Capítulo XVII.

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Sola.

Miro en shock total el vidrio roto de la ventana, corro a ella al igual que mi familia y todos vemos a mi padre en una mala posición en el suelo. Bajo lo más rápido posible y cuando llego su pecho sube y baja lentamente.

Me mira.— T-Tu...—tose— Aléjate de m-mi.

—Como quieras.

No le voy a perdonar lo que me hizo, lo que me ocultó.

Mamá llega y se arrodilla a su lado articulando cosas inteligibles.— Cariño, ¿e-estás bien?— le toquetea el rostro en busca de heridas graves.

—Si.— responde seco, intenta moverse pero grita al mover la pierna, que está en una posición extraña y fea— ¡Me rompiste la pierna!— me grita.

Pisa levemente el suelo cinco veces, de nuevo esa voz, pisa levemente el suelo cinco veces.

No, déjame, vete.

Pisa levemente el suelo cinco veces, pisa levemente el suelo cinco veces, pisa levemente el suelo cinco veces.

No quiero hacerlo, no quiero, pero mientras auxilian a mi padre piso levemente el suelo cinco veces.

La tierra empieza a temblar, al principio es casi impersistible, pero luego sube de nivel, la tierra debajo de mi padre se mueve en ondas, solo en esa parte donde el está tirado, raíces pequeñas salen de la tierra y de pronto todo para, y mi familia se ven confusos entre ellos.

¡Boom!

Una enorme raíz sale de la tierra debajo de mi padre atravesándolo por el estómago, gime dolorosamente y todos giran hacía mi en shock, mamá grita de horror y yo corro, huyo de ese lugar antes de que acabe con mi familia.

Me adentro al bosque, mis tenis mojándose con algún charco de agua que se interpuso en mi camino. No sé realmente hasta donde llego, solo veo árboles y árboles, camino y llego a un claro donde solo hay pasto y enormes pinos rodeándolo.

Respiro hondo y hundo mis dedos en mi cabello.

Dios, Dios, ¿qué pasa? ¿Qué acababa de pasar?, ¿qué hice?, ¿por qué papá estaba tan enojado?, no es mi culpa, no es mi culpa.

Si lo es, la misma voz de antes inunda mi cabeza, querías matarlo, querías hacerlo sufrir.

No, no, no quería, no era yo.

¿Por qué estoy hablando sola?

¡Vamos!, Deja de repetir esa excusa tan estúpida.

¡Ya déjame!, ¡déjame!

Los árboles se mecen y los pájaros salen apresurados, una brisa fuerte me rodea y me hace retroceder. Una sombra grande da vueltas alrededor mío, la sigo y hondea frente a mi.

—¿Qué quieres?— pregunto a esa cosa con ojos; no le tengo miedo, ya no.

—A mi padre de vuelta— la voz en mi cabeza responde.

—¡Ya sal de mi cabeza!— grito.

—Lo siento—se ríe ya fuera de mi cabeza, su voz muy diferente, como si tuviera mil acentos juntos— es divertido.

—Pues para mi no.

¿Por qué diablos sigo hablando con... bueno, con eso? Confirmado, ya estoy loca.

—No, no lo estás—habla hondeándo a mi alrededor— Simplemente tu verdadero tu está dominando tu cuerpo, poco a poco, cortesía de mi padre.

—Vamos, Skaurs, no crees...

Me callo de golpe, recordando las reglas, la sombra retrocede como si estuviera sorprendida.

—Debo admitir que me sigues sorprendiendo, deberías estar muerta al pronunciar mi nombre.

—¿Por qué?, Las amenazas de tu librito son mentiras, el abuelo dijo tu nombre y no murió.

Ríe— Es un brujo, claro que no le hará nada.

—¿B-Brujo?— ¿de que más me enteraré hoy?

—Seh, pero eso que te lo cuente el, me aburre. ¿Quieres conocerme?, yo también, quiero estrenar mi nuevo cuerpo.

No me da tiempo a replicar o hablar, la sombra se vuelve un remolino y desde un metro de altura del suelo aparece... no puede ser, está muerto, está muerto.

—Me presento, soy Jack, un gusto.

Algo En El Bosque Te ObservaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora