ℂ𝔸𝕊𝕊𝕐, 𝐸𝑑𝑤𝑎𝑟𝑑 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛✔

010

EDWARD

-Estoy cansado de fingir

que te he olvidado cuando

en realidad todos los segundos

de mi vida te pertenecen.

-Danns Vega

Sus ojos estaban cristalizados al igual que los míos, sus tristes pensamientos hacían añicos mi frío corazón, es que mi Cassy eran tan optimista que a veces pensaba que era irreal, después todo lo que había pasado aún seguía viendo el lado bueno de las personas, incluyéndome.

Al principio cuando se me acercó realmente pensé que era igual que las demás, una simple adolescente hormonal. Pero cuando se sentó a mi lado y no dijo una sola palabra me sentí intrigado, lo que vi en su mente me dejó sorprendido, desde sus recuerdos mas vagos hasta los más recientes, su vida había sido un infierno y sin embargo tenia una sonrisa preciosa mientras miraba como el sol se ocultaba a causa del atardecer. Me sentí bastante agradecido cuando no dijo ninguna palabra, pero lo que pensaba de mí me dejó aun más helado, ciertamente era la única que se daba cuenta del pozo sin fondo en el que estaba.

- Es realmente bonito, ¿a que si? - habló después de varias horas, el cielo estrellado se mostraba, las estrellas se veían realmente hermosas, acompañada de una luna preciosa.

La miré de reojo pero ella no me miraba a mi, miraba el cielo nocturno, en sus pensamientos alagaba a la hermosa luna frente a ella, al igual que sorpresivamente mantenía una conversación solamente mental con la luna, cosa que me extrañó, tal vez estaba loca pensé.

Se encontraba bastante familiarizada con la luna ya que le hablaba mentalmente como si no fuese la primera vez que lo hacía, haciendo preguntas que se contestaba asi misma, exponiendo sus dudas y preocupaciones.

Lo que más me llamó la atención era la ligera preocupación que sentía hacia mi persona, eso me confundió, apenas me conocía, ¿Como podría preocuparse por mi? Éramos dos desconocidos.

Yo la conocía, más de lo que me gustaría admitir, pero ella a mi no.

-¿Porque crees que le tememos a la soledad? - su pregunta me tomó desprevenido.

- A nadie le gusta estar solo. - respondí sin siquiera pensar, cosa muy rara en mi.

- La soledad es buena porque implica un ejercicio de introspección en el que la persona pude llegar a autodescubrise. - Susurró y voltee a mirarla, ella se encogió se hombros y dijo - La soledad no es mala... Te diré lo que he investigado - La vi sonreír de lado y enumeró el uno con su dedo índice - La soledad nos permite mejorar nuestra autoestima: retirarnos por un momento de los estereotipos de la sociedad, mirar nuestro cuerpo con amor y nuestra forma de ser, nos
permitirá tener una autoestima más
alta. - finalizó - a veces nos odiamos por cosas que pasan, ¿por que no soy como ella,? ¿porque no soy como él? Tenemos miedo de no encajar, alejarnos seria bueno porque tomaríamos tiempo para nosotros y encontrar nuestro verdadero yo. Segundo- apuntó un segundo dedo - Podemos deshacernos del miedo: y percatarnos que la mejor compañía que podremos tener en la vida será la propia porque, al final, siempre
podremos encontrarnos con nosotros mismos,- hizo una pausa - Como ya te dije, a veces nos sentimos acomplejados, con miedo a no encajar y en vez de ser nosotros mismos, nos cubrimos con máscaras, ocultando nuestro propio ser, llenando nuestra vida de mentiras y más mentiras. TERCERO. - El tercer dedo no subió solo sino que ella tuvo que ayudarlo cosa que me causó un poco de risa - Ayuda a Tener mejores relaciones con las parejas: porque, al aceptarnos como Somos y no temer a la soledad, podemos entregar nuestro amor a otra persona, evitando caer en la dependencia emocional, y otros estilos de apegos que no son para nada saludables - terminó -Hay más pero ya se me olvidó. - soltó una risa nasal.

Sus palabras en ese entonces me dejaron pensando profundamente, y es que había visto el estar solo como un martirio, en toda mi vida había sentido envidia de aquellos que tenian a sus parejas, les deseaba lo mejor pero eso no quitaba que yo también quisiera experimentar aquello que ellos tanto profesaban. Y ese momento me di cuenta de que el pozo sin fondo en el que estaba lo había cavado yo solo.

No me había dado cuenta de que me había quedado nadando en mis pensamientos hasta que dejé de sentir su calor corporar y su tan extraño olor dulzón, al alzar la vista pude verla caminar por la orilla de la playa tranquilamente, notando que no había nadie cerca usé mi velocidad vampírica para alcanzarla, caminé detrás de ella por un largo tiempo con un poco de distancia hasta que se volteó y me miro con ojos entrecerrados.

Me quedé helado viendo como la luz de la luna chocaba con el color marrón de sus ojos, tan hermoso.

- Edward Cullen. - pude ver como las comisuras de sus labios se levantaron un poco pero después se volvió seria nuevamente.

- Cassandra Jones.

Y allí con la luna de testigo me prometí a mi mismo que la cuidaría de todo, hasta de mí.