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Personaje: Harry Hook

Universo: Descendientes de Disney

Ambientado en: Segunda película.

Advertencia: Posible spoiler

Observaba la destartalada televisión por la que informaban sobre todas las novedades en el mundo princesil. Mordisqueaba una patata, algo mustia, mientras apoyaba el mentón en mi mano.

La verdad era que me importaban tres pimientos lo que pasara en el mundo de magia y rosas, pero no había ningún canal más. Así era, un solo canal en el que los pajaritos cantaban felices y la insoportable presentadora se dedicaba única y exclusivamente a hablar de vestidos y otras pamplinas.

Giré la cabeza al ver como un vaso impactaba contra la tele, para luego hacerse añicos. Alcé una ceja, mirando de forma escéptica a la chica de rastas azules que miraba la televisión como si quisiera hacerla pedazos.

—Me ponen enferma. —gruñó, mientras frotaba la barra con furia. —Siempre sonriendo, comiendo tostitas con té y paseando con caballos. —soltó un bufido irritado. —Me voy a morir de diabetes.

— ¿No será que tienes envidia?

Uma fulminó con la mirada a Gil, y si las miradas matasen, él ya estaría muerto y enterrado. Se removió incómodo.

— ¿Yo? ¿Envidia? —la voz de la descendiente de Úrsula se puso algo más aguda. —Por favor. —rodó los ojos.

—Parece que tienes ganas de caminar por la rampa, eh. —me burlé, mirando al descendiente de Gastón con diversión.

Él puso los ojos en blanco, pero no dijo nada más.

—Haidee.

Puse los ojos en blanco al escuchar aquella voz canturreando mi nombre. Me giré en el taburete al momento en que unos ojos azules me miraban con diversión.

— ¿Qué narices quieres ahora, Hook?

—La pregunta sería...—atrapó uno de mis mechones con su garfio. — ¿Qué no querría?

Apreté los labios al escuchar el bufido divertido de Uma. La miré de reojo, haciendo que comenzara a silbar, fingiendo que no había sido ella.

Uma podría ser la capitana de su tripulación, pero sabía que no debía meterse conmigo si no quería salir escaldada. Y lo decía literalmente. La estúpida cúpula que el rey Bestia había puesto rodeando la Isla no tenía mucho efecto sobre mis poderes, después de todo, era una diosa.