Muerte.
—¡Mamá, Papá, vengan a ver esto!— llamo y me quedo viendo mi cuarto lleno de rosas negras, por la cama, el piso, los escritorios, los estantes, todo.
Ellos llegan— Miren— abro mis brazos para mostrarles las rosas que para mí suerte siguen ahí y no me tacharan de loca.—¿Qué cosa?— pregunta Cory asomando su cabecita por la puerta.
—Las rosas negras, ¿no las ven?— pregunto volteando y confirmando que si siguen ahí.
—¿Todo ben?— Kam, mi prima más pequeña de cuatro años me mira desde los brazos de su mamá.
—Si, bebé.
—¿Estás bien?-— pregunta Mayxi cuando se van todos.
—¿Eh?, ah sí, claro, lo estoy, solo quería jugarles una broma.
Ella asiente poca convencida y vuelvo a mi cuarto el cual no tiene ni un rastro de alguna rosa.
¿Q-Qué?
Me estoy volviendo loca.
***
Los días pasan y no hay otro encuentro entre la sombra y yo o algo extraño.
Ya la paranoia no me persigue, es más, he vuelto a salir en las noches al bosque, nado en el lago y floto para ver las estrellas brillar como sólo ellas saben hacerlo.
Hoy es uno de esos días en los que siento que todo está mal y está bien, dejémoslo en neutro. Tengo que hacer un trabajo y una presentación oral al otro día pero quiero salir a bañarme al lago, jeje.
—¿Terminaron sus clases?—. Pregunta papá.
—¡Si, señor!—. Respondemos a coro mis primos, mi hermana y yo.
—¿No les queda ni una por hacer?— se pasea por la fila que tenemos hecha seriamente.
—¡No, señor!
Wao Adelainë, que bien se te da mentir.
—Ahora, ¡¿quién quiere ir al lago?!
—¡Nosotros, señor!
—¡A cambiarse!
—¡SI, SEÑOR!
Corremos escaleras arriba para cambiarnos y preparar los bolsos, pues es temprano en la mañana y todo el pueblo va al lago. Hoy se hace desde parrilladas hasta juegos acuáticos y, cuando cae la noche una fogata inmensa se enciende para azar malvaviscos y salchichas, es uno de los tantos días en los que el pueblo se reúne a convivir.
Y, a pesar de la muerte de Jake, lo van a hacer en su honor ya que a él le encantaban estos días.
Preparo mi bolso con lo necesario y vuelvo y reviso que no falte algo.
Abajo juego un poco con mi gatita en lo que mi familia baja.
El lago está lleno de gente, ya sean niños o adultos, alrededor y por la orilla hay distintas estaciones de comida que cada familia trae para compartir.
A la mía le toca este año las bebidas, por eso mientras preparan la estación yo me alejo un poco para abrir mi silla y acomodar mis cosas en una pequeña mesa plegable.
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Algo En El Bosque Te Observa
FantasiUn huracán destruyó el pueblo. Un huracán causó mal y dolor en las personas. Un huracán desató caos en Foscor. Un huracán liberó a la bestia... Y tiene hambre.