Biblioteca.
Corro por la carretera tan rápido que no me da tiempo a pensar que diablos acaba de pasar.
Llego a la escalera de mi casa, subo rápidamente y entro chocando con todo, cierro la ventana y las cortinas, corro a mi cama sin importar el ruido y me arropo de pies a cabeza. Ahora me doy cuenta de que me tiemblan las piernas como gelatina al igual que todo el cuerpo.
Había salido de mi casa todas las noche durante días, sola, a oscuras y al bosque y no me había dado miedo, hasta hoy, hasta que ví esos ojos rojos con puntos negros.
Me duermo pensando en lo que ví.
***
Después de la visita al baño- sin ganas, hoy amaneció lloviendo y hace frío, mucho frío- me dirijo a mi armario para ver que me pongo, elijo un skinny jean que me llega a la cintura con tres botones, es un jean azulado, una blusa negra con escote en V, blazer de color negro que me llega a los principios de los muslos, con ello unas botas sin tacón también negras, me llegan un poco más arriba de las rodillas, aquí lo que resaltará será el azul del jean.
Me arreglo la cara -peinar mis cejas y ponerme humectante en los labios, si me maquillo pareceré una payasa, no se me da ese lujo- mi cabello lo dejo suelto por mis hombros en grandes rizos y cojo mi mochila negra-si no se han dado cuenta es mi color favorito- y bajo al comedor.
Todas esas personas que mencioné antes, si, viven en mi casa.
Desayuno rápidamente y espero al autobús con mis audífonos puestos, no es que no me guste socializar, no, más bien no me agrada la gente. Me siento en los primeros asientos para así no tener que chocar con todos cuando lleguemos.
Cuando llego no me espera mi mejor amigo mala influencia o la que no mata ni una mosca, cuando llego me espera el bullicio de la secundaria y el aburrimiento de las clases.
—Examen sorpresa— anuncia la profesora de matemáticas nada más poner un pie en el salón, el cual se llena de quejas— ¡Silencio! Son de los últimos temas hablados, nada que no hayan visto. Mochilas detrás de la silla o al lado, lápiz, borrador, sacapuntas sobre la mesa y el cuaderno para revisarlo, nada más.
Quejándose de la profesora todos hacen lo pedido y la maestra reparte los exámenes mesa por mesa mientras recoje los cuadernos.
—Quiero total silencio, al que vea volteando o hablando le quito el examen y se atenderán a las consecuencias—. Dicho esto se sienta en su sitio para ponerse a revisar los cuadernos.
Veo la hoja en mi mesa como la octava maravilla del mundo, amo las matemáticas y me apasiona poder resolver problemas.
Termino de primera en menos de media hora, la maestra me mira sin ningún asombro, pues ya está acostumbrada, y me manda a sentar de nuevo.
Como tengo permiso, Aint Met Us Yet inunda mi mente, relajándome al instante. No puedo vivir sin la música.
***
Después de las clases voy caminando a la biblioteca del pueblo que está cerca del instituto.
Entro y me dirijo a la sección de animales y naturaleza, busco entre las estanterías uno que contenga todas las especies conocidas.
Descubre el Mundo Animal dice la portada, entonces lo cojo y me siento en una de las tantas mesas que hay. En la más alejada posible.
Por suerte tiene un indicador que dice en que página está cada cual, ya sea mamífero, terrestre, o acuático.
Busco y busco algo que se parezca a lo que yo ví, unos ojos rojos con puntos negros, encontré ojos rojos, pero no con esos puntos disfuncionales como los que ví.
Los que ví.
¿Qué ví realmente?
¿Qué era?
¿Qué es?
¿Qué tipo de animal es?
...¿Es un animal?
Tantas preguntas sin repuestas.
Me rindo con ese libro y busco pero no encuentro nada.
—Mmm... hola—Saludo a la chica detrás del mostrador— ¿Sabes dónde puedo encontrar libros de animales de ojos rojos con puntos negros?— pregunto intentando no sonar como una loca.
Vaya, cuánto esfuerzo.
Cállate.
¿Se te olvida que estoy en tu cabeza?, ¿Que yo soy tu?
Ca-lla-te.
Bien, bien.
Ella me sonríe, bien, vamos bien.
—Busca en el área de animales.
—Ya busqué, no encontré nada.
—¿Hojeaste el que dice Descubre el mundo animal?
—Si, y muchos otros.
—Pues busca en el área de fantasía.
¿Qué?
—¿Eh?
—Que yo sepa no conozco un animal con ojos rojos y puntos negros, busca en fantasía a ver si encuentras algo parecido.— y me sonríe de nuevo, que agradable chica.
—Bien, gracias...— dejo la oración incompleta para que me diga su nombre.
—Camryn, y no es nada.
—Gracias, Camryn.
Entonces me dirijo de nuevo hacia los estantes, ésta vez a los de fantasía.
Siento que busco una eternidad cuando no encuentro nada, vuelvo con una sonrisa de niña buena al mostrador.
—Eeh, h-hola Camryn, disculpa pero no encontré nada, ¿no hay otra categoría en la que pueda encontrar algo parecido?
—No lo sé, tal vez en el almacén que hay estantes pequeños de todas las categorías que se exhiben aquí afuera.
Suelto un suspiro de alivio—¿Podemos ir ahí?—. Pregunto juntando mis manos.
—No lo sé, es solo para personal autoriza...
—Pero tú trabajas aquí ¿no?, Por favor, en serio lo necesito y ya se me hace tarde.
—¡Jake!—llama y rápidamente llega jadeando un chico de unos quince años —Quedate aquí, vuelvo en unos minutos—luego me mira a mi—Vamos...
—Adelainë.
—Vamos, Adelainë.
Lejos de las estanterías llegamos a una puerta de metal que dice en grande y rojo prohibido el paso, solo personal autorizado.
—¿Eres personal autorizado?— le pregunto mientras ella abre la puerta.
—No.
—Genial— sonrío entrando primero que ella.
¿Cómo tiene la llave?
Cosas de la vida conciencia, cosas de la vida.
El almacén es como una mini biblioteca.
—Tu busca en la sección de los animales, yo busco en fantasía— digo y nos ponemos a eso.
Camryn está ocupada buscando del otro lado y yo encuentro un libro extraño, es pequeño pero grueso, su nombre es extraño y su portada mucho más.
Es de color negro, completamente, dos esferas rojas son las protagonistas, ¿y adivinen que?, tienen puntos negros desfigurados, debajo de ellos, en letras blancas con moho se lee claramente...
La Bèstia que Viu en la Foscor.
¿Foscor?
¿El pueblo?
¿Qué mierda dice ahí?
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Algo En El Bosque Te Observa
FantasyUn huracán destruyó el pueblo. Un huracán causó mal y dolor en las personas. Un huracán desató caos en Foscor. Un huracán liberó a la bestia... Y tiene hambre.