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Personaje: Stiles Stilinski / Void Stiles. Universo: Teen Wolf.
Ambientado en: temporada 3B. Pedido: Sí.
Advertencia: posible spoiler. 

Beacon Hills

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Beacon Hills. De vuelta en Beacon Hills luego de estar varios años fuera, estudiando en Londres por una beca que mi familia me había conseguido y gracias a mis esfuerzos. A pesar de adorar las tierras londinenses, era hora de volver a casa. Lo sentía dentro de mí.

El vuelo desde Londres era bastante largo y, para mi mala suerte, en el asiento a mi lado estaba una mujer con un bebé. El pequeño se echó la mitad del trayecto llorando a moco tendido, con una potencia pulmonar que era casi envidiable. Por mucho que la pobre madre me mandara miradas de disculpa, lo único que podía hacer era rezar internamente para que el niño se callara de una vez.

No quería ser borde con aquella pobre mujer, pero me dieron ganas de tirarlos por la ventana, a ella y a su bebé. Era como si el niño se estuviera riendo de mí, y eso solo hacía que me diera un tic en el ojo. Quería descansar para mentalizarme de lo que se me venía encima, pero aquel insufrible llanto no me ayudaba nada. Acabé por rendirme, en verdad perdí la paciencia, y le pedí a la azafata unos tapones para los oídos.

Me pregunté cómo era posible que aquel pequeño ser humano tuviera semejante potencia pulmonar cuando sus pulmones todavía eran pequeños. No quería toparme de nuevo con él cuando fuera más mayor, o estaba segura de que de mis labios saldrían de todo menos cumplidos. De hecho, los tapones no eran capaces de aislar de todo el llanto, pero por lo menos ya no me taladraba la cabeza.

Cuando el avión aterrizó, cogí mis cosas y salí tan rápido como mis piernas me lo permitieron. No iba quedarme ni un segundo más, sabiendo que el insufrible bebé se estaba despertando. Ni siquiera me molesté en pedir disculpas por los empujones, mi paciencia había rozado el límite y cualquier conversación me haría explotar como una bomba de relojería.

A lo lejos divisé el cabello marrón de mi madre y fingí una sonrisa agradable. En verdad, mi humor estaba peor que una manada de perros rabiosos y lo único que quería era meterme en la cama y dormir. Pero primero, debía superar el primer obstáculo en mi regreso a casa: mi alocada y adorable madre. Ella se lanzó sobre mí nada más llegar junto a ella, rodeándome en un abrazo que por poco no me quebró los huesos.

—¡Ay, mi pequeña! —exclamaba, con emoción. —¡Ya estás aquí!

—Mamá, yo también me alegro de verte, pero estás haciendo que mi capacidad pulmonar sea casi nula. —me quejé, mientras hacía muecas de desagrado.

Mamá me soltó y volví a mi sonrisa fingida. Nada que ver con la suya, amplia y brillante.

A veces éramos tan distintas que me preguntaba si era su hija. Ella era tan cálida y vivaz que a veces parecías estar al lado del sol y no de una persona. Yo era más bien como un trozo de hielo. Eso me había dicho mi mejor amigo, bueno, ahora ex mejor amigo. Y tampoco iba muy desencaminado.

|Mᴜʟᴛɪғᴀɴᴅᴏᴍ| 𝗢𝗻𝗲 𝗦𝗵𝗼𝘁𝘀 [Pedidos CANCELADOS] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora