La caótica mente de Anne Shirley

1.2K 150 515
                                    

Mini Anne's.

Era un día de trabajo habitual en la cabeza de Anne Shirley-Cuthbert.

El sol era radiante, casi encandilador, el aroma de las flores entraba por tus fosas nasales casi como un golpe, y animales extraños paseaban de un lado para otro entre las praderas.

Nunca nos aburríamos, ni cuando dormía. Siempre sucedían cosas en el exterior de las que había que tratar, y cuando eso no sucedía, siempre su memoria nos traía un poco de diversión.

Por esa razón, siempre estábamos ocupadas de un lado para otro, y aunque habían sido días tranquilos, ya que por fin Anne mayor había superado su ruptura y no teníamos que lidiar con pensamientos en los que Gilbert Blythe era asesinado de muchas formas diferentes.

O eso creímos hasta que la señal sonó.

Estábamos sentadas en el lago de los divagues cuando de pronto los signos vitales sufrieron un incremento increíble y Anne orgullosa llegó corriendo hacia nosotras.

—Volvió. —nos avisó con la voz agitada—. Ese maldito volvió.

—Oh, quizás se siente mal por abandonarnos y quiere remediarse. —expresó Anne empática poniendo ojos de cachorrito—. Deberíamos escuchar qué tiene para decir, ponernos en sus zapatos. Él no debió haberlo pasado bien tampoco.

Anne enamorada asintió y se incorporó de un salto. —¡Hay que volver con él! ¡Se ve tan lindo ahora que es mayor!

Anne orgullosa le pegó con la bandeja que siempre traía en su espalda. —Cállate, tú perdiste la facultad de opinar cuando nos tuviste durante cuatro meses llorando todos los días.

Anne empatica arrugó la nariz. —Él debió haber llorado más. Hay que escucharlo.

Yo, Anne justiciera, no sabía que decisión tomar. Estaba por finalizar la asamblea y por como sus ojos se posaban en los nuestros, supe que iría a buscarnos para hablar después.

—¿Qué piensas tú? —le pregunté a Anne analítica.

Ella luego de meditar por unos segundos la información se incorporó del suelo. —Según mis cálculos...estamos a 50 y 50 de pros y contras. El pasado que tuvimos y lo mucho que lo amamos está a favor. Y todo lo que lloramos y sufrimos por él está en contra.

—Necesitamos entonces otro juicio, opino que hay que llamar a Anne emocional. —exclamó Anne enamorada sobándose la mejilla ahora roja por el golpe.

—Ella es igual de insensata que tú. —expresó Anne orgullosa, roja del enojo—. Hay que avisarle a Anne sensata.

Fruncí el seño. —Pensé que ella había muerto.

—Está un poco en desuso, pero sigue viva....creo.

Anne enamorada hizo un puchero. —Pero ella no tiene vestidito de colores...

—Te pagaré otro bandej...

Intercedí antes de que pudiera sacar la bandeja. —Hablemos con Anne creativa, ella siempre tiene buenas ideas.

—¡GILBERT NOS ACABA DE TOCAR EL HOMBRO! —vociferó Anne neurótica uniéndose a nosotras y corriendo de un lado al otro—. ¡MORIREMOS! ¡VOLVEREMOS A LLORAR TODOS LOS DÍAS! ¡HAY QUE ENTRAR EN PÁNICO!

Anne orgullosa quiso dar un paso hacia ella, pero se lo impedí. —Veamos que tiene para decir.

Me alegra muchísimo verte. —dijo el hombre frente a nosotras.

—Hay que decir algo. —le expresé al grupo que ahora iba en aumento.

—Digámosle que ya no nos gustan los hombres. —dió la idea Anne creativa.

Anne Of The Present: One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora