"Junté toda mi fuerza para poder levantarme. Frente a mí, justo al lado de la puerta, había una vitrina transparente.
—¿Ves? Te dije que estaba loca —dijo con semblante duro y frío—. Empezó a hablar sobre tintas de colores y que estaba perdida.
—No creí que fuera tan grave, digo... es tan joven —respondió el tipo de al lado, un hombre alto y delgado, con anteojos y una bata blanca—. La mantendremos vigilada. Gracias por traerla a nosotros, señor Marcus.
Estaba demasiado cansada como para siquiera sentirme enojada. Vi como el traidor salió y desapareció de enfrente. Quise gritar, pero no había fuerza en mi voz. El hijo de puta consiguió encerrarme en un maldito loquero.
¿Acaso él me había drogado? ¿Por eso había perdido la conciencia?
—Señorita Blake —habló una voz. Volteé en distintas direcciones hasta dar con una bocina en la parte de arriba—. Soy su médico asignado. Haga el favor de relajarse y no causar bullicio.
La conexión se cortó inmediatamente después.
En ese habitáculo no había reloj, no había luz natural, no había ventanas. Intenté esperar en un principio, pero me desesperaba que nada ocurriese. Intenté hablar al aire, preguntar a ver si alguien escuchaba. No parecían querer responder.
Tras lo que, al menos, parecieron casi cinco horas, una bandeja se deslizó por debajo de mi puerta. De solo ver ese "alimento", se me quitó todo rastro de apetito posible. Pero tal vez podía contactar con quien me la había traído.
—¡Espera, espera! —le grité.
Una enfermera asomó por el ventanal.
—¿Qué ocurre? —me preguntó.
—¡Tienen que sacarme de acá, esto es un error!
—Oh, ¿Es usted la señorita Blake?
—¡Si, soy yo!
—Lo lamento, no creo poder ayudarla.
—¡Pero esto no tiene sentido, no pueden encerrarme! ¡¿Qué es lo que hice?!
—Se nos notificó que usted presentaba comportamientos errantes que podrían poner en peligro el bienestar físico suyo, o el ajeno. No se preocupe, este encierro es solo una medida preventiva, para asegurarnos de que no haga nada malo.
—¡Pero es mentira! ¡Le aseguro que esto es un error!
— Me encantaría creerle, en serio, pero a menos de que tengamos pruebas de que usted está mentalmente estable, no podemos dejarla salir. Y por lo visto, no tiene ningún familiar que testifique por su bien.
—¿Si tuviera un familiar que viniera, podría sacarme de acá?
—Si un familiar o un amigo cercano llena los formularios correspondientes, seguro que sí. Pero ya hablamos con la comisaría, estamos al tanto de su situación familiar.
Mi mente estaba en blanco, me habían dicho que mi familia no existía, y yo tampoco. Estaba sola. Tenía que salir de ahí, alguien tenía que sacarme de ahí.
Y de repente, se me ocurrió.
No estoy segura de dónde saqué la idea, pero fue como si un foco se encendiera en mi cabeza. Tal vez, y solo tal vez...
—¡Elizabeth Blake! —grité, de golpe. Era acertar un disparo en la oscuridad, ganarse la lotería. Pero podría funcionar.
—¿Disculpe?
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Estoy Perdida
Adventure"Hasta el más escéptico va a coincidir en que el mundo es un lugar raro. Nadie tiene todas las respuestas, y muchas veces nos sorprende con su extravagancia. Tal vez es mejor que no podamos ver el panorama completo. Tal vez... No podríamos soportarl...