64. Cosas Del Destino Larry Stylinson -Terminada

-Quince-

Los días pasaron y mientras las dos nuevas parejas recién reunidas, pasaban más y más tiempo juntos, Harry más solo se sintió y más culpable, por haber permitido que se sucedieran los besos con el ojiazul, los cuales no cesaban de torturar su mente.

Por su contra, Louis ni siquiera se inmutó por las ausencias de sus amigos pues siempre tenía una chica con la que pasar el rato o incluso gastar su tiempo molestando al rizado, con sus constantes insinuaciones y coqueteos, mientras que además, intentaba conseguir el teléfono de Ed.

Aunque el más bajo creía que todo iba sobre ruedas no era así pues cuando llegaron las primeras vacaciones, sucedió algo que trastocó por completo los planes de este.

Una tarde, recibió una llamada de su padre y muy insistente, le pidió que acudiese a su despacho pues tenían algo que discutir.

Con un mal presentimiento, Louis acudió de inmediato pues tenía gran curiosidad por saber de que se trataba ese asunto, el cual no podían hablarlo libremente a través del teléfono.

Cuando llegó a la puerta de la empresa de su padre, este se bajó de la moto, se dirigió al interior de esta y a continuación se subió al ascensor que lo llevó a la planta donde estaba el despacho de este.

Tras esperar a que la secretaria le diese paso, el chico entró.

...-Hola papá

-Hola hijo, que bien que ya estás aquí.

-Bueno, dime ya de qué se trata eso de lo que tenemos que hablar.

-Antes de nada prometeme que no vas a enfadarte y que me harás este favor

-¿Favor?, ¿Qué favor?, habla papá.

-Prometelo primero, por favor hijo.

El más joven resopló con molestia.

-Dime lo que es y luego te diré si lo hago o no.

Su padre entonces se levantó de su sillón y girándose miró hacia el gran ventanal situado a sus espaldas.

-Hijo, esto es muy importante para mí...por favor ayudame...pídeme lo que necesites y yo con gusto te lo compraré, lo juro.

-¿Lo que quiera?

El hombre asintió.

-Lo que sea.

Este lo pensó por unos instantes y luego sonrió.

-Está bien, lo prometo pero por ahora no te pediré nada...me lo guardaré para más adelante.

-Está bien hijo, como desees.

-Bien, entonces ¿de qué se trata?, ¿Qué quieres pedirme?.

El empresario suspiró profundamente y tras sentarse nuevamente, abrió uno de los cajones de su derecha, sacó unos billetes de viaje y los puso sobre la mesa.

-¿Qué es esto?-preguntó el ojiazul curioso mientras los cogía-...¿Acaso nos vamos de viaje?.

El mayor negó.

-No, hijo... uno es para mi y el otro es para Anne....quiero sorprenderla con un crucero por el Mediterráneo.

Louis lo miró confuso.

-¿Y eso que tiene que ver conmigo?-dijo este tirando los billetes de nuevo sobre la mesa-...¿No querrás que me ocupe de tus empresas?

-No hijo, tengo gente que se ocupará de eso...Se trata de Harry.

Tras escuchar eso, un nudo se le formó en el estómago del chico pues al parecer, su mal presentimiento estaba a punto de cumplirse.

-¿Q-Qué pasa con él?-preguntó temiendo la respuesta.

Mark se levantó y rodeando su mesa llegó a su hijo y le tocó el hombro.

-Creo que Anne no aceptará venirse conmigo, dejando a su hijo solo.

El más joven se levantó y caminó con enfado de un lado a otro.

-No, no te atrevas a pedírmelo.

El empresario suspiró resignado.

-Hijo, por favor, no hay nadie más...ayúdame te lo suplico.

Este negó de nuevo.

-No puedes pedirme que cuide de él, yo no soy su niñera.

-Por favor hijo, lo prometiste y tan solo será por un mes.

-¡Un mes!, ¿Acaso estás loco?-Exclamó este horrorizado.

Su padre caminó hasta él y lo abrazó fuertemente.

-Por favor, hijo... permite que Harry viva contigo...ayúdame a ser feliz, te lo ruego....ayúdame.

Tras la insistencia de su padre, finalmente este accedió a regañadientes.

-Está bien pero solo un mes, ni un día más ...ah y que sepas que con esto me debes algo realmente muy caro.

El empresario asintió feliz.

-Muchas gracias hijo y no te preocupes, lo que sea te lo daré.

Tras salir de la empresa, Louis se acercó a su moto y con molestia se apoyó en ella.

-Mierda, maldita sea.

.....

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