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Personaje: Young James Potter. Universo: Saga Harry Potter. Ambientado en: Época Merodeadores.
Pedido: no.
Advertencia: puede contener palabras malsonantes.

Los pasos retumbaban por todo el pasillo, haciendo que aquellos que se encontraban por ellos se dieran la vuelta

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Los pasos retumbaban por todo el pasillo, haciendo que aquellos que se encontraban por ellos se dieran la vuelta. Pese a eso, ella no les prestó atención y continuó caminando, mientras su melena colorada se balanceaba con cada paso que daba. Llevaba los libros pegados al pecho, al lado del reluciente emblema que decía a qué casa pertenecía.

A lo lejos, fue capaz de ver al grupo más famoso de toda la escuela. Estaba segura de que todos los alumnos y profesores conocían sus nombres. Aquel grupo estaba formado por cuatro chicos, todos de la misma edad. Los buscalíos de su generación.

El que ejercía de voz de la razón era el más alto de los cuatro. De complexión delgada, pelo castaño y ojos marrón chocolate. En las mejillas tenía viejas cicatrices que no acababan de casar con su personalidad, adorable, tierna y algo tímida. Las miradas curiosas siempre se quedaban más tiempo del necesario observando aquellas marcas de guerra y fantaseando sobre la posibilidad de que hubiera más cubriendo el resto de su cuerpo.

Luego estaba el que trataba de no meterse en líos pero que siempre acababa por hacerlo, pues le comían la moral. Probablemente se debía a que era el menor del grupo, y no solo eso, pues era el más bajo. De pelo rubio pero apagado, ojos oscuros y complexión desgarbada, siempre con la mirada clavada en las baldosas del suelo, como si le diera vergüenza mirar a las personas. Era el que menos destacaba de los cuatro, por su expresión asustadiza y su poca labia.

Y luego, estaban los dos cabecillas del grupo. Los reyes de armar líos, los emperadores de las bromas y los dioses de los problemas. Ambos de pelo negro azabache, ojos claros, complexión atlética y sonrisa encantadora. Eran los más mujeriegos de toda la escuela, y no había razón para pensar en por qué ambos atraían a todas las chicas: eran demasiado hermosos, y con un fuerte magnetismo y labia. Eran uña y carne, hermanos de alma. Si uno pensaba en una idea, el otro la remataba al momento. A veces parecía que se leían la mente, otras que eran un mismo cerebro.

—¡Barbie! —chilló el pelinegro de ojos grises, a modo de saludo, mientras esbozaba una de sus sonrisas coquetas y se acercaba a la chica de melena color fuego. —¿Me echabas de menos, bebé?

—Deberías bajarle un poco a tu ego, Sirius. —recomendó ella, aunque en el fondo se estaba burlando. —Y no, no vengo por ti. En verdad, vengo a por mi mejor amigo.

—¡Ya llegó por el que lloraban, amores!

La pelirroja rodó los ojos mientras el pelinegro de ojos azules se colgaba de ella, observándola con aquella sonrisa ladeada que siempre le regalaba.

|Mᴜʟᴛɪғᴀɴᴅᴏᴍ| 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 [Pedidos CANCELADOS] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora