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Ahora se encontraban los 4 comiendo en la mesa, entre Sacarosa y Albedo había un silencio incomodo mientras que Mona se entretenía con Klee, pasaron los minutos y las chicas de las coletas ya habían terminado de comer.

— ¿Vamos a jugar Klee? — Le preguntó Mona con una sonrisa, algo planeaba.

— ¡Si vamos! — Respondió Klee con disposición a irse con Mona.

— Klee, no regreses muy tarde — Advirtió Albedo recibiendo una sonrisa de la pequeña y saliendo de la casa junto a Mona.

Ahora el silencio y tensión era mucho más evidente entre estos dos.

— Gracias por la comida... — Agradeció por lo bajo Sacarosa.

— ¿Eh? Bueno... Gracias por acompañar a Klee... Yo, eh... Con respecto a Mona— Albedo trataba de explicar aquella situación sin embargo fue interrumpido por Sacarosa.

— No se preocupe, entiendo que usted tiene su vida personal fuera del trabajo, solo fue...Un poco sorpresivo — Se notaba que estaba algo deprimida — Yo... Le ayudaré a recoger lo del almuerzo — Al instante se paró y comenzó a recoger la mesa.

— Oh, bueno... Gracias — Respondió y comenzó a recoger la mesa también.

Mientras tanto Mona y Klee que se encontraban caminando por la ciudad.

— Oye Klee ¿Qué opinas de Sacarosa? — Pregunto Mona de forma bastante casual.

— ¡Sacarosa es la mejor! — Respondió con una sonrisa — Aunque a veces Albedo pasa mucho tiempo con ella en el trabajo, preferiría que Sacarosa viniera a casa y juguemos todos juntos—.

— ¿Y qué opinarías si Albedo y Sacarosa fuera novios? —.

— Mmmm... ¡Seria genial! Albedo tiene muchos dibujos de Sacarosa, seguro le parece muy bonita — Klee se veía muy feliz al hablar.

— ¿Enserio? ¿Y no le has preguntado por que la dibuja tanto? —.

— Solo me dijo que no le dijera a nadie... Oh ¡Por favor no le digas a nadie que Albedo tiene muchos dibujos de Sacarosa! ¡Es un secreto! — Exclamó muy triste Klee.

— Siempre dije que los callados son los que tiene más secretos — Dijo Kaeya.

— No te preocupes Klee, nadie se enterará de que a Albedo le gusta Sacarosa— Gritó Amber desde el cielo.

— ¡Gracias Amber! ¡Por favor que nadie sepa! — Gritó de vuelta Klee — Eso estuvo cerca...—.

Mona suspiró todo Mondstat sabía que a Albedo le gustaba Sacarosa ahora faltaba que el par de alquimistas lo supiera lo cual no parecía ser pronto al paso que iban.

— Oye Klee ¿Qué te parece un paseo por la oficina de tu hermano? — Mona tenía un plan y no dudaría en llevarlo a cabo.

— ¡Ohh! ¿Si! ¡Klee quiere ir! ¡Vamos! — Exclamó con alegría la pequeña.

— Bien pero antes pasaremos por la taberna de Diluc —.

Ambas chicas pasaron por la taberna siendo Klee quien terminaría pagando el consumo de Mona ¿Cómo una niña de 10 años tenía más dinero que una adulta independiente de 19? Buena pregunta, una vez salieron del lugar fueron camino a la montaña y llegaron al lugar de trabajo del dúo de alquimistas, ambas chicas tenían curiosidad y aunque Mona sabía que no debería junto a Klee estuvieron toqueteando curiosamente cada cosa que veían.

— No me gusta este lugar, no entiendo ningún libro ni para que sirven estas cosas — Se quejó Klee.

— La verdad a mi tampoco me encanta, hace frío, pero bueno ya podemos irnos, recuerda no decirle nada de esto a tu hermano —.

— ¡Prometido! — Afirmó Klee en posición de soldado.

Y con su misión terminada ambas chicas regresaron a Mondstadt a seguir dando vueltas por ahí evitando ir a la casa de Albedo y así dejándolo más tiempo a solas con Sacarosa los cuales ya en este momento parecían tener un poco menos de tensión entre ellos aunque aún el silencio abundaba, Sacarosa estaba leyendo la novela de Xingqiu, mientras que su rubio acompañante se encontraba dibujando y no cualquier cosa, si no a la joven que se encontraba leyendo, por su mente pasaban muchos pensamientos como ¨¿Por qué siempre termino dibujándola a ella?¨ ¨Sus orejas son muy curiosas¨ ¨Oh, tiene unos lindos ojos, bueno su expresión en general es linda¨ ¨¿Si se da cuenta que la estoy dibujando? Bueno, no tendría nada de malo, solo es un dibujo ¿No? ¨. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Sacarosa se levantó de su asiento acercándose a él, por instinto pasó la página de su libreta evitando que Sacarosa viera que era ella a quien dibujaba, pero... ¿Por qué? La dibujaba constantemente pero nunca le había mostrado alguno de aquellos garabatos, solo los guardaba ¿Acaso se avergonzaba? Realmente no había pensado eso.

— Albedo-Sensei ¿Cómo se volvió el ilustrador de las novelas de Xingqiu? Realmente me gustan sus dibujos y estoy segura que a todos los demás lectores, pero... Usted no ilustra otros libros ¿Tienen algo especial estas novelas? — Pregunto curiosa mientras mantenía su mirada en el libro y pasaba las páginas viendo a detalle las ilustraciones.

— Bueno... — Por alguna razón sus ideas tardaron un poco en venir a su mente, estaba más pendiente de que Sacarosa no viera el dibujo — Particularmente me gustó su historia y Xingqiu es alguien agradable, no dibujo por dinero, es solo por gusto no trabajaría para cualquier persona y menos si la historia ni siquiera me gusta o me trasmite algo para dibujarla — Ya estaba hablando con mayor fluidez.

— Algún día me gustaría escribir una novela y que usted la ilustre — Aquellos gentiles ojos y esa tierna sonrisa eran, eran simplemente fantásticos.

— Me encantaría hacerlo —.

— Entonces cuento con usted —.

Ahora el silencio que había entre ellos dos era más agradable, habían vuelto a lo habitual de lo que era su día a día, pero, aunque el ambiente estuviera relajado ambos aun tenían esa pequeña espina de aquel momento tan incómodo.

— Sacarosa — Llamó Albedo atrayendo la atención de la recién nombrada quien ahora lo miraba con curiosidad — Sobre Mona, te aseguro no era lo que pensaste, solo es un malentendido, ella y yo, te aseguro que no — Aunque quería decirlo de la forma más simple y rápida inevitablemente le generaba algo de vergüenza.

— Bueno... Si, creo que pensé que ustedes, ya sabe... Realmente no importa igual no tiene que darme explicaciones — Realmente la ponía algo nerviosa hablar de aquello.

— Si... No tengo que dártelas, pero no quería que pensaras algo que no era después de todo tu... — Hizo una pequeña pausa ¿Estaba bien decirlo? — Tu eres mi amiga, aunque me trates de superior mucho que te diga que no y también me admiras, no quiero que tengas esa perspectiva de mí—.

— Albedo-Sensei yo — Y antes de que Sacarosa pudiera seguir hablando ya había sido interrumpida.

— ¡Klee volvió! — Exclamó la niña al ingresar a la casa.

Klee corrió a abrazar a Albedo y este le correspondió acariciando su cabeza, luego miró a Sacarosa esperando que ella continuara con lo que iba a decir, aunque no hubo respuesta.

— Oh ¿Qué pasó? — Preguntó curiosa Klee.

— Na-nada, bueno solo iba a agradecer a Albedo-Sensei por la comida y bueno yo ya me retiro, ya esta oscureciendo, tengan una linda noche — Y así sin esperar respuesta Sacarosa se despidió y retiro del lugar.

Amor Entre AlquimistasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora