El pueblo te teme.
Cojo aire e intento moverme, no tengo espacio.
¡Mama, mamá!
La peor sensación es querer gritar y que no te salga la voz, pedir ayuda y saber que nadie te escuchará.
—¿Qué hacen aquí?, ¿creen que no sabía como hablaban mal de mi hija, cómo la llamaban demonio?—. Mi mamá dice cada una de esas palabras con el más puro odio.
—Solo vinimos a apoyarte en un momento tan doloroso—. Ese es Harry, uno de los tantos que me dió la espalda sin razón alguna.
—No los quiero aquí, ¡larguénse!
—Alina...— Papá, su voz se escucha rasposa.
—No, Elan, no. Tu sabes que ella no quería salir porque ellos la miraban como un maldito fenómeno, la miraban con asco, la juzgaron por algo que ni ellos mismo tienen respuestas, entonces no quiero que estén el día del entierro de mi hija.
¿E-entierro?
Mamá, mamá, estoy viva, estoy aquí.
No puedo gritar. No puedo hablar. No puedo hacer nada para que vean que estoy viva.
Mi pecho se hunde y esa punzada que sentí antes de desmayarme en el bosque me llega de nuevo.
Escucho pasos, un click y algo abriéndose, aún no puedo abrir mis ojos, siento como mi cuerpo es elevado y mi cabeza queda colgando hacia atrás, mis brazos quedan sueltos a mis costados, mis ojos, siento un ardor y un pestañeo, aún con ellos cerrados, pestañeo.
Escucho gritos de horror y sorpresa.
Abro por fin los ojos y solo veo el cielo azul teñido de nubes grises.
Desciendo de manera lenta y cuando mis pies tocan el suelo me desplomo, respiro con dificultad, me levanto y veo que traigo un vestido blanco largo, de tul con encaje floral en el corset.
Estoy descalza y siento la yerba un poco húmeda en mis pies. Miró a mi alrededor, las personas me miran con miedo, sus ojos muestran sorpresa y temor.
—¿E-Ela?—. Mamá me mira en total estado de shock al igual que todos los que están aquí—¿Cariño?
—Mamá— levanto mi vestido y corro hacia ella, cuando la tengo en mis brazos siento que todo está bien.
—¡Oh mi niña!— ella llora en mi pecho, mis primos corren a mi y se aferran a mis pies.
—No te valas— Kam se aferra a mis pies— No te valas Aninai.
Mi familia me abraza y el pueblo retrocede.
En sus miradas hay algo más que miedo, hay horror, pavor.
Ya no me ven como un fenómeno, no, me ven como algo peor.
Mi familia los ve con desprecio y mamá me coje por los hombros y yo levanto mi vestido.
—¡Adelainë!— Cam, veo como se hace camino para poder pasar entre el gentío y llega corriendo hacia mi. Literalmente se me tira encima y yo la abrazo con todas mis fuerzas—Estás viva, estás viva.
—Aquí estoy.
Con su mano alrededor de mi hombro, y mi familia al lado, caminamos al auto.
Le doy una última mirada al pueblo, por ende ella también voltea.
—Sabes lo que pasa ¿verdad?— me pregunta.
—¿Qué más puede pasar ya?
—El pueblo te teme, Adelainë.
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Algo En El Bosque Te Observa
FantasyUn huracán destruyó el pueblo. Un huracán causó mal y dolor en las personas. Un huracán desató caos en Foscor. Un huracán liberó a la bestia... Y tiene hambre.