Capítulo 1.

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El sol naciente me acaricia la cara  mientras yo observo por la ventana. Los trigales amarillos se extienden por el paisaje de Texas. Me giro y miro a los chicos a mí alrededor. Todos tienen aproximadamente mi edad y juntos nos dirigimos a Misuri en este roñoso autobús. Mis padres  este verano trabajaban y opinaban que ''un campamento en otro estado era de lo más emocionante´´.

Que dios me ampare, llevo dos horas y todavía  no hemos salido de Texas y a mí ya me duele el maldito trasero. Y no parezco la única. La chica a  mi lado se lleva removiendo incómodamente desde hace una hora y mis ganas de pegarla en el asiento con celofán están creciendo por  momentos. Es mona, un pelo castaño oscuro ondulado cae en cascada sobre sus hombros, su piel tirando a pálida contrasta con sus ojos oscuros, por último sus mejillas sonrosadas la dan un toque de inocencia increíble.

Me giro suspirando por lo bajo y me observo a mi misma y a ella comparando. Ambas llevamos unas botas texanas en toda regla aunque parece que somos las únicas en todo el autobús. Las suyas son marrones rojizos, las mías por el contrario son de un color chocolate profundo.

-¿Son cómodas, a qué sí?- Se gira mirándome.

Me quedo con cara de tonta, su voz cantarina acompaña perfectamente con su aspecto, me lo esperaba, lo que me extraña es que no ha hablado en todo el viaje, y mira que ha habido tiempo para hablar. De repente me doy cuenta de la cara de idiota que debo tener e intento remediarlo centrándome en mis queridas botas:

-Sí, sí que lo son. Aparte para mi gusto son preciosas.- Respondo con una sonrisa.

Acaricio distraídamente el suave cuero que ya de usarlo se ha amoldado a mí.

-Creo que no me he presentado.-Dice ella con una amplia sonrisa- Me llamo Meg y como podrás ver soy un poco tímida, aunque solo al principio- dice esto último en bajito acompañado de una sonrisa divertida.

-Yo me llamo Grace- respondo- Grace Hasttings- siempre me ha gustado mi apellido y por eso siempre que hay ocasión lo digo. Ella sonríe y empezamos a hablar de nosotras por un rato hasta que ella decide descansar un poco. Yo asiento y me saco mi ipod.

''…I wish that I could be like the cool kids,

because all the cool kids, they seem to fit in…´´

Tarareo la canción de Echosmith mientras observo  el campo y el sol que cada vez se pone más alto en el horizonte. Poco a poco el paisaje va cambiando según pasamos más estados: Arkansas, Oklahoma y por último Misuri.

A las alturas de cuando llegamos al último estado mencionado lo único que quiero es bajarme del maldito cacharro. Al verme Meg, que se desperto hace un rato, se ríe muy fuerte.

-Me parece que a medio campamento le va a salir almorranas.- Dice divertida.

-No lo dudes- hago una mueca de dolor y continuo mirando el paisaje para distraerme.

Es muy diferente a Texas. No es árido, es verde y hay muchos árboles. Miro hacía mis botas y me dispongo en una batalla mental, por un lado me avergüenzo porque desentono bastante y por otro lado es la única cosa que hace que me sienta con un cachito de mi casa, y me encanta esa sensación.

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