—Vamos, vamos, así no llegarás a tiempo con Sacarosa — Decía Hu Tao mientras empujaba a Albedo a la salida de la casa.
— Sí, no te preocupes por nosotros, Klee está en excelentes manos puedes volver mañana sin problema — Agregó Xingqiu.
— ¡¿Mañana?! ¿Por qué volvería mañana? — Cuestionó el alquimista.
— Oh bueno, quien sabe... — Agrego con una pequeña risa Hu Tao.
Y sin darle más oportunidad a replica el dúo le cerró la puerta en la cara a Albedo, al parecer no tenía opción... Igual Razor estaba con Klee con suerte no explotaba todo Liyue, así que sin más que hacer se encamino hacía Sacarosa. Era extraño y novedoso para él todos esos nuevos sentimientos, siempre estuvo muy inmerso en su trabajo e intereses que no prestó más atención a su entorno, vivía con tranquilidad sin involucrarse mucho sentimentalmente después de todo era algo que no dominaba del todo, realmente se mantenía en una constante estabilidad sin altos y bajos, hacerlo enojar era algo prácticamente imposible.
En cualquier caso, viendo el presente, era una realidad ahora Albedo estaba enfrentando un lío amoroso y estaba a nada de dar frente a ello. Ahí estaba sentada en una de las mesas claramente esperándolo.
— Perdona la demora — Se disculpó Albedo mientras tomaba asiento.
— Esta bien, no llevo mucho... — Claramente estaba nerviosa, bueno los dos, ni siquiera podía verse a la cara.
El silencio entre ellos era incomodo ninguno sabía como iniciar la conversación, no tenía la mínima idea de que decir.
— ¿Puedo tomar su orden? — Hablo la camarera.
La noche estaba invadida por las estrellas y por sobre todo la luna, a los ojos de Albedo Sacarosa se veía tan hermosa apenas pudo oír su voz en los últimos días, era realmente dulce y suave mientras ordenaba con la camarera, verla y escucharla era embriagante incluso no podía evitar pensar en que le encantaría pintarla con ese fondo mientras que platicasen del trabajo, estaría más que encantado.
— ¿Y usted caballero? — Preguntó la camarera, había quedado tan embobado que ni pensó en que comería.
— Lo mismo que mi compañera... — Respondió algo avergonzado ni siquiera prestó tanta atención esperaba que no fuera algo abundante ya que odiaba desperdiciar comida o comer demás.
— Claro, enseguida les traigo su orden — Y acto seguido se retiró.
— Albedo — Rompió el hielo Sacarosa — Quisiera que me explicaras... Bueno, tu sabes — Pronunció nerviosa y aunque Albedo no es que se sintiera mucho más relajado pudo percatarse que Sacarosa le hablo de igual y no como superior, era obvio el porque pero incluso así no pudo evitar tener una pequeña sonrisa — ¿Dije algo gracioso? — Cuestionó algo incomoda por la reacción de su acompañante.
— No, perdón. Solo me pareció lindo que me dijeras Albedo aunque doy por hecho que es porque ya perdiste toda admiración por mí — Respondió y acto seguido soltó un suspiro, realmente era incomodo — Sacarosa yo no recuerdo nada de lo que pasó esa noche o al menos no la mayoría de cosas, Mona y Kaeya fueron los complicaron todo esa noche y Mona fue quien dejo la botella de alcohol, no me quiero quitar la culpa de haberte hecho sentir mal pero te juro que jamás tuve esa intención porque simplemente no recordaba ni aún lo hago — Se notaba que al pensar aquella tontería de ese par lo fastidiaba pero lo que más molestaba era haber lastimado a Sacarosa.
Lo había dicho, por fin sentía que se había quitado ese peso de encima sin embargo Sacarosa estaba teniendo un caos interno, se sentía traicionada por Kaeya y entendía el porque fue a su casa ese día, claramente se sentía culpable también avergonzada de que aquellos actos hayan sido vistos por dos personas más incluso si no se llegó a mayores era simplemente una vergüenza total y por ultimo el haber sido tan cruel con Albedo él cual ni siquiera recordaba aquello, todo aquello la hizo inevitablemente empezar a botar lágrimas, simplemente no pudo evitarlo y ahora se sentía aun más avergonzada de estar llorando frente a Albedo en un espacio público, quería desaparecer.
— Vamos, te acompaño a tu habitación — Dijo Albedo tomándola de la mano, sabía que ella no quería estar ahí.
Albedo dejo dinero en la mesa por lo que asumía y un poco más debían de ser los paltos que no consumieron. Sacarosa solo asintió con la cabeza y acompañada de Albedo se encamino a la habitación donde se estaba hospedando. Él no quería decirle nada hasta que se calmara y solo se limitó a hacerle compañía hasta la puerta tal vez tendrían que seguir la conversación después, pero eso ahora no le importaba.
— ¿No vas a entrar? — Preguntó apenada Sacarosa al ver que Albedo se quedaba en la puerta.
— Solo si así lo quieres —.
Sacarosa se limitó a hacer un leve movimiento con la cabeza esperando que Albedo por fin ingresara a la habitación y al entrar por fin la cerró. Apoyando su espalda en puerta recién cerrada se deslizo hasta quedar sentada abrazado sus rodillas y ocultando su rostro.
— Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento — Se disculpó una y otra vez — Si no recuerdas nada probablemente estabas más embriagado que yo, ni siquiera se en que pensé, probablemente ni si quiera lo haya hecho incluso así te- le trate mal, lo siento tanto — Su voz se estaba quebrando y aunque no pudiera ver su cara se la podía imaginar sin mucha dificultad.
— Sacarosa esta bien, ni tu ni yo bebemos alcohol y tomamos una mala decisión los dos, no hiciste nada malo — Trato de consolarla, realmente no quería que llorara. Se sentó en el piso justo frente a ella, ya no quería que llorase — No estoy en absoluto molesto contigo.
— ¿De verdad? — Levantó ligeramente la cabeza.
— Te lo aseguro, lo más quiero es que todo vuelva a ser como antes, bueno si pudieras seguir hablándome de igual no me molestaría es más creo que lo agradecería, pero tu entiendes a lo que me refiero.
Que todo vuelva a ser como antes... De alguna manera era lo que querían, pero a la vez decirlo y escucharlo fue algo doloroso, querían que fuera como antes y más.
— Albedo... — Estaba muy nerviosa, tal vez debería simplemente callarse, pero tenía que preguntarlo — ¿No me considera una chica con la cual mantener una relación más profunda? — Lo dijo, su corazón latía muy rápido, tenía miedo.
— ¿Lo dices por lo de esa noche? — No hubo respuesta — Eres la chica perfecta Sacarosa... — Si aquella habitación estuviera llena su voz ni siquiera podría ser previsible.
Ambos estaban sonrojados y sus corazones acelerados, sentían que habían dicho todo, pero a la vez nada, querían expresar más que palabras, lo necesitaban, el uno al otro.

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Amor Entre Alquimistas
FanfictionAlbedo y Sacarosa pasan mucho tiempo juntos, tarde o temprano por parte de alguno tendrían que salir sentimientos a flote la pregunta es ¿Quién? ¿Cómo? Ambos muy inteligentes y amantes de su trabajo ¿Como saldrán los sentimientos a flote?