—Les dije, que darle el control a Miraz iba a traer grandes consecuencias.— reclamó uno de los señores en el salón, donde había una variedad de sillas de madera con detalles del mismo material. Cordelia, aún así, había aprendido a ignorar el cómo las sillas estaban más y más vacías.
—¡Nadie va a dudar en contra del Señor Protector!— dijo otro temeroso, fue ahí cuando la peli negra por fin habló.
—¿Y cuánto más vamos a esperar? ¿A qué todas las sillas estén vacías?— cuestionó con un tono de voz un poco fuerte, sin embargo, las puertas se abrieron de golpe, dejando entrar a Miraz. El centro de aquella reunión en secreto.
—Mi disculpa por llegar tarde pero no fui avisado de dicha reunión.
—No se molesté, usted debe estar muy ocupado. Que tristeza, el día que su mujer le da su primogénito el heredero al trono, el príncipe Caspian, desaparece.— los demás Lores, junto a Cordelia callaron en aquella confrontación de Miraz y el lord de Beruna.
—Me temo— hizo una pausa, dando una mirada hacia la peli negra. Se podría entender si hubiera visto confusión, pues era la única mujer ahí. Pero no era eso, era de diversión —Nuestro príncipe fue capturado... por Narnianos.
—¿Qué? — Cordelia de inmediato se puso de pie ante la sorpresa, recordando las horas antes de estar reunida ahí, cuestionando a cada guardia sobre el paradero de Caspian.
—¡No inventé excusas basadas en cuentos, Lord Miraz!
—No debemos olvidar, que Narnia antes era tierra salvaje— hizo una seña a su guardia, que salió en silencio. La chica deseaba interrogar con más agresividad al tío de Caspian, quien ahora salía con aquellas excusas. Tal vez, si podría estar capturado pero, ¿Por quién? El general volvió a entrar, cargando cual saco de patatas un cuerpo pequeño. La sala se llenó de discusiones y sonidos de sorpresa al observar al pequeño hombre, no un niño, era un enano. Hacia mucho que los telmarinos habían observado un narniano, tanto que solo era un mito —Mientras estábamos peleando entre nosotros, ¡Ellos se reprodujeron!— Miraz le dio un golpe en el rostro al enano, este susurro unas palabras que no pudo escuchar Cordelia, quien estaba perdida en su preocupación sobre Caspian. Su respiración comenzó a agitarse con las ideas grotescas que pasaban por su mente —¡Yo les prometo, mi Lores! Que rescatare al Príncipe, y acabare lo que debimos haber hecho antes.
Cordelia no se quedo a escuchar lo demás, pues salió del salón corriendo en busca de su profesor. Trataba de mantener su poca calma al caminar por los pasillos del palacio. Sirvientes iban y venían, algunos alegres por la llegada del primogénito de Miraz.
No tardo mucho en encontrar las escaleras que le ayudarían a llegar mas fácil al estudio de su profesor, pero se detuvo al ver a Miraz y su general. Sabia que trataban algún tema serio por la cara apenada del general, se mantuvo contra la pared para poder escuchar la conversación de ambos hombres.
—Quiero que encuentres a Caspian y acabes lo que debías acabar. — aquella era la voz de Miraz, que se mantenía aun baja —Si el príncipe no esta, tampoco habrá la princesa.
—¿L-La princesa...? Majestad, esas no eran parte de sus- fue irrumpido por Miraz nuevamente, Cordelia sabia que hablaban de ella. No era secreto el deseo del tío por el trono de Caspian, ella sabia perfecto que desde la muerte de su hermano; padre de Caspian, había muerto, su seguridad también estaba en riesgo.
—Esa niña tiene un control de los Lores que solo van a complicar todo, ... ¿Querrás separar a una pareja?
La chica salió corriendo evitando a los guardias con ayuda de los diferentes pasadizos que había en el castillo, y que gracias a su curiosidad desde pequeña los había explorado en compañía de Caspian. Llego hasta los caballos, donde esperaba el animal de su propiedad, un caballo color avellana. No tomo mucha importancia a buscar una silla para montar o algo, pero apenas abrió las puertas para que el caballo lograra salir sin problema pero un par de guardias le esperaban del otro lado. Ella dio pequeños pasos para atrás con el fin de subir al caballo, aun tenia un poco de oportunidad.
Si no había pensado antes de tiempo, pues guardias aparecieron en par, evitando que por numero, le fuera imposible salir aun si lo intentara. De entre ellos, salió Miraz con una sonrisa de ver a la chica en aquella situación.
—¿A donde va a pasear, princesa?— noto el tono agrio en llamarle de esa forma —Creo que desde que salió del salón, se le ve aturdida. Deje que mis guardias la acompañen a un lugar... cómodo.
La chica mantuvo silencio un momento para solo bajar, su rostro mantuvo una mueca seria. Aceptaba su derrota en su débil intento de escapar, apenas un guardia iba a sujetarle su brazo, cuando esta se giro molesta.
—Conozco el camino hacia el calabozo, gracias.— dijo caminando a grandes pasos hacia su mísero destino.
Ni su profesor ni Caspian estaban ahí con ella, ahora estaba sola en el calabozo. Sentada en el frio suelo con algo de aserrín con el intento de que no se sintiera tan frio. Sus muñecas dolían entre los intentos de quitárselos, debido a su delgada muñeca tenia una oportunidad tal vez, pero ahora le dolían tanto como para volver a intentarlo.
《 Lo siento, Padre. Tu hija no ha podido defender lo que le preparaste... ¿Podrás perdonarme?》
Pensó mientras cerraba sus ojos e intentar dormir, sabía lo que iba a ocurrir mañana. O al menos, creía conocer a Miraz y su preocupación.
ESTÁS LEYENDO
𝐈 𝐜𝐡𝐨𝐬𝐬𝐞 𝐲𝐨𝐮, 𝐦𝐲 𝐤𝐢𝐧𝐠 | 𝑃𝐸𝑇𝐸𝑅 𝑃𝐸𝑉𝐸𝑁𝑆𝐼𝐸 |
FanfictionCordelia iba morir ahogada por órdenes de Miraz, El Ursupador; de no ser por el Gran Rey Peter, rey de antaño de Narnia. Ella sería rehén de los hermanos Pevensie por un periodo corto petición de Peter hasta encontrarse con su viejo amigo, Caspian...