×Capitulo 5×

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—okey, te lo explicaremos pero intenta calmarte.

—¿COMO QUIERES QUE ME
CALME?— dijo gritando mientras se levantaba se levantaba de la camilla —saben que, esto es una tontería yo estoy completamente bien y todo esto es solo un mal chiste de parte de ustedes— continuo quitando se el suero que tenia y caminando dispuesto a irse de ahí.

Sabía que no era una broma, pero era mejor ignorar la verdad.

—por favor, norte tu situación es delicada déjanos ayudarte— le decía la ONU deteniéndolo por la camisa para que no se fuera.

—NO, DEJAME— Norte comenzó a jalar en su dirección para soltar el agarre del mayor pero ONU ejercía demacrada fuerza para no soltarlo.

En un momento dado de tanto hacer fuerza, uno para soltarse y el otro para detenerlo los botones de la camisa del asiático cedieron ante la fuerza ejercida rompiéndose y ambos calleron de senton al suelo.

Un crujido rezono en esa habitación seguido de un silencio incómodo. La camisa de Corea del Norte yacía habiente dejando ver su pecho; decorado casi en su totalidad por manchas de color negro que se asemejaban mucho a moretones, además de cicatrices y marcas parecidas a  grietas como de las esculturas rotas.

—metete en tus propios asuntos ¿quieres?— le reclamo el Nor coreano mientras este se cerraba la camisa rápidamente y se daba la vuelta para que no lo vieran.

—pues mis asuntos son abogar por los países y su bienestar, y es justo lo que estoy haciendo ahora— respondió la ONU aún en shock por lo que acaba de ver pero estando  empeñado en su trabajo.

—Norte, por favor hazle caso, el estado en el que estas no es normal— le intento convencer la organización de la salud.

—claro que es normal— contestó volteandose para darles la cara
—todos están igual que yo, es completamente normal estar así, a mi me dijeron eso.

—¿quién fue el imbecil que te dijo tal estupidez?— OMS se sobo las sienes para relajarse.

—URSS— respondió en seco.

—oh...— soltaron ambas organizaciones esperando no ser masacrados en segundo por el menor. Era más que sabido que a pesar de los múltiples maltratos tanto físicos como psicológico por parte de su tutor, el coreano aún pensaba en el soviético como una figura paterna y de autoridad a quien le tenía mucho cariño.

En el pasado si le hubieran pedido morir por él lo hubiera hecho, a ese nivel de idolatría llegaba. Lo amaba más que sus propios hijos biológicos de URSS o cualquier otro que lo llegase a amar en su vida. Lo amaba más que a su propia vida.

Pero estaba dispuesto a escuchar, no por su propio bienestar si no por el bienestar de otra personita que quería aún más; alguien por el cual estaba dispuesto a calmar su ira y escucharlos incluso después de ese gran insulto que acababan de hacer.

Corea del Norte cerro sus puños con furia y apretó la quijaba ahogando su enojo dentro de sí y suspiro calmandose.

—Norte, perdón pero URSS presentaba justo los mismos síntomas que tu y bueno... Él.... Él está— le intentaron explicar.

—muerto ya lo se, entonces ¿cuanto tiempo me queda a mi?

Respondió cabizbajo y aceptando su destino.

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Ay  pobrecito 😢

🌸PEQUEÑO ENCARGO (🇰🇵) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora