Parte 1: Prólogo

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CONFESIONES: EL DIARIO VIVIR DE UNA ZOMBIE

Dioses, suerte o incluso destino; llámenlo como quieran porque en mi caso lo considero una mierda. Tan simple como eso ¿No creen?

Durante toda mi “No vida” más que nada, siempre, pero siempre, este “destino” la ha tomado contra mí. En cada una de mis decisiones y elecciones... en cada camino por el cual he querido ir, éste ha terminado en un fracaso total. Y no me digan que cada uno forma su propia vida o su destino, porque realmente si fuera por mí, mi vida no estaría así, patas arriba. ¡Ah! Por cierto soy una Zombie.

Antes de comenzar a relatarles mi perfecta-maravillosa-y súper feliz “vida” –nótese el sarcasmo– quisiera aclarar dos aspectos específicos acerca de nosotros: Los Zombies.

    I.             Surgimiento

No me gustaría arruinarles la vida diciendo que no hay un apocalipsis inminente en la actualidad, pero la verdad es que eso ya ocurrió. Sucedió. Fin.  Ni siquiera fue una vacuna inventada por algunos de los gobiernos británico, soviético, estadounidense o nipón; no; la realidad es otra.

Tan sólo fue un intercambio de ADN entre un humano y una Titanoboa cerrejonensis. Una forma más sencilla de decirlo seria, que fue la simple mordida de una extraña y ya extinta víbora. Sí ese simple suceso cambio la historia –mi historia–de manera radical.

Esto ocurrió en el siglo XIX, donde David Josh; un “suertudo” campesino de la zona Oeste del rio Amazonas; el cual cuando iba en dirección al pueblo más cercano se encontró cara a cara con este animal. Por cruzar su  territorio de manera violenta el animal lo atacó y Josh murió a causa del veneno.

Pero por un extraño motivo, la saliva y veneno de la víbora se mezcló con la sangre y ADN de Josh modificando progresivamente su sistema. Como se encontraba en medio de la nada nadie lo encontró hasta 6 días después del incidente, periodo de tiempo que duró su “metamorfosis” creando de aquella manera la criatura sobrenatural.

Desde aquel día sus hijos –sí, podemos tener hijos­– y los hijos de sus hijos mueren al nacer, reviviendo 6 días más tarde, cumpliendo así el cambio y transformándose en lo que ahora lo que los humanos conocen como “Zombies”.  Hay otra manera, la más conocida a decir verdad. También se puede llegar a ser uno  de nosotros con un simple intercambio de sangre y saliva de un Humano y un Zombie –mi caso–. Una opción diferente y a la vez parecida a lo que comúnmente se atribuye  a la mordida, desgarramiento  o canibalismo, entre muchos otros inventos superficiales y tecnisistas de las personas; aunque de cierta manera, también funcionan.

Por si se preguntan, no somos el típico cadáver ambulante extremadamente putrefacto hambriento de carne y cerebros, no. ¡Tenemos casi la misma apariencia que un ser normal! Las únicas diferencias radican en nuestro ADN, al encontrarse celularmente “mutado” nos da dotes que comúnmente los humanos no tienen. Somos más fuertes, más rápidos, más resistentes, inteligentes, audaces, y de una regeneración más rápida –de cierto modo– comparada a la de un ser humano común y corriente. Pero todo don trae con ello una contradicción, sí; no son solo maravillas, cuentos de hadas o finales felices; créanlo.

Al no estar completamente “vivos” de alguna manera nuestros cuerpos requieren ciertas necesidades alimenticias (Especificadas en el punto II), además de ciertas restricciones. Somos resistentes en el ámbito físico, si, pero hay excepciones claras a esto: No podemos estar mucho tiempo en contacto directo con el sol ya que los músculos expuestos de contraen de manera que luego es difícil y doloroso su más simple movimiento y por algún motivo no es posible arreglarlo con nuestra regeneración. También por ese motivo nuestro aspecto o piel es grisáceo, con venas enmarcadas en cada sector de nuestro cuerpo. Por ello es indispensable el uso de maquillaje –fabuloso invento, hay que destacarlo– que nos permite mezclarnos con el resto.

  II.        Alimentación

Como anteriormente  aclaré no somos aquellos seres sedientos y hambrientos de cerebros o cualquiera de aquellas semi-mentiras.

Escribí semi-mentiras porque no están del todo mal. Un ser como nosotros puede alimentarse al igual que una persona con excepción de frutas y verduras... básicamente alimentos derivados de algún animal en definitiva carne. Pero cada cierto tiempo debemos  beber sangre humana. Como leen,  nuestros cuerpos también se abastecen de ese líquido escarlata imprescindible, para todos, pero de manera menos abundante en nuestro caso. Un ser humano normal dota de poco más de 4  litros, pero, al contrario de ellos solo tenemos un 30% de su total, lo que equivale a 1,2 litros de sangre por Zombie. A pesar de nuestra rápida regeneración, si sufrimos de una hemorragia severa, ésta podría ser mortal. Por ello la mayoría de las mujeres en este estado se abstienen de tener hijos ya que esa acción, sin el debido cuidado y la transfusión necesaria podría ser mortal. Un alivio para ellas –nosotras– es que en comparación a un mujer corriente no tenemos lo denominado “periodo” lo que es fantástico –en mi punto de vista–. Por este motivo es imprescindible el beberla. Algo en común que tenemos con aquellos odiosos y presumidos se los vampiros –Sí también existen–. Aunque también es algo que nos diferencia de estos odiosos seres porque a diferencia de ellos no estamos orgullosos de ello.

Ya que a lo largo de los años en que nuestra especie se ha extendido por todo el mundo este inconveniente extra ha sido; de cierto modo; corregido. Existen bancos de sangre especializados para los de nuestra especie, donde los seres humanos que conocen de nuestra existencia pueden donar voluntariamente sin temor.

En toda comunidad hay quienes se abstienen de ciertas cosas y en el caso de nosotros –me incluyo– es el hecho de que no bebemos la sangre de las personas; aunque esta sea donada; tratamos de mantener nuestros cuerpos con solo sangre animal. No todos lo logran, pero para alguien como yo que ha vivido casi toda su vida sin este líquido escarlata, es casi factible.

Para concluir de una manera simple:

 ¡No somos todo lo que dice Hollywood! Entiéndanlo, no crean todo aquello que le digan esas tontas películas que solo malinterpretan nuestro diario vivir y lo que somos y hacemos. Y como ven tampoco salimos del fondo de la tierra cono en el video de Michael Jackson... ¡Supérenlo!.

Besos a todos: Tabata Dumort Zaruman, La Zombie.

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