Siete

781 44 7
                                    

Los dos días restantes para la gala pasaron volando. Kay ha estado viniendo y practicando tiro conmigo. Debo admitir que aprende muy fácil y que tiene buena puntería. El primer día que vine hice el intento de convencerlo de nuevo para que no manchara sus manos de sangre, que me dejara saldar esas cuentas por él, pero como en el colegio se volvió a negar una y otra vez.

Había conocido a mis padres, comió en nuestra mesa y uno de los choferes lo llevó a su casa. Realmente me preocupo por él, verlo tan herido y lleno de rabia me eriza la piel. Conozco ese sentimiento y te destruye por dentro hasta hacerte destruir todo a tu alrededor.

Hoy es el día de la gala y Bianca y yo no fuimos a estudiar por ir a comprar un vestido para hoy en la noche. Mamá había insistido en un vestido nuevo y sumamente presentable para la gala ya que seré presentada ante los colaboradores y la prensa.

—¿Pero por qué no puedo ir? —Bianca es un dolor en el culo cuando quiere serlo o sea siempre —Solo estarán los becados, sus familias y unas cuantas personas más Bianca. Aparte, sé que será un evento aburrido agradeciendo las oportunidades que se brindaron y eso. Te quedarías dormida al iniciar

—Pero habrán multimillonarios Alessa —Como si su familia no lo fuera —¿Te imaginas los hombres que estarán ahí?

—Deja tus calenturas Bianca, entremos a la siguiente tienda, quiero irme a casa ya
Salimos de una tienda para entrar a otra, estaba cansada y me dolían los pies. No había comido nada más que un café antes de salir de casa y la falta de comida estaba haciendo estragos con mi estómago y mi genio. Al entrar, una mujer algo bajita y regordeta nos atendió con muchas prendas de ropa en sus pequeños brazos y nos indicó el área de vestidos.

—¿Piensas llevar acompañante? —Niego con la cabeza viendo los vestidos por encima. Ninguno llama mi atención —Entonces ¿Te aburrirás sola?

—Mjmm —emito

Saca un vestido —¿Éste? —Es lindo pero no, negro corto, de mangas largas y cuello alto. Niego y lo vuelve a guardar —Si no me dices que quieres exactamente no puedo saber que vestidos te gustarán Alessa. Ponle más emoción

—No sé lo que quiero Bianca. Bueno si sé —Sus ojos color miel se posan en mí y vi un pequeño brillo —Quiero quedarme durmiendo en casa y disfrutar un viernes en pijamas como cualquier persona —Rueda los ojos. Algún día quedará con los ojos trabados de tanto hacerlo

—Alessa, pareces una señora amargada ¡Irás a una gala en tu honor! ¿Sabes cuantas personas quisieran ser tú? Para estar en un mundo como al que perteneces eres muy aburrida

—Pues que esas personas tomen mi lugar —Sigo recorriendo el lugar —Además, desde que plantearon la idea me negué y aun así organizaron esa mierda sin considerar mi negación

Y entonces lo vi y podría jurar que es amor a primera vista.

—¡Hey! —Llamo a la mujer que nos atendió cuando entramos —Chica, hey, te hablo a ti —Bianca solo me mira con confusión —Ven y trae el vestido que acabas de guardar
Saca el vestido de su bolsa y pude apreciar la hermosura que estaba próxima a tocar mis manos —Es un vestido de seda fina y es realmente muy costoso, ni con vender uno de mis riñones alcanzaría a comprarlo. Le puedo mostrar vestidos similares y más accesibles si desea

Veo como Bianca se acerca lentamente a nosotras y le dedica una sonrisa divertida a la mujer. Claramente no sabe que nada está fuera de mis límites

—Me lo llevo —Levanté la vista hacia la mujer que me ve sorprendida

—Señorita, debo recomendarle que vea el precio, al ser de un diseñador tan reconocido los precios llegan más allá de las nubes —Le entrego el vestido

Princesa RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora