Princesa Roja

Prólogo

Alessa Ivankov había tenido todo lo que quería, siempre lo obtenía. Es toda una niña mimada por papi. ¿Cómo no? Era la única hija de Frederick Ivankov. De niña, si quería un juguete nuevo, sin tan siquiera pedirlo más dos veces lo tenía en sus manos. Si quería un nuevo celular, lo tenía, aunque el anterior tuviera menos de dos meses. Cumpliendo uno de sus caprichos, su padre hasta le tenía un establo y no cualquier establo, era el mejor de los establos, con caballos pura sangre. Al ser hija de “el Rey” líder de la mafia rusa, Bratva, mafia roja, entre otros nombres, obtenía todo lo que quisiera.

Su madre le ha enseñado todo lo que sabe, como utilizar su cuerpo a favor de la mafia, sus influencias y el poder que tiene sobre los hombres. Su padre, padrinos y amigos dentro de la mafia le han enseñado cada una de las armas conocidas y como manejarlas, drogas, le enseñaron a disparar, a desarmar una bomba, a crear una, liberarse de cadenas, esposas, sogas, etc., Se podría decir que Alessa es una Ivankov con todo el honor que conlleva llevar ese apellido en la mafia Rusa.

Los gemelos Ethan y Athan Heim son hijos de un reconocido empresario Ruso, dueño de hoteles, complejos de apartamentos y un “gran contribuidor a la ciudad”

Al igual que Alessa habían tenido todo en su vida, aunque para ellos no era tan fácil como hacer mirada de cachorrito conseguir ya que tenían que hacer méritos con su padre para conseguir las cosas. Vivían en su pequeña burbuja en la que nada les afectaba. Hasta que Alessa llego a sus vidas, pusieron su mundo, su nombre y hasta su hermandad a sus pies sin tan siquiera ella pedirlo.

Uno de los planes Frederick Ivankov puso a estos tres en un mismo camino sin nada que los frenara. Todo el mundo en las mafias, pandilleros, y hasta cargos del gobierno saben que con la hija de “el rey” nadie se mete, nadie es suficiente para “la princesa roja” y la mala suerte de estos hermanos fue no saber nada de ella.

Mafia, muerte, sangre, torturas ¿será todo esto suficiente para alejarse del peligro? ¿o la seguírian hasta el mismísimo infierno?