ESTRELLAS DE MAR

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"Honggie, ¡vuelve a la cama estás resfriado!"

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"Honggie, ¡vuelve a la cama estás resfriado!"

"Hijo, es mejor que te quedes dentro, puede llover"

"Hoy no verás a Yunho, hasta que te pase la fiebre"

"Hongjoong, ¡toma la medicina!"

"No olvides tu abrigo, ¡está frío afuera!"

Cada momento de su vida habia sido marcado por su débil salud. Cuando Hongjoong nació fue un bebé prematuro de 7 meses, el médico dijo que era un milagro que no hubiese muerto. A los padres de Hongjoong les costó mucho tener a su heredero, la Sra. Kim se culpaba por no poderle dar un hijo a su esposo, cada perdida habia tomado un pedazo de su corazón. Finalmente su séptimo embarazo pudo lograrse y aunque se adelantó al nacer, con los cuidados de sus padres aquel pequeño vivió para ser la adoración de los señores Kim.

Así como ocurría con Yunho, aunque por otras causas, también a Hongjoong le sobreprotegen de todo como si fuese hecho de cristal. Nunca asistió a la escuela, tenia tutores privados para que permaneciera dentro de casa, en un ambiente controlado.

Su único amigo era el pelinegro, ya que sus padres se conocían y trabajaban juntos, para que Yunho pudiera visitarlo siempre su madre hacía que él chico de pelo negro tomara una ducha, aunque ya se hubiese bañado y le daba un pijama limpia para que usara dentro de la casa, ya que nunca salian a jugar al jardín.  

Cuando llegó el celo de Hongjoong y supieron que era un omega, se preocuparon aún más por su hijo, limitaron su interacción con los Alfas y Betas, querían que él se casará en un futuro, pero aún era muy joven y claro se casaría con un candidato de su elección.  

El rubio era igual que Yunho virgen y sin experiencia. Y si pudieran verlo sus padres ahora, seguro haría un escándalo de proporciones épicas.  

Allí estaba él, descaradamente besándose con un completo extraño, pero ese extraño era su alma gemela... él lo sentía en sus besos, en la forma que le hacía vibrar cuando acaricia su mejilla o le acercaba a él con un tierno abrazo.  

Hongjoong podía oler la excitación en el marinero, su olor le decía como se sentía. Seonghwa también sentía ese delicioso aroma que emanaba de Hongjoong. No lo habia descubierto en el barco porque era este momento de cercanía y conexión, de emoción y excitación la que hacía a Hongjoong soltar sus feromonas sólo para su pareja. Seonghwa se sentía feliz y completo, era como regresar a su hogar, pero un hogar que no conocía.

Nunca pensó encontrarse con aquel hermoso y tierno omega a la salida de la hostería, había decidido salir a caminar por el muelle cuando no quiso un momento más a su capitán demasiado afectuoso con su próxima amante de esa noche.  Simplemente, prefería alejarse de esas situaciones incómodas y vergonzosas, no le importaba lo que hicieran los demás, pero él decidió desde que supo su segundo género, que deseaba encontrar  una pareja única. Un compañero o compañera por la cual tener una razón de regresar después de cada viaje, con quien formar un hogar y tener hijos. Poder hacer el amor con alguien que lo amará de vuelta y mejor aún si esa persona era su pareja destinada. Y los dioses de verdad le había concedido tener a esa persona entre sus brazos hoy.

EL DRAGÓN DEL MAR-Adaptación [Yungi, Jongsang y Seongjoong] 《ATEEZ》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora