HADES (Dulce Pecado#1)©

C A P Í T U L O 5

Notita: Hola, primera vez que aparezco por aquí :) . Solo quería avisar que tuve que hacer un cambio de prólogo, algunos ajustes de coordinación y ortografía. Puede que no les salgan esos cambios pero de igual modo no afecta para nada lo escrito ni la trama de la novela. Disfruten el capítulo ;)

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Celeste.

—¿Falta mucho?—pregunta la chica de cabellos rubios que camina detrás de mí.

—Ya casi llegamos—respondo. Una sonrisa se forma en mis labios a pesar de que ella no la puede ver.

Avanzamos entre los árboles del bosque hasta llegar a nuestro destino. Obviamente entramos por la puerta trasera del edificio ya que no quería que ella viese el enorme cartel que colgaba en la fachada del mismo . La idea era hacerla entrar, luego de eso llegaría la diversión.

—¿Qué lugar es este?

— Es un edificio abandonado, nadie viene por aquí tranquila.

La escucho gritar al ver las manchas de sangre en las paredes del extenso pasillo. Giro sobre mis talones para obervar detenidamente su reacción. No quiero perderme ni el más mínimo detalle. Su mirada viaja de una mancha a otra y a otra y otra . Noto como su pecho comienza a subir y a bajar con rapidez demostrando el miedo que siente.

—Estás loca, yo me marcho de aquí —da media vuelta para echar a correr pero choca y retrocede unos pasos.

Su figura robusta le bloquea el paso mientras ladea la cabeza como un cachorro confundido antes de golpearla y hacerla quedar inconsciente. Siento curiosidad por ver su rotro, por saber como es o tan siquiera escuchar su voz, pero él nunca me lo ha permitido, mantiene su rostro oculto dejando solo a la vista sus ojos azules.

Lanza el cuerpo de la rubia a su hombro y procede a bajar las escaleras en dirección al sótano. Luego de atar sus manos y pies para que no escapé lanzo hacia su cara una cubeta de agua fría que la hace despertarse exaltada. Como es de esperarse su primera reacción es moverse en un intento de escapar.

—¡Ayuda!—grita entre lágrimas.

—Las paredes son insonorisadas, nadie va a escucharte y en caso de que no lo fueran, te recuerdo que estamos en medio del bosque, no tienes escapatoria, muñequita—coloco un mechon de cabello detrás de su oreja y me escupe en el rostro. Me limpio su saliva y sonrío —. Eres patética—le digo antes de cubrir su boca con una cinta.

Acomodo las lámparas para iluminar a la perfección todo su cuerpo el cual ahora está completamente desnudo. Me acerco a la mesa en donde están todas las armas de tortura que utilizo para mis víctimas y opto por escoger un cuchillo de hoja gruesa.

—¿Qué te parece si empezamos por hacerle un cambio a su bonito rostro?—pregunto y observo al caballero oscuro que está recostado a la pared a un lado de la puerta. Él asiente y le da una calada al cigarrillo por encima de la tela que cubre su rostro—¿Sabes una cosa Sandra?—sus ojos me observan con temor—. No debiste meterte conmigo, te lo adverti— deslizo    la parte filosa por una de sus mejillas. Sus gritos son ahogados por la cinta que sella sus labios—, pero no me escuchaste, y ahora es momento de pagar—hundo el cuchillo, perforando el lugar exacto donde debe hacerse el hoyuelo al sonreí y lo hago girar observando como las lágrimas caen de sus ojos. Al parecer intenta decir algo que no entiendo y sinceramente tampoco me interesa escucharlo—.¿Qué dices?, ¿te arrepientes de tus actos? Owww, lo siento, ya es demasiado tarde para eso—le digo antes de dejar caer el cuchillo sobre su muslo izquierdo....