mis ojos pinchar.


-¿Enserio vas a llorar por eso, Tessa?-me hablaba mi subconciente, yo solo negué con la cabeza.

-No llorare por eso-respondí, mientras me sorbía la nariz. Sin darme cuenta las lagrimas habían salido sin mi permiso-. Pero me canse de toda esta farsa del matrimonio perfecto.

-¿Entonces porque sigues con eso sabiendo que te hace tan mal?


Levante mi mirada rápidamente mirando hacia el espejo que tenia enfrente, el cual reflejaba a un alto hombre de traje negro, cabello castaño perfectamente acomodado, ancha espalda, hermosas facciones, un físico de infarto y penetrantes ojos oscuros los cuales me miraban de espalda, mientras acomodaba las muñecas de su saco de vestir.

Conocía aquellos ojos.

Me di media vuelta y al pensar de donde los conocía, mis manos viajaron a mi boca, tapándolas por el asombro al reconocer quien era aquel hombre.

No podía ser.


-¿Quieres desahogarte conmigo, Tessa?



Esposa de un Desconocido. {SamuelDeLuque}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora