Desencuentros I

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Anne.

Pensé que para conocer culturas, personas y realidades nuevas debía viajar lo más lejos que pudiera, a confines remotos, donde los puntos en común con otros solo fueran los físicos.

Pero al llegar a la universidad supe que no era necesariamente así.

Tantos ideales nuevos, tantos puntos de vista y sentires diferentes. Opresiones y privilegios que jamás pensé que podían existir. Visiones tan increíblemente desconocidas para mí en absolutamente todos los puntos de vista.

Y cuando digo en todos, también abarcamos los vínculos amorosos.

—Amo este día. —expresó con emoción Vanessa, terminando de escribir algo en su libreta—. El amor está en el aire, todos están mas felices. Parejas nuevas naciendo, enamorados reencontrándose o recordando el porqué de su amor...es tan tierno.

Vanessa fue la persona más cercana a mí durante toda la universidad, ya pueden imaginarse porqué.

Louis apartó la vista de sus libros y la miró como si fuera la persona más descabellada del mundo. —Es la celebración del amor capitalista, comercial, y romántico.

Él también era mi amigo más cercano, como si mis dos versiones se hubieran materializado en una chica de cabello azul y un chico de cabello cobrizo.

—¿Discuuulpa? —vociferó subiendo la voz, una chica de otra mesa la hizo callar, estábamos en una biblioteca, así que Vane le obedeció y volvió a hablar como una persona normal—. ¿Capitalista? Literalmente esto se conmemora porque en el siglo III, un sacerdote romano llamado Valentín se opuso a la orden de un emperador, que había prohibido los matrimonios para los jóvenes, considerando que los solteros sin familia eran mejores soldados. Literalmente lo mataron por casar a jóvenes enamorados, ¿hay algo menos capitalista que eso?

—2.890 millones.

—¿Qué?

—2.890 millones es el promedio del valor de los cosméticos vendidas en Canadá por San Valentín el año pasado. 

—Pe...

—Y 3.60 mil millones es el valor de los relojes y joyas. —le interrumpió, mirándola con cansancio—. ¿Sigo?

Vane bufó y volvió a su libro. —Le quitas todo lo emocionante a la vida.

—Soy estudiante de periodismo —le corrigió—, no le quito nada a la vida, solo relato los hechos. Y el hecho aquí, es que, aunque San Valentín haya comenzado siendo una celebración del amor, ahora solo es una presión capitalista que existe entre las parejas por comprar lo mejor y más caro.

—Una presión tierna y romántica. —volvió agregar ella con una sonrisa de niña pequeña en sus labios, sabiendo que era una discusión que no podía ganar.

Él correspondió su sonrisa y negó con la cabeza. —No conozco a nadie a quién le guste tanto estas mierdas como a ti, Vane.

—Pf, yo sí. —soltó ella—. Anne comienza a planear el día semanas antes, estoy segura de que ya le planeó hasta un concierto para su doctor.

Aparté la mirada hacia mis apuntes, sin contestar.

—Uh, me parece que te equivocas. —dijo con suficiencia Louis—. Anne parece ser de mi team.

Vanessa frunció el ceño. —¿Anne? ¿Está todo bien?

Asentí. —Es solo que no celebraré este año, Gilbert tiene exámenes así que no podremos vernos estas dos semanas.

—¿No tenía exámenes el mes pasado? —preguntó Louis dándole un sorbo a su café.

Vane lo apuntó con su lápiz, dándole la razón. —Es verdaaad, por eso no pudo ir al concierto.

Comencé a trascribir la materia otra vez. —El mes pasado tuvo que estudiar para estos exámenes.

—Ah. —fue toda la respuesta de mis amigos, al unísono.

El silencio se situó entonces en la mesa, un silencio extraño y que jamás se formaba ya que todos amábamos hablar casi por igual.

Fruncí el entrecejo y los miré. —¿Qué?

—¿Qué de qué?

—Están en silencio, ustedes nunca están en silencio.

—Sólo estamos estudiando. —soltó Louis, mi amiga asintió—. Para eso son las bibliotecas, mensa.

—¿Ajá? Díganme lo que tengan para decir.

Se miraron durante algunos segundos y luego Vane suspiró. —Es solo que...no se han visto mucho, ¿no? Tú y Gilbert. No lo veo por aquí desde tu cumpleaños, hace siete.., ¿ocho meses?

¿Realmente había pasado tanto tiempo? Pestañeé confundida, había venido a sorprenderme para mi cumpleaños, y luego se fue en la noche porque tenía una presentación al día siguiente; luego habíamos tenido que cancelar nuestro picnic porque yo tenía pasantía, no fue al concierto de Vanessa porque estaba atrasado con un examen, cancelamos mi visita a su universidad por mi proyecto final de Funcionalismo y comunicación...

Sí había pasado tanto tiempo.

—No creo que debas ver a alguien siempre para tener una relación sana, pero...¿ocho meses? ¿cuándo fue la última vez que escucharon siquiera la voz del otro?

No pude responder, no lo recordaba.

—Hemos estado un poco ocupados.

—Si no puedes recordar cuando fue la ultima vez que hablaste con alguien no estás teniendo una relación a distancia, sino que no que quizás no tienes una relación en lo absoluto.

Oh.

—¡Louis! —lo reprendió Vane.

—Dime que genuinamente piensas que me equivoco y cierro la boca. —agregó él, mi amiga no respondió—. Anne, recuerdo muchas cosas y una de esas es como lo llamabas en las fiestas, o cuando dieron los resultados de los exámenes hace un mes.

—O también esa vez que estuvo todo un día deprimida en tu cuarto porque Bruce le dijo que su presentación no era suficiente.

Mi amigo asintió, mirándome con ojitos de cordero. —Todas esas veces no pudo responderte. Vi en tus ojos la decepción, aunque trataste de disimularla...quizás por eso ya no intentas llamarlo más.

Por inercia toqué mi pulsera, para ser más específica, toqué el dije de libro que él me había regalado cuando entré a la universidad. Hace tanto tiempo, parecía tan lejano ahora.

Él parecía tan lejano ahora.

—Ya vuelvo. —les avisé—. Louis, ¿puedes decirle a la Señorita Dellis que tuve una emergencia familiar y por eso falté a la clase de hoy?

—¿No tenían examen? —cuestionó confundida Vane.

Asentí, tomando mis libros. —Sí, pero ya pasé ese ramo aunque me saque insuficiente, tengo algo importante que hacer.

—Pero tú jamás te has sacado insuficiente...

—Un sacerdote se sacrificó hace mil años por amor, ahora lo hago yo. —les respondí con una sonrisa al pensar en que en solo unas horas estaría con Gilbert, entonces todo volvería a su orden natural de nuevo.

Éramos Anne y Gilbert.

Gilbert y Anne.

La distancia era un detalle más que insignificante.

—Cuidado, a él lo sentenciaron a muerte. —comentó Louis, pero por la sonrisa que trataba de disimular supe que me deseaba lo mejor.

Les sonreí de vuelta y salí de la biblioteca. 

Anne Of The Present: One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora