|Mᴜʟᴛɪғᴀɴᴅᴏᴍ| 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 [Pedidos CANCELADOS] ✓

008

Personaje: Stiles Stilinski.
Universo: Teen Wolf.
Ambientado en: temporada 5.
Pedido: sup.
Advertencia: puede que haya un poco de dramatismo :)

Llevaba por lo menos una hora preparando todo lo que necesitaba para el día de hoy. Eso debería ser bueno, pero lo cierto era que la casa estaba tranquila, demasiado para vivir en ella dos adolescentes. Y ese pensamiento me llevó a razonar que mi hermano pequeño había ignorado al despertador. De nuevo.

Dejé lo que estaba haciendo, intentando controlar mis ganas de estrangularlo, y caminé hacia las escaleras. No iba a subirlas y luego bajarlas. Tenía otro método mucho más eficaz.

Gritar.

—¡Levanta tu trasero paliducho de la cama y prepárate! —grité, lo suficientemente alto como para que me escuchara. Dudé si los vecinos también me podrían escuchar, pero me dio igual—¡No me hagas ir a por ti, niño!

Escuché un estruendo en el piso de arriba, seguido de un largo y agudo gemido de dolor. Eso me hizo saber que mi hermano se había caído de la cama, asustado por mi grito, y apreté los labios en una línea para no echarme a reír.

—¡Eres todo amor, hermana mayor! —exclamó con sarcasmo, mientras lo escuchaba quejarse de dolor.

—¡Deja de ser tan niño pequeño y muévete! —le grité de vuelta, esbozando una pequeña sonrisa divertida. Era divertido molestarlo. —¡Tienes veinticinco minutos o me iré sin ti!

Lo escuché gritar como un poseso, corriendo por su habitación. Se quejó de nuevo, seguramente por chocarse contra la puerta cerrada de su baño o por tropezar con algo. Siempre me preguntaba cómo era posible que mi hermano fuera tan sumamente torpe. De pequeños íbamos caminando por el bosque, enganchó un pie en una rama y se cayó en un pequeño pozo. Lo único que dijo cuando lo saqué fue "me caí en un pozo", sonriendo como le hubieran dado un premio.

Sí, en ese momento me di cuenta de que mi pequeño hermanito se había quedado sin neuronas.

Mientras esperaba, me dediqué a borrar números de teléfono de mi agenda de contactos. La mitad eran de chicos de mi antigua escuela, números que no necesitaba en lo absoluto. Realmente eran estúpidos si pensaban que los iba a llamar. No, por supuesto que no. Algunos eran tan insípidos como un plato de espárragos.

Escuché como mi hermanito bajaba las escaleras a trompicones, y no pude evitar el echarme a reír al verlo. Él me miró mal, pero no me inmuté. Me recordaba a un pequeño Golden irritado.

—Lili, llevas la camiseta del revés. —me burlé, sonriendo con diversión.

—¡Demonios! —se quejó como un niño pequeño, mientras se la quitaba y se la ponía bien. Luego, me miró enfurruñado. —¡Y no me llames así!