Capítulo 14: Una cena al estilo Van Helsing (Parte 2)

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Capítulo 14: Una Cena al Estilo Van Helsing (Parte 2)


Mis nervios me recorrían el cuerpo de una manera poco convencional. Los ojos pardos del tataranieto del gran Van Helsing me recorrieron de manera completa e inclusive al chico que me sostenía por los hombros. Hice mi mejor mueca de asco. Ugh.


Al ver mi gesto noté como sus ojos centellaron chispas y la comisura izquierda de sus labios se elevó. Agudizando mi oído percibí como nuevamente suspiros femeninos escapaban de entre mis compañeras, Leila incluida.


Eso no es normal. Algo me olía mal y no era precisamente el extraño caldo del vagabundo a cuadra y media de aquí. No. Era esa clase de presentimiento humano que te dice que algo va a suceder, y sé, que éste Van Helsing estaba metido en ello.


—Pasen, pasen adelante mis buenos comensales —su mirada fija en cada uno de los sobrenaturales presentes me alteró.


Caminamos más hacia el amplio interior de Panda, mientras Eduart nos guiaba hacia nuestras mesas, las que casualmente se encontraban al fondo del sector. Mierda.


Comencé a retorcer mis dedos involuntariamente.


A medida que avanzábamos observé las distintas cámaras ocultas que un humano normal quizás ni siquiera sepa que están. La decoración había cambiado a un cuarto durazno viendo cómo los espejos de distintas formas y tamaños constituían la mejor decoración del lugar.


Dioses, ampárenme que esto no me gustaba para nada ¿Por qué nadie lo notaba?


—Tranquilízate.


La voz de Aiden; melodiosa y ronca; me hizo regular mi alocado palpitar. Lo miré. Sus ojos zafiro conectaron con los míos. La electricidad de siempre me recorrió la piel. A pesar de aquello pude notar que no era la única nerviosa. Su mandíbula se veía algo tensa y su torso firme y alerta.


Noté como su brazo descendía de mis hombros a mi mano entrelazándola con fuerza.


—No eres la única que nota algo extraño —¡Por fin! Esperen... ¿Cómo lo supo? ¿Puedes leer mi mente? Su respuesta llegó a mí en un leve movimiento de cabeza.


Los sobrenaturales del equipo masculino se veían incluso más tensos y nerviosos que yo. Los lycans agrupados, vampiros egocéntricamente preocupados y los brujos se mantenían inusualmente juntos. ¿Por qué podía haber brujos y no zombies? ¿Discriminación social? ¡No señores! La respuesta es más complicadamente fácil que eso: Somos unos vagos.


Pero de eso hablaremos luego... si es que lo recuerdo.


Pero volviendo al tema... era la única Zombie del lugar. Rayos. Desearía que al menos Bryan estuviera aquí... esperes ¿A dónde fue Leila?


La busqué con la mirada casi como una demente, pero al menos la encontré, justo dónde menos lo esperaba: Liderando al grupo junto a las demás mujeres.


¡Eso era! ¡Mujeres!


—¡Aiden, son las mujeres! —susurré en su oído de manera un tanto entusiasmada —Están con las hormonas usualmente alteradas.


—Gracias, pero lo noté —su comisura derecha se elevó mientras me observaba con malicia —Incluso tu babeabas.


—¡Oye! —lo reproché. Yo no babeo... o eso creo.


Una leve risa surcó de lo profundo de su garganta.


—Ya hablando en serio —se dio el tiempo de tragar saliva. Su manzana de Adán se movió con ella —Pasé un tiempo investigando este lugar, ¿Él no es algo de ese famoso cazador de monstruos? Aquel de la película.


Su inocencia me daba tanta ternura. Sonreí.


—Sí, es su tataranieto... pero...


—Tomen asiento, mujeres por favor al lado derecho y hombres al izquierdo —su voz sonó ronca y fuerte interrumpiéndome de inmediato —La cena, está a punto de comenzar.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2016 ⏰

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