×Capitulo 2×

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La muerte era algo temido por todos, sobre todo por alguien como el que apenas comenzaba a vivir en serio, pero a veces hay cosas que no se podían frenar y Corea del Norte no podía frenar esos instantes dolores por todo su cuerpo que ocurrían a todas horas del día.

-¿estas bien?- le preguntó Corea del Sur a su hermano.

-ugh, si estoy bien solo un leve dolor nada importante- dijo quitándole importancia al asunto.

Ahora mismo no tenía tiempo para un simple dolor, tenía que estar presente en la conferencia de la ONU, además de arreglar otros asuntos más, apenas empezaba a tener tratados internacionales con los demás esto le ponía nervioso pero a la vez alegre, tenía muchas cosas que hacer para restaurar su nación, no había tiempo para "pequeñeces".

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-disculpa norte pero tus solicitudes para formar alianzas políticas y comerciales con USA fueron denegadas- le dijo la organización de la paz, la persona con la cual se informaba sobre sus posibles alianzas políticas.

-he... ¿Encerio? No puedo hablar con él para hacerlo cambiar de opinión, encerio, encerio necesito su ayuda.

-Lo siento Corea pero el no quiere tener reuniones contigo.

-joder- exclamó con furia el coreano mientras se levantaba enojado de la silla y le daba una patada al bote de basusa que se encontraba justo alado de él.

-norte calmate- le dijo ONU a lo bajo pero solo obtuvo como respuesta un portazo del corrano saliendo de la oficina.

Bueno a pesar de haber salido de su dictadura el mal carácter y la falta de paciencia nunca se le quitara.

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-vamos hermanito no te desanimes, si América no quiere hacer un tratado contigo el se lo pierde- le intentaba animar su hermano sur que lo había invitado a comer.

-es que tu no lo entiendes, necesito tener buenas relaciones políticas con alguna potencia, tu ya sabes que China y Rusia no me quieren ver desde que deje de ser comunista.

-no te desanimes, mejor ven vamos a beber algo yo invito- dijo sur jalando a su hermano hacía la salida.

-no gracias- se soltó del agarre del otro -tengo cosas que hacer ya me tengo que ir.

-oh vamos porfavor, tu siempre estas ocupado, nunca quieres salir- le reclamos su mellizo, ahora que no estaban peleados políticamente el coreano mayor quería pasar más tiempo con el, tiempo que se les fue arrebatado en su niñez.

-otro día sera ¿si?- se despidio el Nor coreano mientras salía del la sede de la ONU.

Apenas salir Corea del Norte sintió nuevamente esa punzada en su pecho. Era peor que antes, era más doloroso que los otros, cayó de senton al suelo mientras entrujaba sus pecho intentando calmar ese dolor insoportable que lo asechaba. La toz empezó rápidamente, tan fuerte y tan constante que su pecho y garganta ardían  como el infierno.

Un líquido negro y espezo como alquitrán brotó y lo asfixiaba al unísono de cada uno de sus jadeos y fuertes bocanadas de aire que tomaba desesperado. Intentó sostenerse de algún lado pere le fue imposible, cayó al suelo ligeramente inconsciente y confundido por lo que estaba pasando.

No, no otra vez, no ahora. No podía estar sucediendo eso ahora.

No quería morír, no ahora que tenía más ganas de vivir que en toda su miserable existencia.

-¡Norte, ¿estas bien que te ocurre?, responde hermano porfavor- oyó la voz desesperada de su hermano que lo acojia entre sus brazos antes de desmayarse por completo.

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