014.

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La casa estaba sumida en un tortuoso silencio, la mansion cullen estaba en completo silencio, un silencio que era doloroso,  justo cuando la bebé nombrada Scarlett nació, el corazón de su madre dejó de latir.

El corazón de Cassandra Jones se habia detenido.

En la habitacion donde se encontraba el consultorio improvisado, con la camilla en el centro, el cuerpo desangrado de la castaña se encontraba tumbado allí, sin moverse, sin respirar, sin un corazón bombeando, sin brillo en sus ojos, sin vida.

El cobrizo con la recién nacida en brazos, estaba paralizado, se dice que cada persona actúa muy diferente depende de las circunstancias, y en esta circunstancias edward se habia quedado estático, paralizado, no se movía ni un centímetro, solo con su mirada fija en su Cassy, en su Cassy tendida en la camilla, sin vida.

Rosalie entró a pasos rápidos, observó a las personas dentro de la sala, los cuales eran carlisle y edward, el primero miraba a su hermano como si estuviera esperando algo, y el segundo estaba como una estatua, rosalie se acercó al ultimo y le dio una fuerte abofetada, el cobrizo le dirigió una mirada confundida a la rubia, la cual tomó a la bebé delicadamente en sus brazos.

—Decide, de una vez. La pierdes para siempre o... — No hizo falta seguir ya que el cobrizo se movió rápidamente y enterró los dientes en el cuello a su razón de vivir.

Sintió el veneno introducirse en su pequeña, después de eso con su velocidad vampírica, sacó una gran jeringa con veneno dentro, rápidamente la incrustó en su pecho, justo en su corazón.

—No te puedo perder así, no cuando descubrí  lo que siento por ti. — Susurró tembloroso, — Cuando despiertes, no vamos a casar y tendremos una familia, eso es lo que siempre quisiste ¿no? — Balbuceó asustado — Dijiste que tendrías hijos a los treinta pero no importa si nos adelantamos, — Hizo una pausa y comenzó a dejar mordidas por todo el cuerpo de la fallecida, — No puedes dejarme, no así. — negó, mientras seguía dejando la ponzoña en el cuerpo de su razón de vivir.  — Si quieres puedes odiarme, odiame todo lo que quieras, no me importa... Mientras pueda seguir viendo esos ojos tuyos llenos de vida, es más que suficiente para mí. — finalizó.

Se detuvo, sus manos recorrieron las mejillas de Cassy cariñosamente, cerró sus muertos ojos y edward suspiró, se acercó a ella y beso su frente, su nariz, finalmente y lo que habia deseado durante tanto tiempo, sus labios.
Se alejó de ella con la esperanza de que despertaría, que despertaría y vería sus presiosos ojos, y sonrisa una vez más, con la esperanza de escuchar su voz, sus caricias, su olor dulzón que lo enloquecia, quería sentir esa mirada que lo dejaba sin aliento, esas miradas que decían más que las mismas palabras, quería a su cassy de vuelta y tenía fe de que su cassy estaría de vuelta.

Al otro lado de la casa estaba una rosé bastante feliz con la muñequita en sus brazos, Scarlett.  La habia dado una ducha, la limpió, y le colocó un vestidito color rosa oscuro, la rubia pensaba que se le veía muy tierno el vestidito a la nené.

Rosalie apreció el gran parecido que tenía la niña con su madre, unas pocas pecas adornaban su rostro, unas cuantas en la nariz y  cachetes, su cabello cobrizo como el de edward, sus ojos espectacular-mente verdes con un brillo peculiar, su tez blanca, tan pálida como su padre o ella misma, Sus labios natules del color rosado, ligeramente gruesos, la forma que tenian tenia un  lejano parecido a un corazoncito, a rosalie le recordaba a Cassy cuando hacia sus pucheros porque no quería comer, eso le hizo sonreír, seguió mirando a la pequeña, sus ojos verdes y bastantes saltones eran lo que más resaltaban al igual que sus presiosas pecas, sus cejas simétricas del color marrón, era una linda combinación de edward y Cassandra.

Después de terminar de vestirla, la llevó a la sala donde se encontraban casi todos menos carlisle y edward, los cuales aún seguían con Cassandra.

ℂ𝔸𝕊𝕊𝕐, 𝐸𝑑𝑤𝑎𝑟𝑑 𝐶𝑢𝑙𝑙𝑒𝑛✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora