5:55 p.m.
—¡Es mi hija! ¡No pueden sacarme!—. Escucho la voz de mi mamá a lo lejos, es un grito de ayuda, de comprensión.
—Señora...— una voz desconocida se hace presente.
—¡No!, ¡me niego!, ¡salgan!, ¡déjenme!
—Señora...
—¡Denunciaré este hospital...!, ¿Cómo pueden venir y...?
—¡Señora, su hija va a morir!— al parecer es el doctor.
Esperen...
¿Qué ha dicho?
¿Y-yo moriré?
Necesito abrir los ojos, moverme, pero no puedo, es imposible, siento mi cuerpo como una gran roca y me duele absolutamente todo. Ni que me hubiera caído de un edificio de treinta pisos... claro, como si hay pisos de treinta pisos en Foscor.
—¿Qué?— ahora las voces son más claras.
—Su hija tiene muerte cerebral, está muriendo, señora.
No puede ser.
Pero, ¿cómo tengo conciencia?
—No...—a pesar de que ya puedo escuchar bien eso sonó como un susurro—No, eso no puede ser posible, tiene que haber una solución— hay desesperación en su voz.
—No hay, volveré en media hora para saber si quiere desconectarla— la voz del hombre es firme y fría, escucho unos pasos y luego una puerta cerrarse. Los doctores son así, van al punto y te dicen lo que hay.
—No, mi niña, no— siento sus manos en mi rostro.— Esto no puede estar pasando.
La puerta se abre y escucho muchos pasos.
—¿Qué pasó? ¿Cuándo le darán el alta? Ella y yo tenemos cosas que hacer—. Esa es la voz energética de Alarik.
—E-ella, ella, ¡NOO!— escucho un sonido hueco de alguien cayendo, luego más pasos alborotados.
—¿Qué pasa, Alina? Cariño—. Mi padre pregunta.
—¡Mi niña!, ¡mi bebé!— los gritos de mamá me llegan en lo más profundo de mi ser, duele oír como le cuesta respirar, duele todo.
Piiiiiiiii.
Un sonido molesto provoca silencio en la sala y la puerta se abre de golpe.
—Si tenemos la oportunidad de que su corazón siga latiendo, inténtemoslo, carguen a 200, ¡despejen!— una corriente indescriptible presiona mi pecho—¡despejen!— otra más fuerte me golpea.
Piiiiiiiii.
—¡Despejen!
Piiiiiiiii.
—¡Despejen!
Piiiiiiiii.
Siento mi cuerpo relajarse como nunca antes.
Hay un silencio que es interumpido por un pitido sin fin; piiii...
—Hora de la muerte.
—5:55 de la tarde.
¿Qué mierda?
—¡NOOO!, ¡NOOO!, ¡ADELAINË!
Mamá. Mamá. Aquí estoy, no he muerto, sigo aquí.
Quiero gritar eso pero mi garganta no cede.
—Lamentamos su pérdida.— el doctor habla y escucho la puerta ser abierta, personas caminado y luego ser cerrada.
—Esto tiene que ser una pesadilla, ¡despierta Alarik!
—No, no, no— Isa, Isa aquí estoy, aquí estoy...
—¡Adelainë!
Mamá, mamá estoy aquí, mamá.
Sus gritos empiezan a escucharse lejanos, muy lejanos.
—Ela, no...—. Es un susurro desgarrador.
Siento como si me dieran otra descarga al cuerpo y después...
Después no hay nada.
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Algo En El Bosque Te Observa
FantasyUn huracán destruyó el pueblo. Un huracán causó mal y dolor en las personas. Un huracán desató caos en Foscor. Un huracán liberó a la bestia... Y tiene hambre.