Aniversario

721 95 290
                                    

Anne.

Sería muy interesante que alguien investigara en qué medida los sistemas de comunicación de masas trabajan al servicios de la información y hasta qué punto al servicio del silencio.... —cita a mi lado Alicia, su voz melodiosa inundando toda su habitación —. ¿Qué abunda más, lo que se dice o lo que se calla?

Yo no estoy escuchando, sino que me encuentro totalmente inmersa en mis pensamientos, en las preocupaciones banales que están inquietandome hace más de una semana y que ahora son imposibles de alejar.

Ella parece notarlo, porque que se detiene de golpe y posa sus grises ojos en los míos. —¿Anne?

—No.

—¿No? —pregunta quitándose las gafas—. ¿No estás de acuerdo con Ryszard Kapuściński o...?

—¿Eh? —suelto levantándome de la silla de golpe, imposibilitada a seguir manteniendo la calma—. No. No es Ryszard...sino que, no. No puede hacerme esto.

—¿Qué? —cuestiona frunciendo mucho el ceño, somos amigas hace un año pero aún no parece seguir el ritmo de mi caótica existencia—. ¿Quién?

—Gilbert. —vocifero comenzando a caminar de un lado a otro sin parar, como si eso aclarara mejor mis ideas—. Mi novio, él muchacho de rizos que...

Asiente y apunta la fotografía de nosotros que tengo en mi aparatito. —Es imposible olvidarlo.

—Bueno, sí, es imposible olvidarlo, pero parece que yo no soy imposible de olvidar . —digo enfatizando mucho mis palabras con las manos—. No hemos hablado de verdad hace dos semanas, no responde mis mensajes más que con monosílabos. ¿Sabes cuánto odio los monosílabos? ¡Mucho! ¡Y él lo sabe! Y ahora...hoy nuestro aniversario, se supone que hacemos un picnic todos los años, le compré una hermosa pulsera de estetoscopio y no me responde las llamadas. ¡¿Te parece justo?!

—Bueno, no...

—¡Claro que no!

—Debe tener una buena explicación. —trata de tranquilizarme dejando a un lado el libro—. Quizás perdió su teléfono, o explotó...o él explotó.

Fue entonces cuando mis Anne's universitarias entraron en pánico y me detuve en seco. —¿Crees que quizás le pasó algo malo?

—Quiz..,digo ¡no! ¡claro que no! —trata de salvar la situación—. Debió habérsele olvidado y ya, estudia medicina, ¿no? Debe estar saturado en exámenes, sin tiempo ni para hacer pipí.

Imaginar a mi novio durmiendo en orina hizo que el enojo abandonara mi cuerpo y que me calmara por completo.

Debía ser eso.

Considerando lo mucho que se preocupaba por sus calificaciones no era una idea demente en lo absoluto, abrí mi aparatito y entré a su chat, le dejaría en claro que entendía si estaba muy atareado como para venir.

—¿Qué significa que alguien esté en línea? —le pregunto, nunca me había puesto a indagar sobre esas cosas, ya me había rendido con la tecnología hace mucho.

Nisiquiera preguntó el porqué, seguramente estaba tan aliviada con haber conseguido calmarme que cualquier cambio de tema era maravillo. —Que está dentro de la aplicación, usándola.

—¿Qué tiene el aparatito en la mano? —cuestiono, abriendo la boca en sorpresa—. ¿Qué está respondiendo mensajes?

—Sí... —responde no muy segura, buscando con sus ojos indicios de locura—. ¿por qué?

—Está en línea y no ha respondido mis mensajes. —susurro, incapaz de alzar más la voz.

No estábamos bien hace mucho.

Anne Of The Present: One Shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora