Capítulo XX: "Todos los caminos llevan a Roma"

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"Nos encontramos en el mismo banco de la plazoleta. Aún no podía calmar el temblor de mis manos. No encontraba razón para lo que había visto.

No dijimos una sola palabra hacía horas. Solo salimos de la cabaña y nos dirigimos de vuelta al pueblo.

—¿Tienes hambre? —preguntó Matt, claramente incómodo.

—No, Matt, no tengo hambre —respondí, frustrada—. Tengo ganas de saber qué mierda está ocurriendo. Porque una persona cualquiera llamó a la puerta y tú la recibiste con un golpe en el rostro.

—Pero fue la cosa correcta que hacer.

—Si, claro, pero eso significa que sabes quién es él, hasta cierto punto. Sabías que venía a buscarme a mí, y sabías que podría llegar en cualquier momento, porque estabas claramente alerta en cuanto tocaron la puerta. Sabes mucho más de lo que me dijiste, y necesito que me expliques lo que pasa ahora mismo.

Me sentía traicionada. Por un corto periodo de tiempo estaba segura que podía confiar en él, pero claro, eso se había ido al diablo con una sola visita de Marcus.

—Yo sí me llamo Matt Jones. No te mentí en eso. Estoy acá para ayudarte, nada más.

—¿Por qué no me dijiste la verdad desde un principio? ¿Esa es tu casa, realmente tu padre vive ahí? ¿Por qué dijiste que él no nos sería de ayuda?

Matt suspiró. Tenía moretones en el rostro, a causa de la pelea con Marcus.

—Todo lo que ves a tu alrededor está incompleto, Athena. Este no es el mundo que recuerdas como el tuyo. Tal vez ni siquiera lo que recuerdas como tuyo lo sea.

—Matt, empieza a hablar en español o voy a perder la paciencia. No estoy para explicaciones abiertas.

—Has sufrido un terrible destino, el mismo que sufrí yo y muchos otros. Existe un número infinito de realidades alternativas a la nuestra, y el cambio de conciencia de una a otra es muy común. Lo que suele suceder es que no lo notamos, normalmente la gente es transportada a realidades exactamente iguales a las suyas —explicó—. Pero Silverton es... distinto.

—¿A qué te refieres?

—No sabemos porqué, pero Silverton es un cementerio de realidades. Las transiciones suelen fallar mucho más que en cualquier otro lugar, llevándonos así a un universo páramo. Una realidad rota; incompleta.

Miré a mi alrededor, confundida.

—¿Esto es eso, un universo páramo?

—Si. Sé que luce normal ahora, pero te aseguro que no lo es. ¿No has notado que el universo parece girar en torno a ti?

A decir verdad, era un poco extraño. Los médicos parecían conspirar en mi contra, y justo el psiquiatra Fred me dio el diario que resultó ser un comunicador de algún tipo. Eso sin contar que mi familia era la única desaparecida, y Marie Adler simplemente no tenía sentido.

—Tal vez, pero imaginé que esa sensación se debía a que de alguna manera viajé al pasado.

—Si claro, eso también. Todos los caminos rotos llevan a Silverton del ochenta y seis al ochenta y nueve.

—¿Por qué?

—Tampoco tengo una respuesta a eso. Lo importante es que gran parte de lo que ves, es obra de tu propia mente. Un sistema de defensa por parte de tu cabeza para evitar volverte loca.

Lo miré, extrañada.

—No me estás tranquilizando.

—Lo lamento. Mira, imagina a Silverton como el contorno de una realidad. Está vacío, y los agujeros que hay son rellenados por tu mente.

—Matt, no sé de qué me estás hablando, no sé qué hacer con esta información. ¿La gente a mi alrededor no es real entonces?

—Es sólo subjetivamente real. Tú los ideas, tú los interpretas. Mi "padre" es el comisario de este pueblo, si, pero no es en realidad mi padre ni yo vivía con él. Pero te dije que era mi padre y te dije que vivía conmigo, por lo que el comisario no tenía porqué tener problemas con esa idea. Es todo cosa de no darte cuenta de que es mentira.

—¿Pero entonces tú ves lo mismo que yo?

—Si. Este es tu universo páramo después de todo. En estos lugares, lo hipotético se vuelve real. No hay reglas estrictas. Todo puede ser.

—Osea, ¿Tú no perteneces aquí?

—No. Yo pertenezco a otro universo páramo. El movimiento entre estos es más sencillo, porque en realidad todos forman parte de la misma burbuja, todos están conectados. Lo que pase en uno afecta a todos, no como en universos funcionales.

—A ver, Matt... ¿Hay alguna manera de regresar a mi universo funcional?

—Puede que la haya. Pero... Vamos a necesitar ayuda.

Me puse de pie. Nada tenía sentido. Todo lucía real, todo lucía normal...

—No lo entiendo. ¿No debería ser más obvio que se trata de un mundo falso?

—No. Aún no.

—¿Cuánto tiempo llevas en... esta situación?

Matt suspiró.

—No estoy seguro. El tiempo en este lugar no funciona como debería. Es un ciclo eterno, una cascada que se alimenta a sí misma —explicó.

—¿Un ciclo que comienza en mil novecientos ochenta y seis y acaba en mil novecientos ochenta y nueve?

—No. El año en el que estás no va a cambiar. Tu realidad es Silverton del ochenta y seis, y ya está.

—No lo entiendo, no tiene sentido. ¿El tiempo no avanza?

—Da la impresión que lo hace, pero no es más que una ilusión. Como el efecto auditivo Shepard.

Me rasqué la nuca, estresada.

—Es mucha información, Matt, no puedo con tanto. ¿Cómo sabes todo esto?

—Tiempo. Mucho tiempo. Es complicado estudiar estos entornos desde adentro. No es raro perder memorias o experiencias, así que toma tiempo. Realmente pensé que me reconocerías —rió.

Lo miré, confundida.

—¿A qué te refieres?

—Bueno...

Él se puso de pie, y sacó de su espalda un pequeño libro. "Mi no-existencia". Recordé verlo en la biblioteca.

Extendió el libro para que lo tomara. Una vez en mis manos, lo abrí. Era un diario, exactamente igual al mío. Me llamó la atención de inmediato cómo estaba escrito. Caligrafía organizada, en cursiva, tipografía inglesa y tinta azúl.

Lo miré a los ojos, sorprendida.

—¿Eres...?

—Si. Yo soy Blue."

~•~

Capítulo escrito por Nahuel

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