Selene

Capítulo 15.

-Aquí tiene el cambio.- La chica, me tiende unas monedillas mientras masca un chicle con la boca abierta. Tiendo la mano para recoger el dinerillo.

Mastico lentamente mi hamburguesa sentada en una esquina del establecimiento de comida rápida en el que me encuentro. Este pueblo al que me trajo la otra vez Gideon es el último lugar que conozco antes de desaparecer de zona conocida.

Al terminar, tiendo el plato vacío en la barra del establecimiento. Salgo del bar aferrándome fuertemente de mi mochila, ¿estaré haciendo lo correcto? No lo sé y tengo miedo, lo único que realmente me ayuda a continuar es la certeza de que soy dueña de lo que hago con mi vida y actúo ante los problemas, no más brazos cruzados.

Me siento en el banco en el centro del pueblo. Trato de ordenar mis ideas y saco papel y bolígrafo, siempre es lo mejor.

Oscureció hace rato por lo que es un poco difícil poder escribir, pero las escasas farolas ayudan.

Lentamente escribo con mala caligrafía, debido a la falta de apoyo para poder escribir y a la temblequera, mi siguiente misión '' volver a Texas'', allí es de donde provengo y allí podré empezar esto.

Lo siguiente en ser escrito es ''visitar a mi hermano Tom'', después simplemente un ''desaparecer''. Si hay algo que deseo en este momento es justamente poder ser borrada del mapa.

-¿Qué haces aquí, eres la del restaurante?¿Eres una mendiga? No tienes pinta de una. Te vas a helar aquí fuera y mi consciencia no lo soportará.- Levanto la mirada extrañada y me encuentro a la chica que me sirvió la comida en el restaurante.

-Vamos, no tengo toda la noche, hace frío y no soporto el frío.- Me levanto atontada hacía la chica, que sigue masticando cansinamente el chicle.- ¿Cómo te llamas?- Pregunta expectante mientras camina.-¡Vamos!- Exclama al ver que no me muevo de mi sitio.

-Soy Grace.- Respondo aproximándome a ella.

-Becka.- Responde girándose de nuevo mientras sigue caminando, haciendo girar sus llaves entre sus dedos.

No volvemos a hablar hasta llegar a una casita en las lindes del bosque. Me giro hacía el oscuro y espeso bosque, nunca creí que pudiera temer tanto algo en mi vida.

-Te aviso de que no me caen bien las drogadictas.- Pego un respingo de incertidumbre, ¿tan mal me debe ver la gente?- Aunque por tu cara creo que no.- Ella señala hacía dentro, me giro una última vez hacía fuera, ''es esto o la calle'', cuando entro encuentro una especie de mundo musical cubierto por una capa de desorden y... mugre.

-Puedes pasar la noche aquí, después o te largas o empiezas a trabajar si quieres ser compañera de piso o alguna de esas mierdas.- Yo asiento y ella se pone los cascos y sube las escaleras rápidamente.

Me revuelvo en la cama de la habitación, hace frío. Al abrir los ojos me encuentro con una escena familiar: la ventana abierta de par en par, el frío helando la habitación.

Con el corazón a mil observo la habitación tratando de ver a alguien, seguidamente intento encender la lámpara. Noto una sombre escabullirse por la ventana antes de girarme por completo.

Temblando, cierro la ventana y me aseguro de que este bien cerrada, no vuelvo a dormir en lo que queda de noche, solo observo la solitaria luna a lo lejos, la causante de todos mis problemas y aflicciones.

Mañana mismo me voy.