𝐈 𝐜𝐡𝐨𝐬𝐬𝐞 𝐲𝐨𝐮, 𝐦𝐲 𝐤𝐢𝐧𝐠 | 𝑃𝐸𝑇𝐸𝑅 𝑃𝐸𝑉𝐸𝑁𝑆𝐼𝐸 |

□ s e i s □

Después de la disputa entre Caspian y Peter todos los demás fueron a atenderse y prepararse para el siguiente movimiento que harían.

Cordelia por su parte quería un momento a solas, tal vez llorar incluso. Quería hacer diferentes cosas: gritar, llorar, reclamarse a ella misma. Pero todo necesitaba hacerlo a solas. Caminó a las partes de piedra que quedaban afuera del altozano, no le importó mucho la distancia porque apenas sintió la fría piedra comenzó a llorar.

-Lo siento, lo siento...- susurró para ella misma mientras más lágrimas corrían por sus mejillas. Llevó ambas manos a su rostro, en específico la boca y poder callar sus llantos y que nadie más le pudiera escuchar. Soltaba varios quejidos mientras seguía llorando, sabía que si seguía cerrando sus ojos con gran fuerza pronto le dolería la cabeza; pero no tenía otra forma en ése momento para desahogarse.

El tiempo que había pasado no lo sabía, el sol ni siquiera sé asomaba aún por lo que tal vez solo habían sido minutos, o segundos. No sabía a ciencia cierta y no le importaba, ahí solo esperaba a algo, miraba el bosque que estaba a nada de ella cubierto aún de niebla; el frío era un calmante para su dolor de cabeza.

Despegó esa mirada cuando unas pisadas se escucharon, giró a ver de quién se trataba: era Peter. Su rostro estaba serio pero ya se había relajado, al menos un poco pues su mandíbula no se marcaba tanto como tiempo atrás.

-Creí que estabas dentro.- la severidad con la que había asegurado aquello hizo que se sintiera como si fueran desconocido, como hace solo días.

-Necesitaba estar a solas...

-¿Cómo siguen tus manos?- cambió de tema, tratando de no enfocar en la nariz y ojos aún rojizos de la chica. Peter se mantuvo de pie, extendiendo su mano para tomar las de Cordelia que miraba sus manos -Y aún seguiste peleando, no debí dejar que fueras. Lo siento.- aún no soltaba sus manos, en cambio, acarició la palma de la chica con su pulgar; ahora sin cicatriz si quiera gracias a la pócima de Lucy. Aún así, Peter acariciaba con miedo de que le llegara a lastimar.

-¿Por qué no me dejarías ir?... Apoyaba tú plan y creí que...- guardó silencio un momento al sentir un nudo en su garganta, no deseaba llorar frente a él; A nadie, pero menos frente a Peter -... La culpa de esto no es solo tuya.

-Creo que no soy un - Peter soltó sus manos con lentitud, tomando asiento con un suspiro al lado de la chica, el tamaño de la piedra donde estaban sentados era pequeña por lo que los hombros y piernas de ambos se tocaban. Eso para ambos era un pequeño Consuelo del sentimiento que podían compartir -Si no hubiera dudado... Yo no libere a Narnia de la Bruja Blanca... No maté a Miraz.

-"El Magnífico"- dijo por lo bajo la chica hablando -... Un buen rey no es asesinar cuando tienes la oportunidad, si no el saber perdonar...

-¿A costa de qué? Perdí a muchas de mis tropas... personas que creían en mí.- cerró sus ojos tratando de no levantar la voz para romper el pequeño espacio de privacidad de ambos -... ¿Dónde has sacado ese pensamiento de un rey?

-Mi padre siempre lo decía- una sonrisa se dibujó en sus labios el solo recordar a su padre -Tal vez el dudar no sea malo, Peter. - llevó una de sus manos a su hombro que acarició con el fin de poder calmarle, Peter se sorprendió a la acción pero no se alejó, si no que se mantuvo en silencio mirando al mismo bosque que Cordelia miraba anteriormente.

-¿Cómo es que estas relacionada con ellos?... Eres muy diferente a ellos.- soltó sin pensar mucho en que las caricias de la chica parasen y ganase una mirada de la chica -Deberías ir con Caspian.

-Él debe estar bien, tal vez molesto- Peter solo halago su gran papel como prometida irónicamente, la chica pudo sonreír a pesar de todo al ver los comentarios que daba el chico -No le sería de ayuda, lo conozco.