Capitulo 6:
August se sentó junto a mi y me rodeo con su brazo. Dios olía exquisito. Comí de mi filete, eso me ayudará, al menos eso espero.
—¿Les avisaron dónde es?—nos preguntó—Es en el barrio Chino, en ese nuevo restaurante con nombre animal.
—¡¿Panda?!—dijo un sobresaltado Bryan.
—Sí ese, ¿Le conoces?—Bryan me dedicó una mirada preocupado.
—Algo así—respondió.
—Bueno, cumplí con avisar. Nos vemos—se despidió mientras se alejaba. Por primera vez, me preocupo más la mirada de Byan que la sangre que sentía; ya lejos; del unicorio.
—No puedes ir—la voz de mi amigo era ruda, algo muy poco usual.
—¿Por que rayos no? No eres su padre—le recriminó Leila.
—¿No conocen Panda?—mi cabeza y también supongo que la de Leila era una total confusión con respecto a nuestro amigo. Bufó.—Bueno, en realidad no me extraña, su conocimiento del sub-mundo es casi nulo.
Panda se estableció hace aproximadamente 6 meses en el sector del barrio Chino. Es un restaurante -como es de esperarse- de toda clase de comida China, que, a pesar de tener poco tiempo establecido ha ganado mucha fama, sobre todo en el sub-mundo; en nuestro mundo.
—Entonces significa que es bueno ¿Qué te preocupa?—vociferó Leila.
—Me puedes dejar terminar—dijo, ahora más alegre—No se hizo famoso por su comida -que es exquisita por cierto- si no por su dueño. Él es el tátara nieto del famoso cazador de monstruos; su nombre es Eduart, Eduart Van Helsing—concluyó.
Ups, en ese instante fue como caímos realmente en la cuenta de lo que significaba todo esto. Todos conocen a Van Helsing, cazó a millones de nosotros. De todas las especies, sin miramiento alguno.
Bueno. Eso hasta que perdió a su amada y su fortaleza se rompió. Cayó en las redes de una Vampira y esta le devoró la vida. Literalmente.
—Parece extraño ¿No creen?—pregunté.
—El qué...—hablaron juntos.
—El que eligieran este lugar. También habían sobrenaturales en el equipo contrario. ¿Por qué no dijeron algo?
—Hadas—habló con firmeza Leila—Lo mas seguro es que se irritaron con la humillación a su persona por eso nublaron la vista de los demás, era de esperarse que tomaran una cierta venganza. Es seguro que mas de la mitad de nuestro equipo no valla ahora.
—Idiotas—comenté tragando lo de mi boca llena—También les afecta a ellas. No les sirve de mucho, ellas también tienen que ir, después de todo tienen que pagar ¿No?
—En fin ¿Qué harás?—se dirigió a mi Bryan—O perdón, se me olvida que eres una bruja.—comentó riendo hacia Leila.
—Sí, ja ja. Dile eso a mi barita—comentó sin gracia.
—Pff...Pero si no usas barita.
—Por eso.
Así como si nada Bryan recobró su humor... ¿Gracias a Leila?
Mirándolos más detenidamente me doy cuenta de algo que hasta entonces pasaba desapercibido. Se llevaban bien, muy bien. Casi... como una pareja.
El solo hecho de pensarlo se me hace extraño. Mi mejor amigo con mi casi hermana... Dios, incluso me parece algo incesto.
Nota mental. Tratar de olvidar aquello con un lavado cerebral.
—... Ay ya cállate, por tu culpa ya me perdí en el tema—rió un Bryan—¿De qué hablábamos?
—Uhm... creo que era de lo jodidamente hermosa que soy.
—Si claro. Eso quisieras—Dioses, ahí iban otra vez.
Carraspee. No me tomaron en cuenta. Suspiré. ¿Como llegamos a esto?
—Hablábamos de la cena—mencione lo suficiente alto como para interrumpir su discusión.
Silencio. Un silencio rondó alrededor nuestro.
De un segundo a otro comenzaron a abaratarme con ideas, preguntas, objeciones. Todo esto al mismo tiempo.
—Dios... El martes... Panda.. La sed... August...
—¡Van Helsing!—gritaron al unisono; de nuevo—¿Qué van/vamos a hacer?
—¿Están puestos de acuerdo o qué? Ya comienzo a pensar que estar juntos les hace mal. Tranquilos, estaremos bien—decidí—¡Es una cena pagada! ¿Que puede salir mal?
Sip, mi yo arrebatado salió a la luz. Nos miramos durante un minuto para luego romper a carcajadas.
—Creo que quizás no deberíamos ir—propuso una Leila ya seria—Digamosle a August y Aiden que...
Este olor.
—¿Decirnos qué?—Aiden y August aparecieron hablando... al unísono.
¡Encerio! ¿Hoy era el día de hablar al mismo tiempo? ¡Por que nadie me avisó!
—Que...—Leila pedía ayuda con la mirada. Yo tenía la decisión. Ambos amigos se sentaron a mis costados a esperar. August, hueles... ¡Ya Taby!
—No sabemos la hora de la cena—terminé.
—Es a las 8, pero nos juntaremos a la salida para así irnos todos juntos—dijo Aiden y juro que es esos momentos deseaba morirme, de nuevo.
Antes tenía con suerte 2 preocupaciones, ahora eran mas de 20; pero la más importante: se me acabó la comida. ¡Seguía con hambre! Y aun más que antes gracias al rubio a mi lado. Te maldigo August Robinson.
El olor se intensificó.
—Uhm... August tienes... sangre en tu mano—comentó Aiden.
Mi mirada se movió rápidamente. En su mano derecha, más específicamente en la palma tenia un corte diagonal del cual ahora escurría un líquido carmesí.
Un hilo caliente, rojizo y seguramente sabroso de... Taby, se te cae la baba ¡Cierra la boca!
—Supongo que se abrió. Me corté esta mañana al tratar de hacer mi desayuno—dijo al momento que estiraba la mano ensangrentada hacia el centro de la mesa. Justo en mi cara.
Debo salir de aquí.
Contuve el aire viendo como una gota caía. Mis ojos se nublaron y mis sentidos se dispararon. Me moví rápidamente hacia la salida, pasando incluso por sobre las piernas de Aiden de un salto.
Salí hacia el patio. Por suerte no había nadie, eran mediados de otoño por eso supuse que el aire frío me calmara. Traté inútilmente de controlar mi respiración. Lo más seguro era que si estaba un minuto mas arruinaría lo que tantos años he tratado de formar.
—¡Tabata!—oí que alguien me llamaba, pero no era ninguno de mis dos amigos. Era... Aiden.
No me volví, pero tampoco seguí caminando.
—¿Sucede algo? ¿Estas bien? Saliste tan rápido que parecía como si fueras a vomitar... ¿Taby?—su mano tocó mi hombro.
Sentí como mis emociones se volvían locas, al igual que mis dotes. Me volví al instante viendo sus cara... sus ojos... los cuales desprendían ¿Curiosidad?
—Tus ojos están rojos...—Mi mente racional al parecer se fue a Narnia, porque en ese instante mis manos se aferraron a su pecho. Mi boca se abrió directo a la vena que desprendía de su garganta.
—¡Linform!
Parpadee, ya no estaba Aiden frente a mí, y mi mente al parecer había vuelto de ese lugar escondido. Mi mirada cayó donde un pequeño hurón me observaba con grandes ojos azules.
—¡¿Aiden?!
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Zombie
Teen FictionTabata es una Zombie, Aiden un humano. ¿Podrán superar la desigualdad de su ser, la química entre ellos y la creciente sed de ella? Lamento decirte que si esperas una novela como cualquier otra de zombies, con apocalipsis, canibalismo por doq...