Capítulo 4.

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Lenguas de fuego anaranjado emergen en la chimenea. Son altas danzan de manera inquietante, como la vida misma. Son cálidas, vivaces pero también tiemblan, con un soplo las matas.

La sala en la que me encuentro no es como la de las habitaciones, esta amueblada de forma antigua, como en la mayoría de las salas comunes. Amelie me ha dejado aquí, en el ala contraria a las habitaciones, y ha dicho que espere sin hacer ruido, me ha dado una manta. Y aquí me encuentro diez minutos después, sentada en este sillón de cuero tan acogedor, rodeada por una manta y contemplando el majestuoso fuego.

Oigo murmullos por el pasillo que cada vez se acercan más a la habitación, Agudizo mi oído y logro oír la voz de Gideon ‘’ No me extrañaría que fuera ella, ¿quién más sino podría ser?’’, ¿de qué hablan?  Me extraño y logro entender la voz de Adolphe que está ya al otro lado de la puerta ‘’ Shhh… esto se discute después, ella no lo puede saber, no por el momento. No estamos seguros, así es que a callar’’.

Se abre la puerta y observo, Amelie, Adolphe y Gideon entran a la habitación. Yo me levanto y dejo la manta encima del sillón. Todo está estático en la habitación, ellos tres me miran, intentando buscar algo  que no sé, y me cabrea.

-¿Quién ha sido el que ha hecho eso a mi habitación?- Pregunto. Sé que es muy probable que no me respondan o me mientan pero por lo menos sabré en quién me oculta información y no debo confiar, aunque no hace falta que me digan algo para saber que ellos tienen algo que ver con esto.

- No lo sabemos, es la primera vez que pasa, pero tranquila, se descubrirá.- Dice Adolphe.

No sé si es en la forma que lo dice, en su gesto o en la sutil mueca de Gideon que hace que no me lo creo. Saben quién es, no es la primera vez y no van a hacer nada de nada.

-Amm…- Solo logro decir mientras cierro los puños intentando no soltar una palabrota.

- Como tu habitación está destrozada e imagino que no querrás volver ahí por cierto tiempo...- Dice Amelie intentando romper la tensión.-… descansaras en una de las habitaciones de invitados. Cerca de la de Gideon por si necesitas algo.- Concluye Amelie.

Miro a Gideon que me dedica una sonrisa desvaída, algo falsa inclusive. Está claro que algo le pasa. Yo me muerdo la mejilla, intentando aguantarme, odio que se me trate de tonta, aunque haya razones, saber que hay algo y no me lo van a decir me irrita.

-  ¿Vienes conmigo Grace?- Me pregunta Gideon.

Yo asiento atontada y cansada.

Cruzo la puerta junto a él, pasando por delante de Amelie y Adolphe que parecen igual de cansados, pero me siguen mirando curiosos, esperando algo de mí.

Caminamos en silencio, todavía es de noche y yo solo quiero irme a la cama.

-Sigo sin explicarme cómo es que justamente esta noche no estabas en tu habitación, mucha suerte, ¿no?- Dice Gideon mirándome fijamente.

-¿Habrías preferido que estuviera ahí?- Le digo levantando una ceja. No me apetece mentirle, aunque mienta bien siento que él no me creerá, como yo tampoco les he creído a ellos.

- No, no estoy muy aliviado de que estés bien, de verdad.- Contesta él rápidamente, nervioso de que le haya mal interpretado.

Río sin saber muy bien por qué, supongo que por la situación en la que nos encontramos, tal vez por la forma en la que no ha querido que piense mal de él, o puede que porque estoy tan cansada que ya no sé ni siquiera porque me río. Posiblemente sea una mezcla de las tres.

Él se ríe conmigo, llegamos a una puerta muy robusta de madera.

-Esta es tu habitación.- Dice Gideon recostándose en el marco de la puerta.- Si necesitas algo mi puerta es la de enfrente.- Señala enfrente. Yo asiento de repente muy tímida.

Gideon me mira fijamente y yo no puedo hacer más que corresponderle.

-Buenas noches, bueno si se le puede  llamar así.- Intento decir divertida, el me lanza una sonrisa de medio lado.

En acto de locura por mi parte, me acerco y le doy un beso en la mejilla. Él me mira atontado mientras yo abro la puerta de mi nueva habitación. Él susurra un ‘’ Buenas noches Selene’’.

Cuando cierro la puerta me deslizo hacía abajo pegada a ella. Siento cosas extrañas en mi estómago, no puede ser, ¿estaré enamorándome de Gideon como dijo Meg?

-¿Qué va a ser de mí?- Digo sonriendo como una boba mirando a algún punto muerto de la distancia.

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¡HOLA DE NUEVO! Hoy parece ser que he tenido una combinación magnifica: Tiempo e inspiración. Así es que aquí hay un nuevo capítulo aunque un pelín más corto. Espero que os guste, ya sabeis votad y comentad please. Besos ;)

SeleneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora