En Una y Mil Vidas

Capítulo 2

Dolor.

El momento en el que el ángel lo perdió todo.

Los encuentros con Katsuki trataban de ser más seguidos, Izuku aún no sabía bien como podría renunciar a su inmortalidad, quería que su alma fuese unida con la del rubio cenizo, pero era mucho pedir y a su vez estaría delatandose a sí mismo y mostrando que había roto las leyes, lo que acabaría en un castigo que bien podría impedirle por completo el poder ver al ojirubí que reinaba en sus pensamientos.

¿Qué debía hacer? Era todo un tormento ¿Por qué le mintieron? Si no se hubiese enamorado nada de aquello hubiese pasado ¿Por qué mentir con respecto a lo que los ángeles como él podían sentir?

Sentado en la orilla del río en el que siempre se veía con Katsuki jugueteaba con el agua antes de tomar una piedra para lanzarla con fuerza haciendo que está rebote en el agua como el rubio le había enseñado.

Un silbido le hizo saltar en su lugar. —Sorprendente chico—Dijo un chico pelirrojo de sonrisa amplia. —Así que tú eres a quien el líder visita tanto, impresionante.

—¿E-Eh? ¿Tú quien eres?—Preguntó poniéndose alerta, Katsuki le había dicho que no debía exponerse y ya se estaba preguntando cómo huir sin tener que usar sus habilidades como ángel.

—Hey hey... Tranquilo, no voy a hacerte nada malo, soy Eijirou, un gusto, soy compañero de caza de Katsuki—Se presentó el ojirojo observando al pecoso bastante curioso.

—No te creo... Los de la aldea de Katsuki no son de cabello y ojos rojos...—Dijo desconfiado este observándolo.

—¡Oh! Es que el inteligente líder de la aldea hizo una alianza con un grupo al cual pertenezco, somos lomo de tortuga, resistentes a todo—Mostró su fuerte brazo presumiendo un poco.

—Oh...—Soltó en bajo, recordando que en una ocasión el rubio cenizo lo mencionó.

—¿Y tú quien eres?

—¡A-ah! B-bueno... Soy Izuku—Se presentó nervioso y observando a sus al rededores esperando que el ojirubí hiciese presencia.

—Eres muy inusual... Es la primera vez que veo a alguien con el cabello y ojos verdes—Dijo un poco impresionado el pelirrojo que parecía querer socializar.

—C-Claro...—Respondió y observó la orilla del lago.

—¿Por qué siempre te reúnes con Katsuki pero no vas a la aldea?—Preguntó curioso.

—Porque no puedo...

—Entiendo, Denki dice que son amantes secretos ¿Es verdad?

—¡¿Q-QUE?!

—Calma, tampoco es para que reacciones así.

—U-uh bueno... Y-yo y K-Katsuki este...—Respondía nervioso sin estar seguro de qué decir, acabó cubriéndose el rostro el cual se había tornado rojo como una manzana.

—Creo que eso es un sí, bien hay que aprovechar, vamos a la aldea así te presentas y puedes ver al líder que está ocupado con unos pendientes de la aldea—Señaló mientras sonreía para luego empezar a caminar en dirección a esta esperando ser seguido.

El peliverde lo dudó un poco, pero quería ver al rubio cenizo, necesitaba verlo, por lo que pronto estuvo siguiendo al pelirrojo aún alerta por si algo sucedía.

Para cuando llegaron a la aldea miró todo maravillado, curioseando el lugar, hasta que llegaron a lo que parecía ser el hogar del líder, era sin dudas el lugar más llamativo allí, no solo más grande y trabajado, sino con varios símbolos que hacían referencia a que allí estaba el "más importante" de la aldea.