UN NUOVO CIELO PER GLI ARCOBALENI

04. Ti abbiamo trovato.

Ya he terminado los exámenes de la universidad por lo que volveré a retomar todas las historias.

Te encontramos.

Estábamos nerviosos, algunos mejor que otros, yo por ejemplo. Estábamos en un hotel cercano a la ciudad de Nami-chuu, quiero salir a buscar a mi cielo, pero es tarde, no creo que este por la calle para encontrarlo.

Escuche a alguno del resto salir sin hacer ruido, es Reborn. Sus pasos intentan no sonar, pero su nerviosismo le impide conseguirlo. Se me escapa una leve risa.

- ¿Nervioso? -le pregunté cuando estaba por salir de la puerta del hotel.

- No, solo voy a dar un paseo. -dijo sin dar la vuelta, le he pillado.

- No lo vas a encontrar, sabes.

- No hace falta que me lo digas Fon.

- Bueno pues vamos, a mí también me hace falta un poco de aire.

- ¿Qué pretendes? Sabes que voy mejor solo.

- Lo sé, pero no puedo dormir y un paseo me vendría bien. -le veía suspirar, supongo que se está aguantando para no dar mala impresión a nuestro nuevo cielo.

Empezamos a caminar en silencio, uno al lado del otro, pero manteniendo la distancia. Le veía mirar hacia todos los lados con disimulo. Pienso que él es el que más necesita un cielo que lo acepte. Ser el mejor asesino del mundo de está pasando factura, por mucho que no lo quiera aceptar.

- ¿Cómo crees que sea nuestro nuevo cielo?

- ¿Qué?

- Nuestro cielo, ¿crees que nos acepte?

- No te hagas ilusiones Fon, somos Arcobalenos, estamos malditos, eso no va a pasar. No creo que haya nadie tan estúpido como para aceptarnos.

- Pero ¿y si lo hay? -vi como brillaban sus ojos, aunque torciese la boca en desaprobación, se que esa desaprobación va para el mismo, le conozco, llevamos mucho tiempo juntos.

- No lo hay, deja de soñar. Me vuelvo a la cama. -dijo y se fue, me quede solo en la calle, camine un poco más y llegue a un parque pequeño pero bonito, contaba con exuberante vegetación que lo hacia acogedor.

Me senté en un árbol y no supe cuando me quede dormido, solo se que no he tenido un sueño tan agradable desde hace mucho tiempo, tanto que no puedo acordarme.

Cuando desperté me encontré que estaba cubierto por una manta que no lograba reconocer, tenía un leve olor a chocolate y almendras que me llevaba a un estado de calma completo. Doble la manta y volví al hotel, son las cinco de la mañana y queda poco para que el resto empiecen a salir de sus habitaciones.

Esto se pondrá interesante.

¿Como puede Fon decir eso, no ve que estamos malditos? Soñar con un cielo que nos acepte y un lugar al que podamos volver es mucho de lo que podemos pedir.

- Maldición -golpee un árbol cercano con mi puño. Me dolía la mano, pero no me importa. – Todo esto es tan frustrante. -seguí con mi caminata.

Volví a mi habitación y cerré la puerta de golpe, estoy molesto. No tenemos permitido querer nada, no tengo permitido tener nada.

Parece que no hayan aprendido nada con todos los cielos que hemos conocido.

La mañana llegó y con ello la búsqueda, todos se repartieron la ciudad de Nanimori. Mientras tanto vemos a Tsuna mirando por la ventada de clase distraído, Yamamoto estaba preocupado por Tsuna, se le veía ido.