Capítulo 7.

138 17 11
                                    

Pueblo, esto es un maldito pueblo perdido de la mano de dios, es un milagro que haya  cobertura.

El lugar es precioso, todo hay que decirlo,  el bosque rodea el lugar y un río pasa alrededor del pueblo. Es bonito, pero vuelvo a decir, está perdido de la mano de Dios. No sé si mi plan va a funcionar.

-¿Y qué quieres hacer aquí?-Pregunta Gideon metiéndose las manos en los bolsillos. Meg le ha arrastrado aquí sin darle ningún tipo de explicación por lo que me ha dicho. Sigo flipada porque haya accedido.

-Necesito un libro, en mi casa leía mucho y se me hace extraño no leer aquí algo.- Digo convincente y casual.

-¿Y no se te ocurrió traerte alguno?-Contraataca Gideon burlón.

-Lo hice.-Digo bajando la vista. Imágenes de mi antigua habitación vienen a mí. Un escalofrío me recorre de pies a cabeza.-Pero quedó destrozado cuando tú ya sabes…, entraron en mi habitación.-Finalizo dificultosamente.

-Ah…-Dice incomodo Gideon mientras se rasca la nuca.-Sí quieres, te enseño la mini-librería que hay aquí.-Señala hacía el interior del pueblo, nosotros hemos aparcado un poco hacía las afueras, al lado del bosque.

-Claro.-Respondo a la vez que sonrío amable.

El camino se hace corto, debido a las conversaciones banales y el poco recorrido hacía el centro del pueblo.

-Ahí está.- Señala Gideon hacía un modesto y antiguo edificio.

Me dirijo hacía dentro y saludo al chico joven que esta junto al mostrador. Busco algún libro que me pueda gustar y cuando lo encuentro, entra mi plan. La verdad es que realmente quería un libro, así mato dos pájaros de un tiro.

-Gideon, voy al baño un momento, ¿sí?-

-Claro, claro.-Responde distraídamente mientras cotillea un libro que ha llamado su atención.

Al llegar a la esquina del pasillo corro mientras saco mi móvil y miro donde está el cartel de servicios, cuando entro, ya estoy llamando a mis padres. El número de mi hermano no lo tenía lo tendría que conseguir, aunque fuera por la malas.

-¿Hija?-Dice mamá en tono sorpresivo. Yo me apoyo contra el lavabo.-¿Cómo has conseguido llamarme?-

-Tengo móvil, además necesito un favor.-Digo clara y directa, no tengo tiempo de andarme con rodeos.-Necesito hablar con Tom.- Que no sospeche demasiado por favor. Suplico en mi interior.

-¿Para qué Grace?-Cuestiona mi madre desconfiada. Mierda, mierda, mierda. Presiono los ojos fuertemente.

-Necesito hablar con él.-Digo entre dientes, no tengo mucho tiempo y estoy a punto de perder los papeles.

-Lo siento Grace, pero no lo haré.-Dice mi madre fría y tensa.

-Mira mamá, me pasan cosas raras, todo el mundo me miente, tengo habilidades que nadie más tiene, me siento infravalorada y como un bicho raro, me han asaltado en plena noche, todo el mundo sabe cosas de mí que ni si quiera yo sabía, y solo sé que Tom sabe algo. Si quieres, valoras, estimas o si quiera te preocupas  un poco de tu hija, haz el favor de darme su número, él por lo visto es el único del que tengo esperanza de que me cuente algo.-Murmuro con los puños apretados y medio temblando. Tengo ganas de llorar, ¿cómo la sosa y normal Grace de repente se encuentra en esta situación? No lo sé, pero daría lo que fuera por regresar a mi anterior aburrida y segura vida.

-Te lo mando por whatsapp. Cuídate mucho Grace, por favor pequeña Luna.-Dice mi madre medio llorando antes de colgar. Me limpio la lágrima que cae por mi mejilla rápidamente, al llegar su número le llamo.

SeleneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora