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Nari estaba contenta.
Llevaba muchos días sintiéndose así, semanas de hecho. Por fin, después de unos meses, y años, complicados, la vida le empezaba a sonreír y era feliz.
No le había sido fácil llegar a donde estaba, no con todo lo que había tenido que pasar y lo que le había costado. Habían sido noches en velas, llenas de sufrimiento por no saber qué hacer o cómo hacerlo, pasando apuros económicos sin saber si tendrían solución o no, trabajando en turnos nocturnos casi sin poder dormir porque el dinero no le llegaba para poder subsistir..
Había tenido la suerte, por decirlo de alguna forma porque ella no lo consideraba así, de haber nacido en una cuna de oro. Nunca había tenido problemas de dinero, todo lo contrario, desde que tenía memoria había vivido rodeada de lujos, acudido a las mejores escuelas y teniendo todo lo que se le antojaba. Pero eso solo había hecho que tuviese una presión que siempre había odiado por no estar a la altura. Se había pasado casi toda su vida haciendo lo que sus padres esperaban de ella, haciéndoles caso en todo lo que le decían, obedeciendo incluso lo que le resultaba absurdo, cumpliendo sus expectativas...
Hasta que se había plantado, no pudiendo vivir más según el criterio que le marcaban, menos aún cuando este dictaminaba su futuro, y había decidido tomar su propio camino, rebelándose contra todo lo que le habían inculcado, marchándose de la ciudad en la que había crecido y buscándose la vida en la capital del país con los pocos ahorros que tenía guardados sin que sus padres lo supieran.
Su futuro, de un día para otro, cambió de forma drástica, y le costó adaptarse, no era sencillo pasar de tenerlo todo a no tener nada, por eso valoraba los pequeños detalles que estaban haciendo que su vida, por fin, fuera la que esperaba y deseaba.
—No sé si me apetece mucho, la verdad —murmuró Nari mientras acababa de hacerle el maquillaje a Jiyong, retocando algunos brillos que veía con la iluminación—, pero muchas gracias por invitarme y pensar en mí.
—No acepto un no por respuesta —negó y le guiñó un ojo con mucha complicidad—. No puedes no venir a mi fiesta de cumpleaños, bueno a la de Jisoo y mía, pero ya me entiendes. Si te invito, tienes que asistir, es un feo si no lo haces.
—¿Por qué? Tengo el derecho a no ir, es una invitación, no una obligación.
—Porque sé que te apetece mucho aunque estés disimulando diciendo que no —resumió con mucha confianza, la conocía muy bien y sabía darse cuenta de cuando mentía u ocultaba algo—. Además, conoces a la mayoría de personas que asistirán, a mis amigas te las he presentado y has trabajado con ellas en más de una ocasión, y muchas también ya son también tus amigas, vamos, Nari, no pongas excusas absurdas.
Conocer a Jiyong era uno de los motivos por los que su vida había ido a mejor. Había coincidido con ella cuando la actriz había asistido al salón de belleza en el que estaba trabajando en ese momento, uno en el que no estaba contenta porque no la trataban bien y la explotaban aprovechándose de su juventud y necesidad.
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Any ― Lee Know
FanfictionNari y Minho no se soportan. O eso es lo que hacen creer al mundo, porque en realidad tienen muchas cosas en común, como las ganas que tienen de callar al otro con un beso. **** Cuando Nari y Minho se conocen, todo lo que podría salir mal, sale mal...