C A P Í T U L O 10

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Celeste.

Un brazo rodeó mi cintura haciéndome abrir lentamente los ojos. No sabía cuanto había dormido, lo único que sabía era que tenía una resaca insoportable. Me volteé hasta quedar de frente a él, parecía un bebé dormido, tenía las mejillas rojas y su cabello rubio estaba desordenado.

Espera un momento. ¿Cabello rubio?.

Levanté lentamente su brazo buscando la cicatriz en sus costillas pero no la encontré, solo vi el tatuaje de su espalda y entonces reaccioné. Era Jeremy. Me había acostado con Jeremy en la noche. Observé debajo de las sábanas confirmandolo, estabamos desnudos. Ignorando el dolor punzante de mi cabeza quité su brazo de mi cintura y comencé a buscar mi ropa. Luego de vestirme salí de la habitación sin hacer el mínimo ruido. Me recosté a la pared del pasillo frotando mis sienes para luego bajar a la cocina en busca de algo que me ayudara a calmar la resaca.

-Hola cariño-saludó mi madre-.Que bueno que has despertado, ya casi es hora de que Nelson y yo vayamos al aeropuerto-dijo mientras yo tomaba asiento cerca de ella-.Tus abuelos tuvieron que marcharse más temprano, por eso no pudieron despedirse.

-Vicky, ya debemos marcharnos o perderemos el vuelo-gritó Nelson desde la sala principal.

-Ahí está.

-Disfruta tu luna de miel, mamá-le di un abrazo antes de verla marcharse.

Pasé el resto del día en mi habitación. No tenía ganas de ver a nadie, solo quería dormir y recuperar las fuerzas que había perdido. A mitad de la noche volví a soñar con el accidente en el que perdí una parte de mis recuerdos. Me senté en mi escritorio intentando recordar al menos quién era esa persona que iba conmigo, y como resultado final terminé frustrada mientras lloraba sentada en una esquina de mi oscuro cuarto.

-No debería estar aquí-murmuré tirando de mis cabellos ligeramente-. Soy un ser defectuoso, no puedo recordar ni siquiera a mísera persona-me ofendí a mi misma abrazando mis piernas contra mi pecho. Y entonces la idea vino a mi mente como una luciérnaga ilumiandolo todo-. Debo volver. Sí, es eso-me levanté del suelo y entré al baño-. Debo volver a Wonder Bill y buscar respuestas.

Tomé una ducha rápida para luego buscar una pequeña mochila donde guardar algo de ropa. Me equipé con cosas que necesitaría y busqué en google maps una ruta hacía mi pueblo. Me sorprendí al ver que quedaba mucho más cerca que Rosewood aunque en sentido contrario, si me marchaba en ese instante llegaría poco después del amanecer. Eché una ojeada al exterior desde mi ventana. Estaba nevando, al parecer el invierno había decidido adelantarse a lo dicho por los meteorólogos en las noticias. Agarré mi chaqueta y por segunda vez tomé prestadas las llaves de la camioneta de Nicholas. Atravecé el portón y me dispuse a llegar a mi pueblo en busca de respuestas.

Las carreteras comenzaban a llenarse lentamente a medida que amanecía. La nieve no era un impedimento puesto a que era poca. El cielo estaba algo nublado, muy común cuando el clima era frío. Las personas transitaban de un lado a otro desde temprano haciendo sus labores, algunos niños jugan a lanzarse entre ellos bolas de nieve y otros a hacer muñecos. No pude evitar sonreír al recordar todas las noches que Mallory, Rafa y yo nos quedabamos despiertos esperando para ver los primero copos caer danzando en el aire. Por esa razón era mi epoca del año favorita. Las reuniones familiares, noche vieja, navidad, los regalos en el árbol, pero sin duda la mejor parte era cuando todo el pueblo se reunía en la plaza de San Francisco a cantar villancicos.

HADES (Dulce Pecado#1)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora